Las eléctricas desmontan ante Ribera el relato de una transición ecológica fácil: tensionará los precios
Endesa y Repsol mantienen que los próximos años no serán sencillos en el sector energético
El papel lo aguanta todo. Incluso ha aguantado durante algunos años el mantra de la transición ecológica a velocidad de vértigo. Un visto y no visto para acabar con el carbón, el petróleo y el gas en un puñado de años. El objetivo: eliminar las tecnologías contaminantes del mix energético. El problema es, y el conflicto de Ucrania ha encendido las luces de alarma, que no todo irá tan rápido; y que a mayor velocidad, mayor tensión de precios que tendrán que soportar los consumidores.
Para ello algunas de las principales empresas energéticas españolas no han dudado en hacérselo saber a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que incluso también empieza a darse cuenta de que, quizá, hay que repensar parte del camino.
Así lo han escenificado este miércoles los consejeros delegados de Repsol y Endesa, junto al presidente de Enagás, en una mesa energética en el marco de las jornadas del Cercle de Economía de Barcelona. El máximo responsable de la gasista, Antonio Llardén, se ha mantenido más moderado en sus declaraciones. A fin de cuentas, como gestor de las infraestructuras del gas en España, su labor está alejado de las tensiones comerciales más directas.
Por su parte, el CEO de Endesa, José Bogas, ha sido muy rotundo: “Esta transformación no es barata. El objetivo final es bastante mejor que no hacer nada, pero durante el camino vamos a sufrir”.
En esta línea, el máximo dirigente de Repsol, Josu Jon Imaz, también ha sido muy claro: “Debemos repensar la transición energética”. En el caso del directo vasco de la petrolera, su particular caballo de batalla está, lógicamente, en mantener una posición frontal contra los políticos que llevan la carga ideológica del discurso a la utilización de unas u otras tecnologías. En este caso, Imaz defiende el uso eficiente de los hidrocarburos. Y sobre todo aboga por la facilidad para invertir en ellos, porque de lo contrario vuelve a surgir un problema de precios en la ecuación.
Problemas a medio plazo
En el marco de esta transición, donde hay múltiples frentes, y a cada cual con una gran complejidad, Bogas ha recordado que “en Europa nos hemos dado cuenta de la importancia que tiene una dependencia energética”, y estima que por eso ahora haya tanta prisa. Y hablando sobre el conjunto de la Unión, el CEO de Endesa es solo moderadamente optimista con el planteamiento de algunos países: “Si la guerra de Ucrania dura mucho, y cuesta reducir el consumo de gas, habría una fragmentación de la política europea; porque hay países que querrán consumir carbón”. Y ahí vuelve a estar el problema de costes en la transición ecológica. “La especificidad de cada país puede hacer que cada estado tome decisiones que a lo mejor no están en la línea de la política general”
En cuanto a decisiones pasadas, Imaz ha recalcado que “no podeos estar ahora hablando del Midcat, que no se ha impulsado por motivos ideológicos, porque se decía que el gas era el petróleo”. Y con esa ancla, el CEO de Respol tiene el perfecto ejemplo, habitual en su argumentario, sobre la necesidad de una neutralidad tecnológica.
“El gas va a permanecer mucho tiempo”. Con esta afirmación, José Bogas establece las reglas del juego. Y dichas reglas vienen marcadas porque si hay que contar con el gas como tecnología de respaldo durante la próxima década, las tensiones de precios van a ser una constante.