El lobby financiero intenta convencer a Rajoy de que ofrezca ayudas públicas para reordenar el sector

Las patronales y algunas formaciones políticas se movilizan para intentar obtener recursos con los que impulsar las fusiones y concentraciones

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Sin dinero público, los bancos y las cajas de ahorros están convencidas de que es muy difícil reorganizar el sector, tal y como pretende el Gobierno de Mariano Rajoy. La crisis que atraviesa el ámbito financiero es de tal magnitud que acelerar la concentración de entidades para ganar dimensión y minimizar los daños es un riesgo que ninguna entidad quiere correr sin una red de seguridad.

Es lo que ha movido a las dos patronales, la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) a movilizar todos sus recursos para intentar convencer al Gobierno y al partido que lo apoya de la conveniencia de destinar fondos públicos para culminar la reforma financiera que impulsa Rajoy.

El poderoso lobby financiero ha puesto toda la carne en el asador para que Ejecutivo y Parlamento reconsideren sus propósitos y hagan posible que las fusiones que Gobierno y Banco de España impulsan cuenten con ventajas especiales. El jefe del Gobierno se ha negado a la creación de un banco malo que agrupe a las entidades con serias dificultades o al menos con la parte del negocio más contaminada por los efectos de la burbuja inmobiliaria de los últimos años.

CiU y PP trabajan al alimón

Así, desde hace unas semanas tanto políticos próximos al PP como a CiU han comenzado a mover los hilos, coordinados con varias grandes entidades para buscar fórmulas que permitan llevar a cabo fusiones de entidades con garantías de que la absorción de una caja de ahorros o un banco aquejado de problemas no supondrá un esfuerzo mayor para superar la situación.

Tanto Josep Antoni Duran Lleida como Josep Sánchez Llibre, los dirigentes de CiU en Madrid que mejor conocen la situación, han sido informados por bancos y cajas de la necesidad de avanzar en ese sentido. Pero no son los únicos. Diputados del PP, próximos al ministro de Economía, Luis de Guindos, también estarían trabajando en la búsqueda de una solución que acelere los procesos de concentración. Es el caso, por ejemplo, del diputado Vicente Martínez-Pujalte.

Operaciones estudiadas

La mayoría de fusiones y operaciones de integración están suficientemente estudiadas por las entidades y sólo se frenan por la posibilidad de que se produzcan esas ayudas finalmente. Fuentes del lobby financiero señalan que la decisión de la Administración será determinante para que el mapa bancario español acabe teniendo una u otra configuración. “Todos estamos en el salón de baile esperando, pero nadie saca a bailar a su pareja hasta saber si tiene dote o no”, señalan de manera metafórica para dibujar las prevenciones que algunos de los grandes de sector tienen antes de dar un paso hacia la absorción de cajas y bancos más pequeños. En esa tesitura se hallan BBVA, Santander, La Caixa e incluso Bankia. Pero la incertidumbre afecta también al Banco Popular y al Sabadell.

Los consejos de administración de esas entidades se resisten a explicar a sus accionistas que engullirán a otra entidad de ahorros sin ningún apoyo público y que eso, además, provocará un efecto de minoración de dividendos y de ratios de solvencia, por ejemplo. “La City, Wall Street… no entiende que de manera patriótica nos merendemos una caja con problemas en estos momentos con el efecto que eso puede acabar teniendo en el valor de la acción y en la retribución de los accionistas”, asegura el representante de un gran banco con sede en Madrid.

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