Foment alerta de que el redactado de la reforma laboral genera inseguridad jurídica
La patronal catalana lamenta que el nuevo marco normativo genere dudas, por lo que pedirá su modificación durante la tramitación parlamentaria del texto
Una vez publicada la letra pequeña de la reforma laboral en el BOE, Foment del Treball confirmó sus sospechas. La patronal catalana ya denunció el contenido del acuerdo firmado por la CEOE a pesar de desconocer los detalles y el pasado lunes, ya con el documento analizado, no dudó en señalar que algunos puntos generan «inseguridad jurídica». La agrupación presidida por Josep Sánchez Llibre presionará durante la tramitación parlamentaria del texto para modificarlos.
En la ejecutiva de la entidad, Foment explicó a sus afiliados los detalles de la reforma laboral pactada a finales de diciembre. Más allá de realizar una explicación técnica de los diferentes puntos del nuevo marco, entró a realizar una valoración del redactado, que pedirá aclarar a los partidos políticos cuando la reforma laboral entré en las cortes.
Como explicó La Información, la patronal elaboró un documento para explicar punto por punto las modificaciones del marco normativo. El informe, al que ha tenido acceso Economía Digital, es especialmente crítico con la modificación de la contratación de fijos-discontinuos.
El texto de la reforma laboral dice textualmente que “las personas trabajadoras fijas-discontinuas tienen derecho a que su antigüedad se calcule teniendo en cuenta toda la duración de la relación laboral y no el tiempo de servicios efectivamente prestados, con la excepción de aquellas condiciones que exijan otro tratamiento en atención a su naturaleza y siempre que responda a criterios de objetividad, proporcionalidad y transparencia”.
Para Foment, abrir el abanico de excepciones «genera inseguridad jurídica» al abrir la puerta a que «las indemnizaciones por despido se calculen considerando toda la relación laboral y no el tiempo de servicio efectivamente prestado». Por ello, asegura que tratarán de suprimir o clarificar el cambio durante la tramitación parlamentaria de la ley.
Sin embargo, tanto la CEOE como el Gobierno aseguraron que, a falta de obtener los apoyos parlamentarios necesarios, su intención es aprobar el texto sin modificaciones.
De este modo, la patronal catalana mantiene el tono crítico con la reforma pactada por Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, de la que, aseguran, no pudieron leer el contenido exacto hasta que no estuvo publicada en el BOE. Como ya avanzó este medio, tanto Foment como la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) no respaldaron el acuerdo.
A pesar de contar con justificaciones diversas, las patronales díscolas coincidían en un punto: quejarse de la escasa participación que tuvieron los afiliados durante las negociaciones. Cuando conocieron la norma, se la presentó Salvador del Rey, socio del bufete de abogado Cuatrecasas y encargado de asesorar a la patronal una vez ya estaba firmada.
Las mismas voces señalan que Garamendi se rodeó de su equipo de confianza de la CEOE para pilotar las conversaciones con el Gobierno y los sindicatos. El dirigente y su directora de relaciones laborales, Rosa Santos, lideraban una comisión de la que fue muy complicado obtener información y en la que también tuvo un papel destaca la exministra Fátima Bañez, presidenta de la Fundación CEOE.
Un ejemplo claro fueron las infructuosas del presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, y su director de relaciones laborales, Javier Ibarz, al propio Garamendi y al resto de la comisión negociadora. Nada.
Garamendi se enfrentará a los críticos la semana que viene
Antonio Garamendi se verá las caras con los asociados críticos en la próxima junta directiva de la CEOE, prevista para el miércoles. Será la primera vez que se reúna toda la organización desde la aprobación de la reforma laboral, por lo que se espera que el presidente tenga que aguantar los reproches de algunos afiliados.
“Las presiones que recibió Garamendi fueron brutales”, lamentan fuentes de la CEOE. Los distintos ministerios descolgaron los teléfonos repetidamente con tal de conseguir el sí de la organización. Incluso los propios ministros, con Yolanda Díaz y Nadia Calviño a la cabeza, fueron los encargados de realizar las llamadas. “No me afectan las presiones”, aseguró el directivo en la XVIII Edición del Premio Nacional Joven Empresario.
El pressing no se quedó en la CEOE. Desde el Gobierno también se trató de influir en las distintas organizaciones empresariales, tanto sectoriales como territoriales. Surtió efecto: alguno de los que se abstuvo reconoce que no se posicionó en contra por el coste social que tendría la decisión.