El ex asesor económico de ZP logra la unidad de acción en CEOE
David Taguas consigue que la junta directiva de la patronal ponga fin a las disensiones internas y cierre filas en torno a Juan Rosell
La junta directiva de la patronal celebrada el pasado miércoles escenificó un cierre de filas sin precedentes en torno al presidente Juan Rosell. Un logro del que el principal artífice fue David Taguas. El hombre que en 2006 fue designado director de la Oficina Económica de José Luis Rodríguez Zapatero y que en 2008 era nombrado presidente de Seopán, el lobby de las grandes empresas constructoras, tomó la palabra para solicitar a sus compañeros su apoyo sin condiciones al presidente.
Según fuentes empresariales, Taguas pidió la unidad de acción para afrontar la batalla contra la Ley de reforma de la negociación colectiva que hoy aprobará el Gobierno por la vía decretazo. El hombre ligado a Zapatero hasta hace apenas dos años pidió el máximo consenso para remontar las disensiones internas aireadas en algunos medios desde que Rosell aterrizó en la presidencia de la patronal hace poco más de cinco meses en sustitución de Gerardo Díaz Ferrán.
El resultado es que durante la reunión no se oyó ni una sola voz discrepante con el mensaje de Rosell. Incluso desde las patronales catalana, andaluza y madrileña, que habitualmente llevan la voz cantante. Los mensajes de Joan Gaspart, vicepresidente y máximo responsable del consejo de Turismo, Santiago Herrero, de CEA, el presidente de CEIM, Arturo Fernández, o Joaquim Gay de Montella fueron en la misma dirección. Este último realizó ayer unas afirmaciones contundentes en las que señaló que “en Foment estamos hartos, queremos un gobierno que se dedique a gobernar para todos”.
Tanta unanimidad animó a la CEOE a improvisar una rueda de prensa en la que Rosell lanzó tres mensajes fundamentales sobre el borrador del Gobierno para reformar la negociación colectiva: la propuesta es «decepcionante y desequilibrada», “no resuelve problemas y no va en la dirección adecuada» y, por último, que “la flexibilidad interna es nuestro caballo de batalla”.
Este último punto ha decepcionado extraordinariamente las expectativas de la CEOE. El texto elaborado por el Gobierno establece un porcentaje del 5% de la jornada de trabajo que se puede distribuir irregularmente a lo largo de un ejercicio. La cifra está a años luz de las reivindicaciones de Rosell y, según el propio presidente de la patronal, está incluso lejos de los plazos que habían consensuado la CEOE y los sindicatos.
Cuestión de apoyos
Para sacar adelante el texto, el Gobierno necesita el apoyo de otros grupos parlamentarios. Para la CEOE, la oposición de algunos de los socios tradiciones del Gobierno abre puertas a la posibilidad de introducir importantes modificaciones. Tanto CiU como PNV son sensibles a las reivindicaciones de la patronal.
El portavoz de CiU en el Congreso, se alineó ayer totalmente con las tesis de Rosell y aseguró que su grupo no apoyará la reforma. Josep Antoni Duran Lleida ha sido contundente al calificar la propuesta del Gobierno de “desequilibrada» y “totalmente insuficiente». Duran echa de menos en el texto soluciones contra el absentismo laboral o la necesidad de ligar los salarios a la productividad.