El FMI eleva al 2,5% el crecimiento del PIB español pero avisa del impacto de la guerra comercial de Trump
El FMI estima que la economía se ralentizará hasta el 1,8% en 2026, con las dudas en torno a un potencial recrudecimiento de las tensiones comerciales entre EEUU y la Unión Europea
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. Gustavo Valiente / Europa Press
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mejorado la previsión de crecimiento económico de la economía española al 2,5% del producto interior bruto (PIB) para este año, dos décimas más que en su anterior informe, pero apunta a que la economía se ralentizará hasta el 1,8% en 2026, con la mayoría de riesgos a la baja en cuanto al crecimiento debido a la incertidumbre generada por la guerra comercial desatada por Donald Trump.
El organismo ha presentado su informe sobre la economía española y reconoce que el impacto directo de los aranceles decretados por la Casa Blanca (con datos hasta el 8 de abril, es decir, antes de la pausa de 90 días a estas tasas) será «contenido por la limitada exposición» de la economía española al comercio con Estados Unidos.
«En el escenario de base del personal técnico del FMI, el impacto adverso de la elevada incertidumbre en torno a las políticas comerciales y los aranceles anunciados por el gobierno estadounidense a principios de abril se verá contenido por la limitada exposición comercial directa e indirecta de España frente a Estados Unidos», indican desde el organismo con sede en Washington DC, el primero en hacer proyecciones con la guerra comercial iniciada.
Pese a que la revisión es alza, los técnicos del FMI prevén que el ritmo de la economía se vaya desacelerando gradualmente en tanto se normalicen los aumentos de población en edad de trabajar y también de las exportaciones, con las de servicios turísticos protagonizando grandes incrementos en los últimos años. Pero, a futuro, el envejecimiento demográfico hará que el crecimiento económico se sitúe en línea con el potencial: un 1,7%.
El crecimiento estará protagonizado por el consumo, que seguirá siendo sólido gracias a las ganancias de poder adquisitivo de los salarios reales al tiempo que se reducen las tasas de ahorro de los hogares, lo que permitirá paliar los efectos de un mercado laboral con menor dinamismo.
El FMI estima, a su vez, que la inversión debería repuntar gracias a la disminución de los tipos de interés, el avance de los fondos Next Generation EU y el aumento de la construcción de viviendas para atender la demanda acumulada.
Con todo, más allá de las incertidumbres internacionales, en el plano nacional preocupa mucho a los técnicos del FMI la «fragmentación política», un mensaje que vienen transmitiendo en sus últimos informes. Esto es así porque «podría impedir una respuesta fiscal si la reducción del déficit de España no llegara a cumplir los compromisos asumidos en el marco de gobernanza de la UE o si en el mercado surgieran inquietudes acerca de los riesgos soberanos en Europa».
Además, la debilidad de la inversión, sobre todo en la construcción, o por una ejecución de los fondos europeos inferior a la esperada. «En cuanto a la inflación, el proceso desinflacionario podría desacelerarse si los costes unitarios de la mano de obra experimentaran subidas más persistentes de lo previsto debido a presiones salariales sostenidas o a un crecimiento decepcionante de la productividad», sostiene el FMI.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha celebrado los nuevos datos en una valoración remitida a los medios de comunicación: «Esta mejora de la previsión de crecimiento refleja la buena base del modelo de crecimiento de la economía española», subraya.
Según el departamento que dirige Cuerpo, España seguirá a la cabeza de los países desarrollados en cuanto a crecimiento por segundo año consecutivo, después de que el año pasado liderara los incrementos con un avance del 3,2% del PIB.