El Gobierno rechazó el gasoducto Midcat para no entregar el control a Francia
El expresidente de la CNMC José María Marín rompe su silencio y explica por qué España rechazó la conexión gasística con Francia
«Cuando los reguladores coincidieron en que era mejor posponerlo para otro momento, el gobierno español, el gobierno francés y la Unión Europea hicieron suya esa decisión», estas son las declaraciones de José María Marín, ex presidente de la Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC), al ser preguntado por el rechazo la construcción del gasoducto Midcat en los Pirineos, considerado clave ahora para que España pueda contribuir a una alternativa futura al gas ruso. Marín, madrileño y catedrático de Economía Aplicada, rompe su silencio tras dejar el cargo de presidente de la CNMC hace casi dos años, en junio de 2020.
Así, el economista, en un entrevista para el diario nacional El Mundo, sale al paso al uso que está haciendo el Ministerio para la Transición Ecológica de un informe desfavorable de la CNMC en 2019 para llevar a cabo la construcción del mencionado gasoducto Midcat. Y es que, concretamente el Ministerio para la Transición Ecológica, presidido por la vicepresidenta tercera Teresa Ribera, sostiene que no hay nuevo gasoducto con Francia porque se opusieron, entre otros, la CNMC bajo la presidencia de Marín.
¿Pero cuál es la razón de esta negativa al visto bueno del proyecto? «Hay que situarse en la época que eran los años 2018 y 2019, donde las previsiones de consumo de gas en toda Europa eran claramente a la baja, porque las energías renovables iban a ocupar cada vez más espacio en el mix energético de todos los países y la construcción del gasoducto llamado Midcat tenía que proyectarse a lo largo del tiempo», contextualiza el presidente.
Y añade: «Además, la posición francesa era que no necesitaba más gas natural, puesto que tenía una energía nuclear y un plan de transición de energía nuclear a energías renovables que no dejaba espacio para el establecimiento de más plantas de ciclos combinados. Finalmente tanto la agencia francesa como la nuestra, la CNMC, pospusimos la decisión para más adelante, si es que en algún momento tuviera sentido». Así, según relata Marín «de común acuerdo se decidió aplazar la construcción», ya que «España además tenía que costearla en su totalidad».
Francia exigió que España pagara todo
¿Por qué el país galo demandó que España asumiese el coste del gasoducto en su totalidad si también tiene un tramo francés? «Sí, pero la posición del Gobierno francés fue que todo lo tenía que pagar España sin otra opción sobre la mesa. En cualquier caso, para Francia, lo que sí suponía un sobrecoste muy importante era la construcción de una red mucho mayor de lo que tenía en ese momento para poder conectar el gasoducto MidCat con los grandes gasoductos europeos», explica Marín.
Pero aún había otro problema más que iba en contra de los intereses del Estado español. Y es que según el expresidente de la CNMC, Francia ponía además «como condición el control exclusivo del gasoducto, de poder abrir o cerrarlo».
De esta manera, ante estas demandas de Francia para tener la llave del gasoducto en exclusiva y que lo pagara todo España, «el consejo de la CNMC decidió, con buen criterio, que no se podía aceptar». Así, como las palabras del propio expresidente de la CNMC reiteran, el Gobierno español dio por bueno el rechazo y como consecuencia, la Comisión Europea retiró el gasoducto de la lista de proyectos de interés comunitario.