El defensor del cliente asegura que no era su “misión” proteger a los preferentistas
José Antonio Somalo justifica la desaparición de las cajas de ahorro en el Parlament
Los responsables de las cajas de ahorro, los defensores de los clientes, todos los ejecutivos relacionados con las entidades financieras que han pasado por la comisión de investigación en el Parlament comparten una máxima: no tuvieron responsabilidades, o no pudieron hacer gran cosa para evitar la burbuja inmobiliaria o para evitar el escándalo de las acciones preferentes, que llevaron a muchos clientes a perder sus ahorros.
Y no ha sido una excepción el defensor del cliente de la Federación Catalana de Cajas de Ahorros entre el año 2000 y 2012, José Antonio Somalo, quien ha justificado, además, la desaparición de las cajas por su naturaleza jurídica.
Su papel como defensor del cliente, tras las preguntas de los diputados, consistía, según Somalo, en recibir las reclamaciones de los ciudadanos, enviarlas a las cajas y esperar una respuesta para analizar la documentación y tomar una decisión.
Sin investigación propia
Pero Somalo ha precisado que sólo podía dar la razón al cliente cuando éste había firmado, previamente, que no quería ningún riesgo para su capital ni intereses. Según Somalo, no era su “misión” presentar quejas a las cajas a iniciativa propia, y, por tanto, no lo hizo.
Respecto a las participaciones preferentes y a la deuda subordinada, Somalo ha asegurado que él no tenía “nada que ver con la actuación y gestión de las cajas”, de las que sólo recibía la memoria anual.
Modelo en el mundo
Pero el defensor del cliente no se ha quedado en eso. En la comisión de investigación parlamentaria ha llegado a justificar la desaparación, prácticamente por completo, de las cajas. Somalo, ex magistrado del Tribunal Supremo, ha considerado que, por su naturaleza jurídica, “iba a pasar en algún momento”. La idea es que a los accionistas de los bancos se les conoce, pero en el caso de las cajas, al no ser sociedades anónimas, “no se sabía quien respondía por ellas”.
Sin embargo, la paradoja es que Somalo ha asegurado que las cajas españolas “han sido modélicas en el mundo”. Pero ya no existen.