Garamendi vs Guinda: grandes organizaciones planean dar libertad de voto el 23N en CEOE
La candidatura de Virginia Guinda para presidir la CEOE, crítica con Garamendi, se presentará mañana en Madrid y prevé exigir un nuevo modelo de gobernanza además de hacer hincapié en una batería de reformas económicas
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. EFE/ Chema Moya
Todas las cartas están sobre la mesa. Virginia Guinda, una empresaria del sector papelero, presentará candidatura alternativa a la de Antonio Garamendi en las elecciones de CEOE, tal y como avanzó este miércoles en exclusiva Economía Digital. La candidata del sector descontento con la actual dirección de la patronal española, y que cuenta con el apoyo de la territorial catalana, Foment del Treball, presentará mañana su programa en Madrid, en la sede de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), centrado en pedir un nuevo modelo de gobernanza que refuerce los órganos internos de la patronal y una batería de exigencias económicas en apoyo al empresariado.
Garamendi contra Guinda: ¿opciones reales?
Virginia Guinda cuenta con pocas opciones de vencer al dirigente vasco: Garamendi ha cosechado en las últimas semanas importantes apoyos de organizaciones territoriales y sectoriales para los comicios a la presidencia de CEOE el próximo 23 de noviembre (23N). Sería muy extraño que el actual inquilino de la planta 8 de la sede patronal fuera superado por una candidata, por ahora bastante desconocida, impulsada por la empresa catalana, y con apenas tres semanas de plazo para promover su candidatura en toda España.
Y es difícil que, más allá de Foment, grandes organizaciones muestren su apoyo explícito por Guinda. Sin embargo, fuentes internas de CEOE indican que existen nervios ante esta candidatura, que se daba ya por inviable en Madrid. El motivo es que, por ahora, se descarta que grandes organizaciones vayan a pedir disciplina de voto en favor de un candidato, con la excepción de la catalana Foment, probablemente en apoyo a Guinda.
Las mismas fuentes señalan que grandes organizaciones de CEOE se estarían decantando en la actualidad por evitar pedir a sus socios disciplina de voto, es decir, exigir a todos los integrantes que voten en el sentido que les indique la matriz. Esto sucede porque en muchos casos se trata de estructuras muy complejas y numerosas, donde patronales sectoriales cuentan con muchas entidades territoriales en su interior, y viceversa; territoriales con sectoriales dentro. Así, patronales del metal (Confemetal), la construcción (CNC), los fabricantes de coches (ANFAC), la patronal de pymes (Cepyme) o la de Madrid (CEIM) cuentan con tal número de afiliados y votos reales en las elecciones que podría considerarse algo parecido a una cacicada.
Por ahora, la tónica en las patronales consultadas y grandes empresas del Ibex es muy parecida: esperar a ver cuáles son las intenciones de Virginia Guinda y valorar todos los candidatos que consigan los suficientes avales para escuchar sus programas electorales. Más allá de esto, ninguna gran entidad quiere ‘mojarse’ más allá de las que han ofrecido su apoyo explícito a Garamendi.
¿Tiene apoyos Virginia Guinda?
Si cada organización tuviera un voto, la victoria sería aplastante para Antonio Garamendi. Sin embargo, la candidatura de Virginia Guinda, mujer y empresaria, espera cosechar simpatías, más allá de la empresa catalana, de los pequeños empresarios, que han sufrido la dureza económica de la crisis y que no se sienten apoyados por la actual dirección.
También dentro del sector crítico de CEOE ven la candidatura de Guinda como principalmente eso, una alternativa que recoja el descontento y el malestar con la gestión de Garamendi: desde su poca vehemencia contra la política económica del gobierno de Pedro Sánchez hasta sus ‘dejes’ presidencialistas en CEOE, como el intento de suprimir la limitación de mandatos en su cargo, como avanzó en exclusiva también este medio. Pero pocos piensan realmente, por ahora, que pueda amenazar la reelección del vasco hasta 2026, lo que podría causar una sensación de inestabilidad poco deseada en el seno de la patronal.
