El impuesto al plástico desafía al crecimiento del reparto de comida a domicilio
El 53% de los consumidores reducirá su gasto en comida para llevar si las empresas aplican un gasto extra por el impuesto del plástico
Los sobrecostes medioambientales, como el impuesto al plástico que grava este material no reciclado, pueden convertirse en un freno al crecimiento constante del reparto de comida a domicilio, que se acentuó durante la pandemia y sigue siendo un nicho de mercado en expansión para la restauración.
El negocio de la comida a domicilio sólo a través de Internet alcanzará los 1,68 millones de euros en 2027 en España, una cifra un 50% más alta que los 1,12 millones previstos en 2022, según el último estudio de uno de los operadores del sector, Just Eat.
Desde el 1 de enero en España está en vigor el conocido como impuesto al plástico, que supone a los operadores pagar 0,45 euros por kilo de este material no reutilizable.
Desarrollar el servicio de comida para llevar o para enviar a casa genera, a pesar de los esfuerzos de los operadores, la necesidad de usos de envases, que pueden ser de plástico de un sólo un sólo uso o no.
Problema de costes y al consumidor
Esto puede suponer un problema y no sólo de costes, pues trasladar este impuesto al consumidor y hacérselo saber, como están haciendo algunos operadores, puede tener un riesgo, especialmente en un momento muy sensible en el que se busca ahorrar cualquier coste.
Muchos consumidores han notado y también han comentado a través de redes sociales cómo al hacer un pedido se les aplica algún céntimo de sobrecoste por este motivo, una realidad que se les explica directamente por ejemplo a los usuarios de Glovo.
Según los datos de la responsable para Europa de Circana, Edurne Uranga, el consumidor está cada vez más concienciado medioambientalmente, pero cuando «le toca en el bolsillo, la cosa cambia», según apuntó en su intervención en Restaurant Trends.
Los consumidores reducirán sus pedidos a domicilio
Así, según los datos de los que dispone esta consultora, más de la mitad de los consumidores, el 53% en concreto, apunta que reducirá su gasto en comida para llevar o para recoger si implica un gasto extra por este impuesto.
Según el documento de preguntas y respuestas para la aplicación de este impuesto que ha publicado la Agencia Tributaria, forman parte del ámbito objetivo del mismo las bandejas para contener y proteger alimentos, las bolsas de plástico de alimentos, las de envasado al vacio y las «bolsitas de bocadillos».
Igualmente, se grava el plástico no reutilizable con el que se producen botellas para productos alimenticios, cajas, cuñas o bandejas para comida rápida, los cubiertos desechables y los envases monodosis para productos alimenticios como los destinados a aceite, vinagres y salsas.
El film para proteger alimentos, las pajitas para bebidas, las tapas, tapones y la vajilla de plástico desechable -platos, vasos, jarras, tazas y copas- aparecen igualmente en el documento como objetos gravados con esta tasa.