Las empresas disparan su facturación en 2021: las energéticas, un 49,8% más con la luz desbocada
La facturación de las empresas españolas aumentó un 17,6% el año pasado, el mayor alza desde el inicio de la serie, liderando la mejora las compañías energéticas, que facturaron un 49,8% más de media con el precio de la electricidad disparado
El desplome económico registrado en 2020 por el estallido de la pandemia provocó una caída histórica del 14,2% en la facturación de las empresas, pero la reanudación de la actividad en 2021 permitió una remontada del 17,6% el año pasado, el mayor incremento desde el inicio de la serie en 2002.
Pero sin duda el sector que más ha aupado su facturación es el energético, y es que la crisis energética se ha traducido en un fuerte incremento de la facturación para las empresas del sector. La cifra de negocio de las compañías que se dedican al suministro de luz, agua, saneamiento o residuos se disparó el año pasado un un 49,8% en comparación con el año anterior.
Así lo reflejan los datos del Índice general de cifra de negocios empresarial publicados este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran cómo las compañías del sector energético fueron el área que más crece con una amplia diferencia sobre el resto de actividades, y todo ello coincidiendo con el repunte de los precios de la electricidad en los mercados mayoristas.
En diciembre las compañías españolas mejoraron su facturación un 23,8%, 3,8 puntos menos que la tasa de noviembre, pero acumulando diez meses consecutivos de subida. A nivel general, desde el mes de marzo comenzó a repuntar con notables aumentos en marzo (+20,9%) y abril (+58,8%), influyendo en ellos la comparativa interanual con los meses de estallido, confinamiento domiciliario y el Estado de alarma inicial en 2020, aunque ya se moderó al 39,8% en mayo y al 22% en junio y se ha mantenido desde entonces con tasas por encima del 14%.
El sector eléctrico se lleva la palma
La variación mensual (diciembre sobre noviembre) de la cifra de negocios empresarial, eliminando los efectos estacionales y de calendario, cedió un 0,8%, lo que supone la mayor caída mensual desde abril de 2020, en pleno estallido de la pandemia.
Por sectores, los que encabezaron la mejora en su facturación fueron sobre todo los de suministro de energía eléctrica y agua, saneamiento y gestión de residuos, con un alza 49,8% de media el año pasado, coincidiendo con la escalada del precio de la luz por el alza de los precios en el mercado mayorista que ha llevado al Gobierno a tomar medidas como la disminución del IVA del 21% al 10% y la suspensión del impuesto de producción eléctrica del 7%.
No obstante, la mejora fue generalizada, ya que la facturación del sector de servicios no financieros de mercado repuntó un 15%, al tiempo que el comercio elevó un 15,6% sus ventas y, aún en mayor medida, las industrias extractivas y manufacturera la mejoraron un 16%.
El retraso en las ayudas
El Gobierno aprobó el pasado 12 de marzo el nuevo paquete de ayudas de 11.000 millones de euros para la solvencia de las empresas, cuyo reparto ha despertado las críticas de la oposición, las CCAA y las organizaciones empresariales y de autónomos por la demora en la firma de los convenios y las dificultades burocráticas para la tramitación de las mismas en la legislación autonómica de cada región.
El paquete de ayudas contempla una línea de 7.000 millones de euros para ayudas directas a empresas y autónomos destinadas al pago de gastos fijos y deudas con proveedores y otros acreedores, a gestionar por las CCAA y cuyo reparto ha generado polémica. Este es el fondo que ha flexibilizado Hacienda para que las CCAA puedan incluir más sectores.
También se recoge una línea de 3.000 millones para que el ICO pueda acompañar los procesos de reestructuración de deuda financiera, y un fondo de 1.000 millones para la recapitalización de las empresas afectadas. Ante las dificultades denunciadas por asociaciones y CCAA, sobre todo las del PP, el Gobierno amplió 4 meses el plazo de cobertura de las ayudas directas.
Las ayudas podrán compensar hasta un 40% de la caída adicional de ingresos para las micropymes y los autónomos y hasta un 20% del resto de empresas. Se establece una cantidad fija de 3.000 euros para los autónomos que tributan por módulos y un rango entre los 4.000 y 200.000 euros por empresa para el resto.