El Santander recurre a la baza fiscal de Brasil para dar la sorpresa
El banco español se apunta 551 millones en extraordinarios en el cuarto trimestre gracias a la reforma fiscal de Jair Bolsonaro
No todos los cambios en materia de impuestos corren en contra de la banca. A la espera de lo que pueda hacer el ejecutivo de coalición entre Pedro Sánchez y Unidas-Podemos en este sentido (la convocatoria de elecciones en Cataluña abre una nueva incógnita sobre si será posible aprobar los Presupuestos para 2020), Banco Santander está aprovechando la reforma tributaria impulsada el año pasado por Jair Bolsonaro en Brasil.
En el cuarto trimestre de 2019, el primer banco español consiguió empujar su cifra de beneficios gracias a unos extraordinarios de 551 millones generados por los cambios en materia tributaria en este país, que también es un primer mercado por generación de beneficios. Esa inyección extra, sumada a los 693 millones logrados por la integración de su negocio de depositaría con Crédit Agricole, ha ayudado al Santander a batir las previsiones. El banco mejoró sus resultados un 35% en los cuatro meses finales del año, hasta los 2.783 millones, pero este incremento solo habría sido de un 5% sin la aportación de extraordinarios positivos por 711 millones.
De hecho, la cifra todavía podía haber sido más alta, pero el banco utilizó una parte de los beneficios extra generados en sanear su negocio inmobiliario. En España, el Santander realizó ajustes de valor en participaciones y activos inmobiliarios por 405 millones en 2019, superando los costes de reestructuración conjuntos de Reino Unido, Brasil, Polonia, el Santander Consumer Finance y Estados Unidos, que alcanzaron los 263 millones. En reducir su red y su plantilla tras la compra del Banco Popular, la entidad financiera ha invertido más de 600 millones.
El pasado ejercicio fue un periodo de importantes ajustes que el Banco Santander fue trasladando poco a poco al mercado, reservándose lo mejor parte para el final. En total, el beneficio del banco tuvo que digerir ajustes extraordinarios negativos por 1.737 millones, que provocaron una caída del beneficio del 17%, hasta los 6.515 millones.
Botín da visibilidad para los próximos años
Más allá de los 1.495 millones de impacto por el reconocimiento de un exceso de valor en el fondo de comercio de Reino Unido (que no afectó a la solvencia), la ayuda extra recibida desde Brasil en la recta final del año ha ayudado a consolidar su cifra de capital, que es algo que ha valorado muy positivamente el mercado.
Los analistas llevaban meses señalando que una de las debilidades del Santander era el nivel de solvencia de máxima calidad -cuando presentó el plan estratégico sorprendió que diera una horquilla tan amplia en sus objetivos-, por lo que el situar en el 12% su compromiso para el final del año en la ratio CET 1 Fully Loaded, ha dado una sorpresa positiva.
Además, el banco ha aportado visibilidad sobre la evolución futura de la cuenta de resultados, adelantando un crecimiento del beneficio ordinario anualizado por debajo del 10%, pero en el rango alto del signo único, lo que podría estar anticipando un crecimiento de entre el 7 y el 9%. En un contexto de tipos de interés negativos, esta guía para los próximos tres años ha impulsado a la acción.
De hecho, Banco Santander fue el mejor valor del índice más importante de la bolsa española, el IBEX, el miércoles, al anotarse un 4,41%. En términos de valor bursátil, este ascenso ha añadido 2.600 millones a la capitalización del banco presidido por Ana Botín, que vuelve a superar los 60.000 millones de euros.