Foment, Pimec, CCOO y UGT avanzan en la negociación colectiva catalana con el escollo de los salarios
Los agentes sociales están cerrando una regulación en materia de teletrabajo, mientras la negociación salarial sigue estancada
Entre revisiones de convenios colectivos estancadas, el pacto de renta y posibles protestas, los principales sindicatos y patronales catalanes han sacado tiempo para avanzar en la negociación del nuevo Acuerdo Interprofesional de Cataluña (ACI). Este documento, aun por finalizar, tiene que sentar las bases de la negociación colectiva en la región para que dé como resultado los nuevos convenios sectoriales. Sin embargo, las diferentes propuestas de los agentes sociales para abordar las subidas de sueldos y la pérdida de poder adquisitivo de los empleados causada por la inflación ha ralentizado el pacto final.
Según explican fuentes de CCOO a Economía Digital, las negociaciones del ACI se retomaron en 2020 durante la pandemia por la excepcionalidad de la situación, cuando el documento aprobado en 2018 por Foment del Treball, Pimec, Fepime, CCOO Cataluña y UGT Cataluña aún era vigente. Este informe caducó a finales de ese año, pero seguirá sirviendo como marco de las negociaciones entre los colectivos catalanes hasta que las reuniones den como fruto su actualización.
Por ahora, patronales y sindicatos ya han cerrado acuerdos en materia de igualdad, salud laboral, formación y digitalización. Para Cristina Torre, Secretaria de Acción Sindical y Transacciones Justas de CCOO Cataluña, esta última branca es la más relevante, dado que “garantiza los derechos y el poder de decisión de los trabajadores” en todos los procesos de digitalización que se inicien en las empresas.
Los puntos de disyuntiva que impiden cerrar el nuevo ACI, por el contrario, son aquellos referentes al teletrabajo y salarios. La actualización de este pacto incluirá el despliegue de la Ley del trabajo a distancia a aprobada en julio de 2021 para que sirva de guía en los futuros convenios. Torre no cree que este apartado del acuerdo sea “insalvable” y espera poder cerrarlo en las próximas semanas. La gestión de los gastos como la electricidad cuando se trabaja desde casa, es una de los puntos que restan por cerrar.
Sin embargo, el Acuerdo Interprofesional no se finalizará hasta que haya un pacto en materia salarial. Desde CCOO Cataluña, exigen retomar las negociaciones a nivel nacional y cerrar el Acuerdo de Empleo y Negociación Colectiva para contar con un pacto estatal que les sirva de respaldo. “Si no hay un acuerdo en materia salarial que nos sirva de referencia, tendremos que revisar el valor de un acuerdo que no sitúa la principal prioridad de los trabajadores y trabajadoras en Catalunya, que es la pérdida de poder adquisitivo”, afirma la sindicalista con relación al antiguo ACI.
Primero los sueldos
Dado que se firmó en una época de bonanza y estabilidad económica, el actual documento deja la revisión salarial en manos de los indicadores “que en cada caso se estimen aplicables por las personas negociadores”. Para el nuevo texto, los sindicatos piden de incluir cláusulas de revisión salarial indexadas al IPC, una medida poco apoyada por las patronales y la exigencia que mantiene la negociación salarial estancada.
En este sentido, y aunque el objetivo es sellar el AIC lo antes posible; los acuerdos que corren más urgencia son aquellos relativos a la actualización de la setentena de convenios colectivos que restan por revisar en Cataluña. El bloqueo de estos documentos afecta a casi un millón de catalanes, que siguen cobrando lo mismo que el año pasado, antes de la espiral inflacionaria.
La principal demanda tanto de CCOO como de UGT es pactar una subida salarial del 3,5% para este 2022, del 2,5% el año que viene y del 2% en 2024. Por ahora, la subida media de los convenios este 2022 ha sido del 2,6%. Aun así, su exigencia de añadir cláusulas de revisión salarial indexadas al IPC, por las que se podría volver a aumentar los salarios a partir del año que viene según aumente la inflación, es el punto donde no hay unanimidad.
Con un IPC que ya llega a los dos dígitos, un aumento de estas dimensiones es “inasumible” para las principales empresas catalanas, según explican desde su patronal, Foment del Treball. El director de relaciones laborales de la asociación empresarial, Javier Iabars, mantiene que están sentados en todas las mesas de negociación colectiva con el fin de cerrar estos convenios antes de acabar el año.
Para ello, están buscando “formas imaginativas” que complementen una subida salarial más reducida, de alrededor del 3%, en aquellos sectores donde sea posible “según la naturaleza de la actividad”. Estas medidas favorecerían la conciliación laboral de los empleados y conllevarían desde una la flexibilización de la jornada laboral a una mayor facilidad para recibir permisos.
Aunque es una propuesta que podrían aceptar en algunos convenios, los sindicatos mantienen su reclamación de incluir cláusulas de revisión, dado que lo consideran la única manera de asegurar que los empleados no pierdan poder adquisitivo. Núria Gilgado, secretaria de política sindical de UGT Catalunya, afirma que solo el 16% de los convenios de la comunidad cuentan con este tipo de medidas.
En un discurso similar al de CCOO, exige llegar a un acuerdo a nivel estatal, mientras mantiene que las empresas “están trasladando la inflación al coste final de los productos”, lo que impacta al consumo de los trabajadores, “para no perder beneficios”.
Pimec busca otros ídices
Por contra, la asociación de las pequeñas y medianas empresas catalanas, Pimec, pide a los sindicatos que no “apunten a las empresas”, al menos no a las pimes, como las culpables de la inflación. Para la entidad presidida por Antoni Cañete, la solución recae en indexar la subida salarial a otras variables como el PIB o a los beneficios de las empresas.
Pimec propone cerrar un “pacto de la productividad”, que ayude a mejorar la competitividad de las empresas, lo que generaría más ingresos a las compañías y permitiría a las administraciones ampliar las ayudas sociales para los más vulnerables, según su secretario general, Josep Ginesta.