Fedea invalida el nuevo mecanismo de ajuste de las pensiones: es insuficiente y perjudica a los jóvenes
El nuevo mecanismo solo aportará un ahorro de dos décimas de PIB en 10 años, menos de la mitad del que suponía el factor de sostenibilidad de las pensiones del PP en 30 años
Nueva y dura advertencia de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) sobre el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) diseñado por el Gobierno en el marco de la reforma de las pensiones para asegurar la sostenibilidad del sistema: el mecanismo es «insuficiente» y perjudicará sobre todo a los más jóvenes, que tendrán que soportar una mayor carga fiscal.
El nuevo mecanismo de ajuste de las pensiones, incluido en la reforma de las pensiones que entró en vigor el pasado 1 de enero, sustituye al derogado factor de sostenibilidad que impulsaba la reforma anterior de 2013 del Gobierno del PP y que, de haberse llevado a cabo, habría supuesto desde 2023 en adelante, ligar la cuantía inicial de la pensión con la esperanza de vida en la edad legal de jubilación.
En su lugar, el MEI contempla un alza durante 10 años (2023-2032) de las cotizaciones sociales en 0,6 puntos porcentuales (cinco décimas a cargo de la empresa y una décima al trabajador), para lograr ingresos adicionales con el fin de nutrir el Fondo de reserva de las pensiones, que podrá utilizarse de 2033 en adelante para ayudar a financiar el gasto en pensiones contributivas. Según el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, se logrará un ‘colchón’ de unos 40.000 millones de euros.
Asimismo, el MEI limita las disposiciones de activos de la llamada ‘hucha’ de las peniones a un máximo de 0,2 puntos de PIB anuales y fija que, si fuesen insuficientes, se abrirán negociaciones con los agentes sociales para buscar otras soluciones vía subidas de cotizaciones u otros aumentos de ingresos como recortes de gasto, con un tope de ocho décimas de punto de PIB al año.
Perjudicará a los más jóvenes
El análisis de Fedea, elaborado por Miguel Ángel García, Alfonso Sánchez y Ángel de la Fuente, analiza el diseño del nuevo mecanismo, que ven como una primera medida de la reforma en curso que «ayudará a mitigar los problemas de sostenibilidad del sistema público de pensiones», a través de la subida de las cotizaciones, pero consideran que su diseño es «francamente mejorable».
A su juicio, la sustitución del factor de sostenibilidad por el MEI «no contribuye precisamente a mejorar la equidad intergeneracional del sistema de pensiones», puesto que la única medida especificada que se incluye en el MEI es un incremento de las cotizaciones que eleva la carga fiscal sobre los activos, en lugar de reducirla, como hubiera hecho el factor de sostenibilidad a través de un mayor control del gasto.
De hecho, Fedea avisa de que la nueva normativa «tiende a perjudicar a las cohortes más jóvenes, que son precisamente las que merecerían un respiro, dado que su menguante tamaño en relación con el stock de jubilados exigirá un aumento significativo de su carga fiscal«.
«Claramente insuficiente para restaurar el equilibrio del sistema
A su vez, sostiene que el MEI resulta «claramente insuficiente», tanto para restaurar el equilibrio del sistema y como sustituto del factor de sostenibilidad, ya que frente a las 4 ó 5 décimas de PIB de ahorro anual que el factor de sostenibilidad generaría en promedio hasta 2050, el MEI sólo aportaría con certidumbre 2 décimas durante 10 años a través de su primer componente.
El resto podría provenir del tercer componente, pero ello, subraya Fedea, exigiría un acuerdo con los agentes sociales que podría ser complicado de alcanzar, así como la adopción de nueva legislación. La Seguridad Social presentaba en 2019 un déficit de unos 16.600 millones (1,3% de lPIB), antes del inicio del trasvase de su déficit al Estado y de la crisis de la Covid.
De acuerdo con las previsiones del propio Ministerio de Economía para el ‘Ageing Report’ de 2021, la supresión del factor de sostenibilidad y la vuelta a la indexación al IPC
añadirán al gasto en pensiones 3,5 puntos de PIB en 2050. La AIReF cifra ese aumento de gasto en 2050 en 3,2 puntos de PIB (2,3 por la supresión del IRPF y 0,9 por el factor de sostenibilidad), mientras que Fedea lo eleva a entre 3,8 y 4,7 puntos, en función de la inmigración.
Las previsiones existentes sitúan el coste del núcleo de la contrarreforma de pensiones
en curso, medido en términos de gasto adicional en 2050, entre los 3,2 y los 4,7 puntos de PIB. Calculan un incremento medio del gasto anual en pensiones de entre 1,6 y 2,35 puntos de PIB durante los próximos 30 años, entre 8 y 12 veces más de lo que se recaudará anualmente con la subida de cotizaciones que incluye el MEI, que además sólo se aplicaría durante 10 años.
Redacción «muy confusa»
Desde Fedea también alertan de que el nuevo mecanismo MEI presenta «serios problemas de diseño» que se ven agravados por una «redacción muy confusa». A su juicio, la condición de activación del subfondo de reserva «no parece muy razonable», pues depende sólo de las previsiones de gasto en pensiones para 2050, con independencia de los ingresos en ese momento y de los gastos, ingresos y déficits observados en todos los años anteriores.
En particular, todo dependerá de los sucesivos informes trienales sobre el envejecimiento de la Comisión Europea (el llamado ‘Ageing Report‘). El próximo Report, el de 2024, servirá para fijar la referencia de gasto en pensiones previsto en 2050. Mientras los sucesivos informes no superen este umbral, el fondo no se activará y de hecho podría usarse para reducir las cotizaciones o mejorar las pensiones, por muy elevado que fuese el déficit en ese momento o el previsto para 2050.
Si en algún momento se superase el umbral, esto es, si el nuevo informe contuviera una previsión de gasto para 2050 superior a la del ‘Ageing Report‘ de 2024, entonces el fondo comenzaría a utilizarse para ayudar a financiar el gasto corriente en pensiones, con el tope de dos décimas de PIB ya mencionado.
La redacción, sin embargo, es para Fedea confusa sobre los detalles, en buena parte porque no distingue con claridad entre la revisión al alza de las previsiones de gasto para 2050 de los ‘Aging Reports‘ y el déficit del sistema en esa fecha o en años anteriores.