El Mobile de Barcelona cierra sus puertas con un escaso impacto económico
El congreso internacional celebró una descafeinada edición marcada por la reducción del 58% de los expositores y el desplome del 72% de los visitantes
El Mobile World Congress (MWC, por sus siglas en inglés) de 2019 superó los 109.000 asistentes, marcando un hito en la historia del evento. La GSMA, organizadora del evento, habló entonces de un impacto económico de 473 millones de euros y de 13.900 empleos temporales en Barcelona. A aquella 14ª edición acudieron 2.400 empresas expositoras, 160 delegaciones gubernamentales y 200 países o regiones.
En el MWC de este año, sin embargo, los expositores han caído más de la mitad (un 58%), con solo algo más de 1.000 participantes, de los que unos 700 fueron presenciales y otros 300 acudieron solo en formato virtual.
Las previsiones contemplaban que asistiesen unos 30.000 asistentes, un 72% menos que en 2019, el último Mobile que se celebró en Barcelona antes de la pandemia después de que la edición de 2020 se cancelase.
Frente a los 473 millones de euros que se generaron para la Ciudad Condal en 2019, John Hoffman, consejero delegado de la GSMA, declaró hace unas semanas que esperaba que esta edición del Mobile lograse un impacto del 20% respecto a las cifras de otros años.
La cita, que acaba de cerrar sus puertas en la Fira, habría generado entre 100 y 200 millones de euros. Muy lejos de los números récord de otras ocasiones.
El ahorro de las marcas impera en el Mobile
Para intentar consolidar estos números y animar al público local a asistir, los responsables de la GSMA anunciaron una rebaja del precio de las entradas del 97,9%, pasando de pagar 1.000 euros si no eras expositor o prensa a 21 euros. Según explicaron, con esta tarifa se reservaron cerca de 30.000 tickets para todo aquel que quisiese acudir a la Fira de Barcelona.
Más allá de este descuento, lo cierto es que no asistir al evento va a suponer un gran ahorro de costes para las marcas, tanto si no acuden de ninguna forma como si lo hacen únicamente de forma virtual. Hoteles, dietas, transporte, el stand en la feria, las nóminas de los trabajadores desplazados, las comidas con posibles clientes, las invitaciones a la prensa, las convocatorias paralelas al evento…
Aunque las grandes compañías son reacias a precisar a cuánto asciende la cantidad de dinero que se ahorran este año, los expertos precisan que no será desdeñable y apuntan que podrán invertirla en otros fines, como potenciar sus propios eventos virtuales.
Ángel Barbero, profesor de EAE Business School, explica a Business Insider España que muchas tecnológicas han optado por destinar esos fondos a campañas online o convocatorias virtuales más reducidas, así como a reforzar las capacidades de comunicación digital, donde se incluye la celebración de sus propios eventos.
Estos objetivos se enmarcan en la aparición a lo largo de los últimos meses de un gran número de ferias en remoto para cubrir huecos que antes acaparaba el MWC. De hecho, según recuerda el profesor de EAE, la propia GSMA intentó diversificar, celebrando una especie de spin off del evento en formato presencial en Shanghái a principios de año.
Barbero señala que la aceleración de la digitalización en empresas y profesionales ha facilitado el crecimiento de estos eventos y su incorporación a los planes comerciales y de marketing: «Esta transición no tiene vuelta atrás, por lo que el MWC ha visto cómo su competencia ha crecido rápidamente en pocos meses».
Presupuestos ajustados «ante un período convulso»
No obstante, el experto precisa que el ahorro de costes por no ir al Mobile también está relacionado con el ajuste de presupuesto y la prudencia «ante un período convulso» del mercado, «por lo que no todas dedicarán ese dinero a otras acciones de marketing y comunicación».
De hecho, Paloma Gándara, una de las responsables de marketing de Infobip Iberia, una empresa de telecomunicaciones croata que acude al MWC y que ha desarrollado una plataforma de comunicaciones, destaca que la organización de estos modelos híbridos permite «combinar las ponencias y los asistentes virtuales con los presenciales sin dejar de lado a ninguno de los dos».
«Puede suponer más trabajo, pero lo cierto es que los beneficios de los eventos híbridos, además de en los resultados, se verán reflejados en el presupuesto puesto que, al reducir el número de asistentes, no habrá necesidad de alquilar un recinto grande y evitar así otros costes relacionados con el evento puramente físico, como transporte, alojamiento de los asistentes…», apunta.
Por su parte, Eduardo Correa, profesor de OBS Business School, precisa que, aunque apostar por un gasto menor es una realidad, la presencia o participación en este congreso debe ser vista como una inversión.
Correa señala que el Mobile es una palanca de las empresas para generar notoriedad, un mejor posicionamiento y, como consecuencia, un incremento en sus ventas a corto y medio plazo. Así, explica que no asistir al MWC supone un ahorro, pero también la pérdida de la oportunidad de acudir a un evento que, sin ser el único, «es clave en el sector».
Barcelona es dónde más se ha notado este ahorro
El ahorro de las marcas y un Mobile algo descafeinado se ha notado inevitablemente en el impacto económico que preveía la Ciudad Condal.
La gran caída en el número de asistentes supone otro golpe que se sumaría al sufrido por el sector turístico en el último año. Debido a los constantes cambios en las restricciones y la dificultad para sobrevivir durante meses con los ingresos por los suelos, algunas cadenas ni siquiera tienen abiertos los hoteles que en otras ediciones acogían a los participantes.
El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, explicaba a EFE que los hoteleros no piensan en lo que dejarán de ingresar respecto a la edición de 2019, sino que miran a 2020, cuando el Mobile World Congress no se celebró. La feria ha arrancado con una ocupación media del 45%.
Marc Bara, profesor en la OBS Business School, no invita a mayores expectativas. «El impacto económico en la ciudad es bajo, no hay que engañarse», zanja. Los hoteles están abiertos al 45% «y los que están abiertos a lo mejor solo tienen ocupadas el 10% de las habitaciones por participantes del Mobile World Congress aunque puede haber reservas de última hora».
Incide en que la hostelería barcelonesa «no ha tenido que reforzar plantilla» como ha ocurrido otros años, porque se está teniendo mucha prudencia con las comidas y encuentros de grupo: «La gente es consciente de que hay que tomar medidas y cautela. El impacto económico es muy bajo, aunque hay que entender que este Mobile World Congress es un punto de partida para la recuperación».
Un buen ejemplo de ello es lo que ocurría en 2019: entonces, las cadenas hoteleras de Barcelona celebraban y festejaban el evento. En 2021, sin embargo, los hoteles señalan que los niveles de ocupación son privados, como es el caso del Eurohotel Gran Vía Fira.
Consultadas por este medio, varias cadenas hoteleras han declinado hacer comentarios o no han ofrecido ninguna respuesta, a excepción de Ayre Hoteles. «Hemos notado una reactivación total con la llegada a la ciudad del Mobile World Congress. En 2019 teníamos una ocupación del 98% y ahora en 2021, con la vuelta del congreso, tenemos una ocupación del 84%», señalan fuentes de la cadena a Business Insider España.
El transporte a Barcelona es otro de los indicadores clave sobre el movimiento en las reservas para estas fechas. Fuentes de Renfe aseguran que se han desplegado más trenes a Barcelona y ha empezado el servicio de bajo coste Avlo, con 4 frecuencias diarias por sentido, con una ocupación superior al 90%. Pese a ello, no cuentan con datos específicos de los viajes que ha generado el evento.
«Podría haber sido peor», advierten los expertos
Bara, docente en la OBS Business School, confirma que ha habido «un descenso evidente» en el volumen de visitantes: «Pero quedarse en los 30.000 o 35.000 no está mal. Yo estuve ayer y la sensación que tuvimos es que podía haber sido peor. No sé si estábamos escamados de la pandemia, pero interpretamos que el Mobile está haciendo un esfuerzo de reactivación»
Por eso lo ven más «con un punto optimista que pesimista». Así, «será poco interesante desde el punto de vista económico, pero ha generado optimismo en la recuperación, en la marca Barcelona, en la marca España. Eso para mí, y para mucha gente, son buenas noticias. Y más de donde venimos. El año pasado fue un desastre». En 2020, el MWC no se celebró.
¿Se podría haber hecho algo más? Es una pregunta controvertida. El propio Bara recuerda que «una cita de esta magnitud, y afectada por una pandemia a nivel mundial y por unos parámetros sanitarios determinados, es difícilmente potenciable. Los números hablan por sí solos y las grandes marcas empezaron a decidir en marzo y abril si vendrían o no».
«Desde el sector pedimos a los políticos que hagan mucho, que hagan más, pero insisto: los números hablan por sí solos». Lo que sí puede hacer la Administración es potenciar la campaña de vacunación, pero no solo para eventos como este, sino para todo el país: «Ahí ya no entro. Se habrá hecho lo que se ha podido, independientemente de los eventos y de la actividad económica».
Bara, que estuvo este martes en el MWC, subraya la seguridad: «No se puede entrar sin un test actualizado de antígenos. Me hice uno el martes y lo puedo usar hoy (por el miércoles), pero el jueves ya no. Hay mascarillas FFP2 en todo el recinto, la distancia de seguridad se mantiene. Las medidas de seguridad están, son buenas, ágiles y rápidas».
«Se podía haber hecho más», critica la oposición municipal
«Se podían haber hecho muchas más cosas más allá de la complicada situación derivada de la pandemia internacional. Nos encontramos con que el Mobile World Congress de 2021 es una edición deslucida, con una caída de expositores que se podía haber amortiguado de alguna manera», lamenta Oscar Ramírez, concejal portavoz del PP en el Ajuntament de Barcelona.
«Desde el propio Consistorio y desde el Mobile se tendría que haber lanzado una campaña de comunicación con la que se enviara la imagen de que en Barcelona la seguridad está garantizada en todo momento, explicando qué protocolos se aplican, en qué estado está la campaña de vacunación y cuál es la incidencia de contagios, que es mucho menor que la de otras capitales europeas», incide.
Ramírez, del PP, considera que «en muchas ocasiones la imagen de Barcelona no ha sido respaldada por el equipo de la alcaldesa Ada Colau. El principal problema que tiene la ciudad es la inseguridad ciudadana. Hemos visto imágenes de turistas a los que literalmente le arrancan un reloj de la muñeca».
«También entendemos que el Gobierno municipal podía haber hecho mucho más por el sector turístico. Encontramos falta de apoyo al sector hotelero y a la restauración. Todo esto pudo afectar a la hora de tomar la decisión de no venir a Barcelona a este evento internacional», lamenta.
Noticia original: Business Insider
Autores: Sandra Viñas, Andrea Gómez Bobillo y Alberto R. Aguiar