Ribera aplaza la subida del impuesto al diésel por el encarecimiento de los carburantes
La vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, congela ahora sus planes para elevar la carga fiscal: "Perjudicaría a quienes más lo necesitan"
El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado marcha atrás con una de sus promesas clave plasmadas en el Plan de Recuperación. La crisis del precio de los combustibles han provocado que se aplace la subida del impuesto al diésel planteada a Bruselas, para evitar que esta actualización fiscal golpee a los consumidores en plena crisis energética.
La vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha anticipado que no se incrementará este tributo mientras se mantenga el alza de precios de los carburantes. «Introducir un incremento adicional perjudicaría a quienes más lo necesitan», ha justificado en una entrevista en Radio Nacional.
Sus palabras se producen después de que el precio de los combustibles se haya disparado desde el inicio del verano hasta su punto más alto desde el año 2013. La gasolina cuesta ahora 1,505 euros el litro, de acuerdo a la última actualización del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Como resultado, llenar un depósito cuesta de media 82 euros. Son casi 20 euros más que hace un año.
Lo mismo ocurre con el gasoil, que se ha situado esta semana en los 1,381 euros. El coste para recargar un vehículo convencional con este combustible es un 35% superior al del mismo momento del 2020.
Ribera ha seguido manteniendo su apuesta por el incremento de la carga fiscal para financiar las políticas sociales del Gobierno, pero ha dado carpetazo por el momento a sus planes con el diésel. «Hay que tener cuidado con el momento en el que se van introduciendo estas señales», ha explicado.
Lo que no ha aclarado la vicepresidenta es si el Ejecutivo tomará otras medidas adicionales como la rebaja del Impuesto del Valor Añadido (IVA) sobre la factura del gas, de la misma manera que se ha reducido el de la luz.
El impuesto del diésel amenaza la relación del PSOE con PNV
El incremento del impuesto al diésel es una decisión que lleva sobre la mesa desde hace meses, pero que nunca ha llegado a materializarse. Ya se presentó en el documento que se remitió a Bruselas para acceder a los fondos de recuperación del coronavirus, pero provocó un alud de críticas por parte de la oposición.
La medida indignó incluso al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que se ha convertido en un actor imprescindible para que el Gobierno logre las mayorías necesarias en el Congreso para impulsar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). De ahí, que no haya prisas por tocar la fiscalidad actualmente.
El Gobierno intentó colocar ya la subida el diésel en las cuentas del 2021, pero terminó retirándolo para ganarse el favor de la formación nacionalista. También recibió presiones por parte de los transportistas, que calcularon que más de 130.000 conductores autónomos se verían perjudicados económicamente si se incrementaba el impuesto.