Fainé ‘saca’ a los políticos de La Caixa de forma discreta
El presidente de la caja de ahorros avanza en la despolitización de la entidad, donde ya sólo queda un cargo electo, el alcalde de Banyoles
Con la discreción habitual, como es costumbre de La Caixa, su presidente, Isidro Fainé, ha aprovechado la última asamblea general para avanzar en la despolitización de la entidad, de acuerdo con las recomendaciones de la Lorca y su adaptación a la ley catalana de cajas.
La composición del nuevo consejo de administración de la institución de ahorro ya sólo cuenta con un cargo electo. Se trata del alcalde de Banyoles, el convergente Miquel Noguer, que cuando cese en sus funciones actuales tampoco será relevado por ningún político en ejercicio.
Aunque las corporaciones locales cuentan todavía con cuatro representantes de los 21 miembros del consejo de administración de la entidad, sólo Noguer posee la condición de cargo electo. Y así sucede, de la misma forma, en las diferentes comisiones que gobiernan el grupo financiero, donde se ha producido la depuración política.
Mandatos vencidos
La legislación obliga a que la asamblea modifique cada tres años la composición de la mitad de los órganos de gobierno del grupo en algunos casos al vencimiento de los mandatos o de los límites de permanencia que cada representante tiene asignados. Así, por ejemplo, el alcalde de Lleida, el socialista Àngel Ros, ha abandonado la cúpula de La Caixa en esta renovación.
“Fainé ha hecho un trabajo discreto de convencer a los políticos de la necesidad de presentar para La Caixa un perfil más profesional y conjurar las tentaciones de politización que han tenido terribles derivadas en otras cajas, incluso en ésta en otros tiempos”, señala un miembro del consejo de administración a Economía Digital.
¿Desaparece la política?
“Todo es muy relativo, no hay cargos electos, pero no se puede decir exactamente que no hayan políticos. Además, un cargo electo al final tiene algún control democrático que no tiene alguien teóricamente independiente pero sugerido por un partido”, señala otro consejero de la entidad.
Sin embargo, ambos coinciden en que la voluntad del presidente era limpiar la caja de sospechas políticas. De ahí, por ejemplo, que la incorporación de Francesc Homs (exconseller del Govern con Pujol y uno de los hombres próximos a Roca durante su etapa política) no haya sido premiada con una vicepresidencia.
“Antes teníamos tres vicepresidentes, y uno de ellos [Jordi Mercader] era el representante del Ayuntamiento de Barcelona. Sin embargo, Homs accede a los órganos de gobierno por el ayuntamiento y no tendrá vicepresidencia, será un vocal más del consejo”, agregan. Homs ha sustituido a Jordi Mercader como representante del consistorio barcelonés tras la victoria de Xavier Trias en las últimas municipales.
Control del consejo
Como consecuencia, las vicepresidencias se han reducido a dos: la primera para Salvador Gabarró (Gas Natural) y la segunda para Javier Godó (La Vanguardia). “Ha sido una jugada maestra de Fainé para evitar la politización, cumplir con la ley y para asegurarse el control absoluto del segundo nivel”, relata un consejero que representa a los empleados.
La norma vigente concede a La Caixa un plazo para despolitizar su gobierno que expira a finales de 2013. Con la prevista salida de Noguer, el grupo habrá cumplido con la adaptación a la ley.
La Caixa es el principal accionista del grupo bancario Caixabank y del holding empresarial Criteria.