Garamendi planta a Sánchez en el foro empresarial de Rabat
La ausencia del presidente de la CEOE se produce un día después de que Sánchez anunciara la subida del SMI a 1.080 euros con el rechazo de la patronal
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, no acudirá esta tarde al foro empresarial que ha organizado la patronal española junto a la marroquí y a la Cámara de Comercio y que clausura el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto con el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch.
Inicialmente, la delegación española iba a estar liderada por Garamendi, pero «por enfermedad», según Servimedia, no ha podido desplazarse a Rabat y es sustituido por el vicepresidente primero de la CEOE, Miguel Garrido, acompañado también por Marta Blanco, presidenta de CEOE Internacional.
La ausencia del presidente de la patronal se produce un día después de que Sánchez anunciara una subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 8% para situarlo en 1.080 euros mensuales en 14 pagas en 2023, tras llegar a un acuerdo con los sindicatos UGT y CCOO. Subida con la que CEOE no está de acuerdo, pues propuso en diciembre por escrito una subida de 1.040 euros y no acudió presencialmente a las mesas de diálogo.
El foro empresarial reúne a representantes de unas 80 compañías con intereses en España y en Marruecos y en él se abordará en el incremento de las inversiones españolas en este país del norte de África, en la víspera de que se renueve un acuerdo de financiación por valor de 800 millones para los próximos cinco años.
Marruecos es el tercer socio comercial de España fuera de la UE tras Estados Unidos y Reino Unido y percibe el 50% de las exportaciones españolas a África. Además, en España residen 1,2 millones de marroquíes, lo que les convierte en la segunda comunidad más importante.
Reunión de alto nivel el jueves
Tras este encuentro, España y Marruecos celebrarán el jueves una reunión de alto nivel en el que se acordará un «mecanismo de seguimiento de cumplimiento de los acuerdos» que residirá en los ministerios de Exteriores como reflejo de la voluntad política de ambos países para evitar futuras crisis.
El Ejecutivo español, según fuentes gubernamentales, espera que este acuerdo asiente unas relaciones con Marruecos basadas en la «confianza» y la «sinceridad» de manera que, en cuanto haya algún elemento «irritante», este se pueda abordar directamente y evitar escaladas de tensión como las pasadas que han llevado a la falta de interlocución con la retirada de embajadores.