Fedea avisa de que destopar las cotizaciones máximas no será suficiente para garantizar las pensiones
Las medidas de compensación adoptadas no serían suficientes para compensar la actualización de las pensiones con el IPC
El investigador asociado de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), Miguel Ángel García, considera que, «con independencia» de cuanto se incrementen las bases máximas de cotización, la sostenibilidad del sistema de pensiones en España está «bastante comprometida».
En declaraciones a Servimedia, García ha explicado que con el incremento previsto del gasto, con la actualización de las pensiones con el IPC y la sustitución del factor de sostenibilidad, las medidas de compensación adoptadas “no son suficientes”. Además, ha defendido que el destope de las bases máximas y de la pensión más elevada no debe analizarse de forma «aislada», sino dentro de la reforma global de pensiones.
Asimismo, avisa de que si las cotizaciones máximas se elevan de forma brusca para conseguir un aumento de ingresos «inmediato», se puede perjudicar al mercado de trabajo, que todavía cuenta con casi tres millones de desempleados.
La subida de las cotizaciones no será suficiente
El economista explica que, antes del actual «choque inflacionario», el Ministerio de Economía ya realizó unas previsiones en las que apuntaba a que el gasto en pensiones pasaría del 12,2% del Producto Interior Bruto (PIB) de 2019 al 16,6% en 2050. Además, ha llamado la atención sobre que el déficit de la Seguridad Social se está resolviendo mediante «un artificio contable«, considerando «gastos impropios» de la Seguridad Social, determinadas partidas y asumiéndolos el Estado vía presupuestos.
En su análisis, el investigador asociado a Fedea señala que tampoco será suficiente la medida de elevar un 0,6% las cotizaciones hasta 2032, ya que solo supondrá una recaudación de dos décimas sobre el PIB. En su opinión, será necesaria otra reforma de pensiones en el futuro y trasladar a la sociedad el «riesgo que existe», porque se está manifestando únicamente una visión «bondadosa» y «parcial del sistema de pensiones que todos queremos, pero que no es real y «no se está afrontando cómo se paga y quien lo paga».
A su juicio, la situación «tiene arreglo», aunque tampoco se puede apoyar únicamente en confiar en un «cambio de comportamiento» de los trabajadores de que con los incentivos existentes van a decidir alargar su vida laboral. «La sociedad tiene que decidir qué transferencia quiere trasladar a las pensiones y tiene que decidir como se paga», considera García, que apuesta por repartir el esfuerzo y realizar estudios «serios y rigurosos» sobre ventajas e inconvenientes de cada situación.