El Gobierno retrasa el Perte del automóvil para que no sea un traje a medida de Seat
El Ministerio de Industria trata de flexibilizar los requerimientos para acceder a las ayudas europeas tras las presiones de otros fabricantes
El Gobierno cumple con los malos augurios que recorrían la industria de la automoción con los fondos europeos. El Ministerio de Industria presentó en julio el primer Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) con la promesa de que estaría disponible antes de acabar el año. Noviembre parecía ser la fecha marcada en el calendario, pero ahora entre bastidores ya se asume que no habrá novedades hasta diciembre, como pronto. Todo debido a la reformulación del proyecto para hacerlo más accesible al resto de marcas frente al macroproyecto eléctrico de Volkswagen y Seat.
Las fuentes consultadas por Economía Digital consideran «imposible» que el dinero comience a fluir hacia las empresas antes de que finalice el año. Es más, consideran que apenas se podrá licitar alguno de los proyectos en lo que resta 2021. Y ninguno de los más grandes, añaden.
La razón de la demora es que el Ejecutivo se vio obligada a reelaborar el Perte ante el temor de que no se ejecutasen la totalidad de los 4.295 millones de euros prometidos. Si en verano ya estaban las líneas maestras montadas, las presiones del sector para que se relajasen las obligaciones impuestas por el Ejecutivo para acceder a los fondos Next Generation EU son los causantes del retraso.
Para empezar la industria pide que ya no sea un requisito indispensable traer la producción de un vehículo eléctrico a España. La obligación deja en fuera de juego a muchos fabricantes que no tienen este movimiento en su hoja de ruta a pesar de tener planes para desarrollar el coche eléctrico en el país.
De este modo, los nuevos tempos del ministerio dirigido por Reyes Maroto chocan con la velocidad de crucero que Volkswagen y Seat querían darle al proyecto. De organizar una presentación con el rey Felipe VI y el presidente, Pedro Sánchez, en marzo a la falta de rúbrica siete meses después. En la feria Automobile de Barcelona, Wayne Griffiths, presidente de Seat, volvió a evitar confirmar sus planes y siguió con el matiz de «intenciones».
«Nos da miedo que al abrir demasiado la mano, las ayudas dejen de ser tan atractivas», lamentan fuentes cercanas a Seat
Nadie duda, eso sí, de que el deseo del conglomerado alemán de traer un coche eléctrico a la fábrica de Martorell (Barcelona) y instalar una planta de baterías es sólido.
El grupo no obstante se encuentra ahora con dos piedras en el camino con las que no contaba. La primera, el calendario. Volkswagen debe decidir el calendario de inversiones de los próximos años en noviembre y el Perte no se concretará hasta un mes después. La zancadilla se podría solventar prometiendo inversiones en condicional, pero ya no existirán las certezas que hubieran existido de haberse seguido la previsión inicial.
Además, la reformulación del Perte podría llegar a provocar que los incentivos no fuesen tan atractivos como lo eran hasta entonces. «Nos da miedo que al abrir el abanico se les vaya demasiado la mano y a Volkswagen ya no le interese tanto instalarse en España», explican fuentes cercanas a la organización. Todo para que el proyecto deje de parecer hecho a medida para las necesidades de la firma alemana. En el extremo contrario: el riesgo de que no hubiese suficientes proyectos por las restrictivas exigencias previas.
Las sospechas del resto de la industria
Buena parte del resto de la industria siempre vio con suspicacias las relaciones entre Seat y el Gobierno con los fondos europeos. Durante meses lamentaron la falta de información que procediera desde el Ministerio; datos que no tuvieron hasta prácticamente horas antes de que se presentase el Perte en sociedad.
Como ya informó Economía Digital, la voluntad del Ejecutivo pasaba porque el resto de fabricantes se incorporasen al Perte que lideraba Volkswagen. No hubo manera. El resto de firmas se negó a tal posibilidad ante las diferencias de proyectos y la falta de claridad a la hora de resolver los conflictos que pudiesen surgir para el desarrollo de las baterías eléctricas, principalmente.
En el automóvil aspiran a que se presente un plan a diez años y no un conjunto de proyectos anuales
Por ejemplo: Renault siempre pidió que los fondos europeos también pasaran por desarrollar tecnologías híbridas en España, la motorización escogida por la empresa para sus fábricas españolas. La influencia de la firma del rombo no es poca. Su cabeza visible, José Vicente de los Mozos, es presidente de la patronal de fabricantes Anfac y uno de los ejecutivos que mejor se mueve entre bastidores políticos.
Además, fuentes de otro fabricante con planta en España lamentan la falta de visión a largo plazo en el diseño de los planes lanzados hasta el momento. «A la espera de ver las convocatorias de los fondos europeos, en España faltó siempre un plan a diez años para ver como alcanzamos los objetivos y no los planes anuales presentados hasta el momento», explican.
El automóvil tiene prisa
Mientras el Gobierno rediseña las ayudas, el tiempo pasa. Con la crisis de los microchips después del golpe de la pandemia. Este jueves, De los Mozos urgió al Ejecutivo y alertó de la lentitud con la que se estaba desplegando el Perte. «Todavía no conocemos los detalles; nos hemos ofrecido a ayudar, pero el tiempo mientras va pasando», lamentó.
«Damos las gracias al Gobierno por el PERTE en marcha para la automoción, es una herramienta imprescindible, pero es muy importante la velocidad de ejecución y la agilidad en su desarrollo para que realmente contribuya a la recuperación y la transformación de la industria», señaló en una comparecencia.