El Gobierno venderá a Bruselas una mayor contención del déficit gracias a la inflación
El Gobierno informará a Bruselas de un recorte de su previsión de crecimiento de entorno a dos puntos, hasta alrededor del 5%
El Gobierno trabaja a contrarreloj para cerrar el Programa de Estabilidad 2022-2025 que remitirá a Bruselas antes del sábado en el que incluirá el nuevo cuadro macroeconómico, cuya presentación se retrasa de este martes a finales de semana. El nuevo escenario contendrá una rebaja de la previsión de crecimiento para este año de al menos dos puntos pero un mensaje de contención del déficit gracias a la mayor recaudación por la inflación y el mejor cierre de lo previsto del año 2021.
Así lo confirman a Economía Digital en fuentes gubernamentales, que avanzan que el Programa de Estabilidad que se remitirá a Bruselas junto al Plan Nacional de Reformas incluirá un mensaje de «prudencia en un marco de incertidumbre por la guerra», y se vislumbrará en él un «crecimiento robusto» pese a la rebaja y una contención del déficit dentro de los altos niveles de desajuste actuales tras el impacto de la pandemia, en un contexto aún de suspensión de reglas fiscales.
Fuentes gubernamentales confirman la decisión de aplazar la presentación inicialmente prevista para este martes del nuevo cuadro macro en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, porque todavía se está trabajando en los últimos detalles del nuevo escenario macroeconómico, dada la coyuntura de incertidumbre por la guerra de Ucrania.
No obstante, en el Ministerio de Asuntos Económicos recuerdan recuerdan que no es necesario que el cuadro macro pase por el Consejo de Ministros, sino que puede ser puesto en común en una reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos (CDGAE) y en Moncloa afirman que se remitirá «en plazo», es decir, a más tardar el sábado 30 de abril, tal y como establece la normativa.
De cualquier forma, fuentes del Ministerio de Hacienda señalan que al revisarse el cuadro macro se revisará en consecuencia la senda fiscal y señalan que la revisión podría incluso no ser al alza pese ala actual coyuntura. Es decir, el mensaje será de contención del déficit. Con el Programa de eEstabilidad, la Comisión y los ministros de economía evalúan si los Estados miembros van por buen camino para alcanzar los objetivos presupuestarios a medio plazo, basándose en el análisis del saldo estructural y el valor de referencia del gasto.
La intención del Gobierno es trasladar a la Comisión Europea que pese al impacto de la pandemia y las consecuencias de la guerra de Ucrania España sigue trabajando por la consolidación presupuestaria, tras haber cerrado un 2021 con un datos de déficit menor del previsto, y en un contexto de recaudación récord, beneficiado en parte por los mayores ingresos obtenidos por la alta inflación actual, que en marzo alcanzó ya el 9,8%.
Por el momento el Gobierno de Pedro Sánchez cuenta con margen presupuestario suficiente para hacer frente al coste del Plan nacional de respuesta a las consecuencias económicas de la guerra en Ucrania por 6.000 millones en rebajas impositivas y ayudas fiscales y otros 10.000 millones en avales públicos, si bien teme quedarse sin munición fiscal en caso de que la situación se agrave y se tengan que prorrogar buena parte de las medidas.
El comisario Paolo Gentiloni enmendó ayer en parte tanto el plan de choque del Gobierno como la alternativa económica planteada por el PP, ya que dijo no ve efectivas las ayudas generalizadas a los combustibles incluidas en el primero ni y las bajadas de impuestos energéticos que propone Feijóo en el marco de su plan de rebajas de 15.000 millones de euros.
Cierre mejor del previsto en 2021 y mayores ingresos por la inflación
La previsión actual del Gobierno, recogida en el último plan presupuestario remitido el pasado mes de octubre a Bruselas, contemplaba que el déficit bajaría al 5% del PIB en 2022, para continuar con una senda paulatina de reducción del desajuste al 4% en 2023 y al 3,2% en 2024. Recientemente la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, aseveró que el Gobierno está «en condiciones» de cumplir con su objetivo de reducir el déficit público al 5% del PIB este año, pese a las medias contenidas en el plan de choque para hacer frente a la crisis derivada de la guerra en Ucrania.
Aunque sin una cifra concreta revisada todavía y a la espera de los últimos datos de déficit público hasta febrero y de déficit del Estado del primer trimestre que se conocerán esta misma semana, desde Hacienda subrayan sobre todo el factor del mejor cierre de déficit del previsto en el año 2021.
Y es que el déficit público de España cerró el año 2021 en 82.521 millones de euros, el equivalente al 6,76% del PIB, lo que supone 1,6 puntos porcentuales menos respecto a la previsión que manejaba el Gobierno del 8,4% del PIB y 3,3 puntos porcentuales por debajo (31.539 millones menos) del desajuste del 10,1% del PIB del año 2020, cuando alcanzó los 113.060 millones de euros.
Si se tiene en cuenta la ayuda financiera, toda vez que la oficina comunitaria de Bruselas (Eurostat) obligó a España a incluir a la Sareb en el compartimento del déficit, el desajuste del año pasado fue del 6,87% del PIB, hasta los 82.819 millones de euros, también 3,4 puntos por debajo de lo previsto e inferior al 10,27% del ejercicio previo. El déficit primario bajó un 36,9%, hasta los 33.229 millones por el crecimiento menos intenso de los intereses de la deuda.
En ese dato, hay que tener en cuenta el récord de recaudación de España de 223.382 millones de euros el año pasado, un 15% más ( 1.275 millones por encima de la previsión de los Presupuestos) y la mayor cifra desde que se comenzó a computar en 1995, algo que Montero insiste en que se debe al crecimiento robusto y la mejora del empleo.
No obstante, el director general de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón, ya admitió en el Congreso a registrar «cierto impacto positivo» de la inflación en la recaudación desde el informe del mes de octubre y también vinculó los ingreso récord de 2021 a la aportación recaudatoria de nuevos impuestos.
La aportación de ingresos de la inflación se está notando también, y en mayor medida, en los datos de este año, ya que solo en los dos primeros meses del año los ingresos tributarios se han disparado un 21,4%, hasta los 42.359 millones. En enero, el déficit público, sin incluir corporaciones locales y excluida la ayuda financiera, se sitúa en 6.134 millones, equivalente al 0,47% del PIB.
Hasta febrero, el Estado ha registrado un déficit de 11.364 millones, un 27,6% menos, equivalente al 0,87% del PIB, frente al 1,3% de hace un año, gracias a un alza de los ingresos del 15,8%, frente a la bajada del 2,2% de los gastos.
Por su parte, el Banco de España prevé que el déficit público baje del 6,9% a cierre de 2021 a un 5% en 2022, para posteriormente subir al 5,2% en 2023 (4% previsto en diciembre) y bajar al 4,7% en 2024, mientras que BBVA Research ha revisado su pronóstico hasta el 6% del PIB este año y el FMI estima que el déficit disminuirá al 5,3% este año, pero se enquistará en el 4% los tres próximos ejercicios.
Esta mejora del déficit público también tendrá su reflejo en los datos de deuda pública, no descartándose el mantenimiento o incluso la rebaja de las previsiones de ratio de deuda pública, cuya previsión oficial para este año se sitúa en el 115,1% del PIB, toda vez que el año pasado se redujo hasta el 118,4%, frente al 119,5% que calculaba inicialmente el Gobierno, si bien términos de volumen alcanzó los 1.427.763 millones de euros, 82.000 millones de euros más que el ejercicio anterior. Para 2023 augura una ratio del 113,5% del PIB.
Sobre la deuda pública BBVA Research prevé que baje hasta el 113,5% del PIB este año y el 111,7% en 2023. Banco de España calcula que el pasivo aumentará del 118,4% del PIB que marcó el año pasado al 112,6% del PIB este año. A posteriori descendería hasta el 112,8% en 2023 y volvería a subir al 113,5% en 2024. FMI calcula que bajará al 116,4% este año, y al 115,9% en 2023, pero se enquistaría en el 114,5% en el horizonte hasta 2027.
España pide que cada Estado fije sus propios objetivos
De cara a la inminente revisión de las reglas fiscales, el posicionamiento de España de cara a la actual revisión del modelo de reglas fiscales europeo: más manga ancha para garantizar a nivel europeo que la consolidación no frena la inversión y el crecimiento y que cada Estado miembro pueda fijar sus objetivos fiscales.
España planteará la necesidad de articular unas reglas para el futuro que permitan garantizar la reducción del déficit y la deuda pero en un contexto de crecimiento, creación de empleo, protegiendo la inversión verde y digital y teniendo en cuneta las especificidades de cada uno de los países».