El Gobierno niega la rebaja fiscal prometida al automóvil
Pedro Sánchez prometió incentivos para mejorar la competitividad del sector, pero un año después los impuestos a las cuatro ruedas son mayores que en 2020
En plena subida de impuestos generalizada, el sector de la automoción no podía escapar del incremento de la presión fiscal. Lo que parece una obviedad choca con las palabras de Pedro Sánchez de hace un año que, todavía con el primer estado de alarma en pie, prometió un ajuste integral en la fiscalidad del sector para “dotar de mayor competitividad a la industria”.
El presidente del Gobierno realizó la promesa en la presentación de un plan de ayudas a las cuatro ruedas por 3.750 millones de euros. Como ya explicó Economía Digital, hasta el momento el programa apenas se ejecutó. Está pendiente de los fondos europeos y de que se lancen la mayor parte de licitaciones comprometidas.
A nivel tributario, Sánchez avanzó “la puesta en marcha de una reforma integral de la fiscalidad del transporte”. El Ejecutivo proponía deducciones en las inversiones tecnológicas y flexibilidad en el gasto destinado al vehículo eléctrico. No obstante, las medidas no surgieron el efecto que la industria esperaba.
La primera de las propuestas del Gobierno incrementar las deducciones por innovación tecnológica en el sector. El sector pidió que la rebaja pasara del 12% al 25%. En junio aceptó la demanda. No obstante, en noviembre la administración enmendó su propio Real Decreto y tomó dos vías: incrementó la deducción a las Pymes hasta el 50% y solamente al 15% para las grandes empresas; siempre que hubiera Pymes implicadas.
De este modo, desde un fabricante lamentan el escaso impacto de la medida, en comparación con la gran ayuda que supone para las pequeñas y medianas empresas.
También en junio el Ejecutivo aprobó la segunda pata del plan de incentivos fiscales a la automoción: flexibilizar la amortización de las inversiones hechas en el coche eléctrico y conectado. No obstante, los requisitos fueron altos: la cuantía máxima para la que se tenía libertad era de 500.000 euros y obligaba a mantener la plantilla media de 2019 durante los 24 meses posteriores al fin del ejercicio.
El sector ya levantó la voz contra la subida del impuesto de matriculación
Además, con la entrada de 2021 se produjo un incremento del impuesto de matriculación para adaptarse a la nueva normativa WLTP. España había aplazado su entrada en vigor, pero al terminar 2020 se quedó sin prórrogas y tuvo que pasar a responder por las nuevas mediciones de emisiones de CO2, que afectan directamente al tributo que pagan los conductores.
En países como Italia o Portugal, el Gobierno decidió incrementar un 20% los valores de referencia de los tramos para que la cantidad a abonar terminase siendo la misma que durante el ejercicio previo.
Una enmienda del Pdecat logró que se congelase el impuesto de matriculación en lo que resta de año
Tras prácticamente seis meses a la greña con el Ejecutivo, la industria logró que España siga el mismo camino que otros países europeos y adapte los valores al alza para congelar la subida del tributo. Lo hizo a raíz de una enmienda del Pdecat presentada en la Comisión de Hacienda del Congreso a finales de mayo. Obtuvo el apoyo del PP, Vox, ERC, Ciudadanos y el PRC. El PSOE y Podemos votaron en contra.
Los créditos no llegan y los planes no arrancan
Pero más allá de la reforma fiscal, Sánchez presentó hace un año un plan de rescate de 3.750 millones de euros para toda la industria del automóvil. La mayor parte del paquete eran créditos blandos bajo el plan Reindus, aunque el Ejecutivo también diseñó varios planes para renovar el parque de vehículos del país que no cuajaron, de momento. Hasta 1.535 millones se iban a movilizar el año pasado y los 2.215 millones restantes se liberarían a partir de 2021.
Hasta 1.800 millones del proyecto van a repartirse a través de los préstamos Reindus –para toda la industria–. Sin embargo, la de 2020 fue la última convocatoria. Para 2021, el Gobierno prepara el Fondo de Inversión Productiva, financiado con unos fondos europeos que todavía no llegaron. A la espera de la aprobación de Bruselas, la convocatoria ni siquiera se abrió.
El plan ‘Renove’ no cuajó entre los consumidores. El plan Moves arrancó al ralentí
Más allá de los créditos, el Ejecutivo también reservó hasta 550 millones de euros para incentivar la venta de automóviles. El paquete principal correspondía a los 250 millones del plan Renove lanzado hace un año que no cuajó entre los consumidores. El programa terminó en diciembre con solo 50 millones consumidos debido a que el sistema se habilitó tarde y eran los propios compradores los que tenían que realizar las gestiones para un descuento que no terminó siendo llamativo para el mercado.
En marcha está ahora la tercera edición del plan Moves, con un presupuesto de 100 millones, centrada en el coche eléctrico. Sin embargo, el sector lamenta que el paquete no ha arraigado por la tardía puesta en marcha en varias comunidades y la falta de fondos en los territorios en los que existe una mayor demanda de vehículos limpios, como Madrid y Cataluña.