El IRPH bloquea que Bankia adelante su dividendo ‘extra’
La banca espera conocer el posicionamiento del Tribunal antes de bajar la guardia, tras la experiencia de las cláusulas suelo
Demasiado pronto para dar el capítulo por cerrado. Aunque la banca española respira algo más tranquila desde que el abogado general de la Unión Europea publicara sus conclusiones sobre la consulta prejudicial sobre el indicador IRPH, el sector prefiere mantener la prudencia al menos hasta que se pronuncie el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Las entidades financieras ya tienen la experiencia de que el tribunal no siempre sigue las recomendaciones del Abogado General, por lo que prefieren ser cautas. Por ejemplo, cambió su dictamen en 2016, en relación con las cláusulas suelo y ampliando la retroactividad más allá de 2013, y su posicionamiento obligó a la banca a realizar provisiones. Por el momento, no se espera que los supervisores empujen al sector a crear un sistema de protección similar a corto plazo, pero el contexto podría cambiar con el pronunciamiento del TJUE.
Este escenario invita a la cautela, y, en consecuencia, aleja la posibilidad de que Bankia reparta al menos una parte de su dividendo ‘extra’, con cargo al exceso de capital, durante lo que queda de año. Los analistas ya anticipaban que este abono, previsiblemente, llegaría en 2020 dado el calendario, que pospone hasta finales de 2019 o principios del próximo la decisión del TJUE.
José Sevilla durante la presentación de los resultados del primer semestre, dejó la puerta abierta a que el consejo pudiera dividir este dividendo en varios tramos, aprobando un reparto a cuenta que limitara el impacto en la cotización, (al cierre del semestre el exceso de capital superaba los 500 millones, lo que representa un 9,4% de la actual capitalización bursátil del banco), pero dejó claro que todavía no era el momento para aprobarlo ante la contingencia de lo que pudiera suceder con el IRPH y emplazó el momento de valorarlo a los «próximos trimestres».
JPMorgan, que ha sido una de las firmas que ha revisado su valoración y recomendación sobre la banca española tras el primer pronunciamiento europeo, también señala que espera que Bankia ofrezca un pay out (porcentaje del beneficio que destina a dividendos) del 120% para 2019-2020, lo que se traduciría en una rentabilidad por dividendo del 12%.
El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri es el único que mantiene el compromiso de repartir el exceso de capital. Caixabank, en su anterior plan estratégico (que se cerró el pasado 31 de diciembre) sí contemplaba la posibilidad de devolver a los accionistas el plus de dinero que sobrepasara el umbral de 12% de la ratio CET 1 Fully Loaded. Sin embargo, este condicionante no se ha mantenido para la hoja de ruta que está en vigor, pero sí el pago de un pay out equivalente al 50% del beneficio neto y en efectivo.
Para 2019, el consejo de la entidad presidida por Jordi Gual ha fijado un tope máximo para el dividendo equivalente al 60% del beneficio neto.
Un largo periplo regulatorio para Bankia
Los inversores llevan muchos meses pendientes del dividendo extra de Bankia. El banco lanzó su plan estratégico en febrero de 2018 con la confianza de que podría repartirlo, ya que partía de una ratio de capital por encima del 12% cuando presentó el plan; pero tanto el entorno de tipos de interés, mucho peores ahora que cuando Bankia publicó su actual hoja de ruta, cuando todavía el mercado descontaba subidas en el euríbor para los próximos años.
Aunque trimestre a trimestre la entidad ha mantenido siempre su CET 1 por encima de ese mínimo, los diferentes retos regulatorios (al que se ha sumado el IRPH), han impedido que el banco pudiera valorar si afrontar al menos una parte de esta retribución ‘extra’ por prudencia.
Primero, a la espera de conocer las exigencias de MREL (Minimum Required Eligible Liabilities) exigible a partir del 1 de julio de 2021; después a que saliera adelante el banking package de la Unión Europea, que define todas las reglas de juego para el sector en los próximos años.
El mayor beneficiado por esta política de retribución es el Estado. Si Bankia cumple con sus planes, España recibirá 1.550 millones vía dividendos del banco durante el periodo 2018-2020. Es una manera de compensar que, por el momento, la privatización sea inasumible por el nivel al que cotizan los títulos de la entidad.
Este lunes cerraron a 1,73 euros, frente a los 4,06 euros a los que Luis de Guindos, entonces ministro de Economía, colocó acciones de Bankia por última vez en mercado, en diciembre de 2017.