Fedea desconfía de la semana laboral de cuatro días

Fedea advierte que la reducción de la semana laboral no se puede hacer por imposición legal, y aconseja que ayudas como la del paro puedan ser compatibles con un empleo

Fedea advierte de las consecuencias de reducir la semana laboral si no hay consenso. EFE/Ismael Herrero

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Para Fedea la reducción de la semana laboral a cuatro días no se puede hacer por imperativo legal, sino que debe surgir por acuerdos entre empresas y empleados.

Así lo precisa en un estudio firmado por José Ignacio Conde-Ruiz y Jesús Lahera, que analiza los retos del mercado laboral en las próximas décadas.

En este trabajo, los expertos de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada afirman que el camino a la semana laboral de cuatro días “no está siendo, ni debe ser, el de la imposición legal”.

La mejor opción, dicen, es que esta reducción tenga una relación con la productividad empresarial, y que se alcance “a través de la negociación colectiva o los pactos individuales con los trabajadores”.

Fedea advierte que aplicar la reducción laboral sin consenso perjudicará los salarios

Para Fedea, si se impone esta normativa de forma obligatoria “iría en contra de la heterogeneidad productiva”, y tendría una contrapartida no deseada, que sería la reducción de salarios “en los sectores con menor capacidad de adaptación a este sistema”.

Para pedir la ayuda es indispensable haber agotado la prestación contributiva por desempleo. Foto: Freepik.
La reducción de la semana laboral puede tener consecuencias indeseadas, advierte Fedea. Foto: Freepik.

Qué es la reducción de la semana laboral

El proyecto de la semana laboral es una iniciativa impulsada por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz, que plantea reducir las cargas de trabajo a 32 horas semanales, y distribuirlas en cuatro jornadas.

Por ahora solo hay un par de experiencias piloto como la del Ayuntamiento de Valencia, la idea es aplicarla a empresas del ramo industrial, que se comprometan a no reducir los salarios a cambio de obtener subsidios por parte del Estado.

Reforzar las políticas de empleo

En el estudio Fedea puntualiza que España tiene que reforzar las políticas que incentiven la búsqueda de empleo, dado que habrá un importante número de trabajadores que quedarán desplazados por la revolución tecnológica.

Todos los asalariados que son despedidos o cuya empresa cierra sus puertas reciben el paro, pero para esta fundación la ayuda se termina convirtiendo en una dependencia que impide la búsqueda de empleo.

Para Fedea el paro tiene que ser compatible con recibir un salario. Foto Javier Lizón-EFE

Debido a que la aceptación de un trabajo, incluso temporal o parcial, implica la pérdida del paro, muchos beneficiarios prefieren la seguridad de cobrar el subsidio antes que arriesgarse a perderlo por un empleo de poca duración, estiman en Fedea.

«Esto explicaría por qué en muchas áreas turísticas donde hay un alto nivel de desempleo existen problemas para cubrir vacantes», indica el estudio.

Compatibilizar ayudas y empleo

La solución, indican, es que las ayudas puedan ser compatibles con un salario, al menos, si los ingresos están por debajo de un cierto umbral.

Si lo superaran, las prestaciones como el paro se irían reduciendo o suspendiendo por completo.

Esta medida asegura que las personas con ingresos más bajos sigan recibiendo el apoyo necesario, mientras se incentiva a buscar empleo y aumentar los ingresos», argumentan los expertos de Fedea.

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