Los fondos europeos se olvidan de las pymes: las grandes empresas se quedan las licitaciones
El Banco de España advierte de que si bien adjudicar los fondos europeos a compañías más punteras es adecuado en el corto plazo, es una oportunidad perdida para reforzar el tejido productivo
El Gobierno de Pedro Sánchez diseñó con buena intención los fondos europeos: tenían que ser un macroplan millonario con el que impulsar inversiones estratégicas capaces de cambiar el modelo productivo español, al tiempo que solventaba el daño económico sufrido por la pandemia de COVID-19. Los más de 160.000 millones que España va a recibir de estas partidas de los Next Generation EU ya están siendo clave para el impulso de la actividad económica.
Lo constata el Banco de España en su último Informe trimestral. La moderación de los precios de la energía, la resolución de los cuellos de botella en la cadena de suministro y un mayor despliegue de los fondos europeo son algunas de las claves que están apuntalando el crecimiento de la economía española en 2023. Si bien se trata aún de una mejora muy vinculada al sector exterior, el correcto despliegue del Plan de Recuperación podría estar impulsando la recuperación de la inversión empresarial.
Ahora bien, en las proyecciones macroeconómicas del Banco de España (que mejoran la estimación de crecimiento, de inflación, de paro y de deuda) prima la incertidumbre. Y, entre ellas, las «dudas», destaca el supervisor bancario, con respecto al «ritmo de ejecución de los proyectos asociados al programa Next Generation EU y a su impacto sobre la actividad».
«Un coste de oportunidad»
Unos reparos que, en concreto, tienen que ver con la traslación de las inversiones al tejido productivo. Los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) fueron diseñados como herramientas para impulsar la inversión público-privada con un objetivo claro: «Que favorezca la integración y el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas, así como el impulso de entornos colaborativos«, reza el real decreto que los establece.
Pero, según el Banco de España en un estudio preliminar vinculado a sus proyecciones macroeconómicas, gran parte de estas inversiones millonarias estarían recayendo en grandes compañías, de acuerdo con datos cruzados de la Base de Datos Nacional de Subvenciones, la Plataforma de Contratación del Sector Público, el Instituto Nacional de Estadística y el Banco de España.
«A partir de los datos disponibles ahora mismo, del CIF y NIF de las empresas que consiguen licitaciones, estamos observando que son relativamente grandes en comparación con las empresas que hay en el tejido empresarial español y también más grandes que otras empresas que recibían fondos que no eran Next Generation«, detalló durante la presentación de este lunes el director general del Departamento de Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán.
Más crecimiento a corto plazo
Esto tiene sentido, apuntan, ya que en el corto plazo son capaces de asumir y gestionar proyectos millonarios e impulsar la actividad económica, se genera un «coste de oportunidad». «Tenemos evidencia de que apoyar a las empresas pequeñas en las licitaciones ayuda a estimular su desarrollo, su crecimiento y a un mayor dinamismo de la inversión agregada«, insistió Gavilán. Es decir, que si las grandes empresas son capaces de generar un mayor crecimiento a corto plazo, el hecho de no incluir más a las pymes supone una oportunidad perdida de desarrollar tejido empresarial.
Además de ser más grandes, también sobrevivieron mejor al impacto de la pandemia: son significativamente más productivas, tienen mejor acceso a la financiación bancaria -menores tipos de interés- y también sufrieron una menor caída en sus ventas durante el golpe del COVID-19.
Sí hay algunas excepciones concretas en programas que fueron específicamente diseñados para llegar a las pymes. Un ejemplo es el llamado kit digital, con ayudas para digitalizar estas empresas.
En un artículo en su publicación ‘Cuadernos de Información Económica’, Funcas ya apuntaba que los trámites burocráticos representaban una barrera de entrada a las pymes para acceder a los fondos europeos, además de exigírseles un elevado número de avales. «Las empresas de menor dimensión disponen de recursos más limitados para la identificación de oportunidades derivadas de la implementación de los PERTE, así como para atender a los requisitos de carácter burocrático, técnico y otros, de cara a solicitar las ayudas y, posteriormente, dar seguimiento y justificar la ejecución de las actuaciones», subrayaban.
En el Banco de España no hacen valoraciones del impacto agregado de que estos fondos recaigan mayormente en las grandes empresas y lo postergan a trabajos con más datos, más adelante.
Desde el supervisor sí insisten en que también es necesario una evaluación de los procedimientos de convocatoria y concesión de los fondos, además de una «evaluación del impacto» de los mismos. «El valor importante está en ver qué hacen estas empresas con los fondos. Para esto es pronto y no tenemos tampoco mucha información», afirmó Gavilán.
Con todo, no cabe duda del empujón que están dando los millones europeos al crecimiento español: en 2022 impulsó el crecimiento un punto porcentual más de PIB. Acelerará hasta el 1,7% este año para cerrar 2024 con una aportación cercana a los dos puntos de PIB. En 2025, penúltimo año para desarrollar las inversiones, sumará a la economía española un 1,6%.