El comercio catalán carga contra el madrileño para evitar la expansión de ese modelo a toda España
La Confederació Catalana de Comerç teme que el gobierno de Rajoy aplique, vía decretazo, los horarios liberales de Madrid a todas las comunidades
Es la táctica del ataque preventivo. La Confederació Catalana de Comerç (CCC) ha cargado contra el modelo comercial de Madrid, el más liberal de toda España y que cuenta con permisos de apertura en 22 domingos y 90 horas semanales (frente a los 8 domingos y 72 horas de Catalunya), para evitar que el esquema se extienda por orden presidencial al resto de comunidades autónomas.
El gobierno central ya ha comenzado a contactar con los gobiernos regionales para solicitar su opinión acerca de una posible ampliación de horarios comerciales y posibilidad de apertura de festivos. El gobierno catalán ha sido tajante y ha anunciado que se opondrá a extender los horarios y festivos.
Los movimientos de la directora general de Comercio Interior, Carmen Cárdeno, que fue durante dos legislaturas directora de comercio de la Comunidad de Madrid, ha comenzado a preocupar al comercio catalán. “La facturación al pequeño comercio cayó en Catalunya un 4,91%, mientras que en el conjunto de España fue un -8% y en Madrid un 17%. Estas son las consecuencias del modelo liberalizador que se quieren plantear”, explicó Miguel Ángel Fraile, secretario general de la CCC.
Atracción fatal
Los comerciantes catalanes presentaron este jueves el informe del comercio catalán 2012, a partir de datos de institutos oficiales. El gremio concluye que con la liberalización emprendida por el gobierno de Madrid puede haber favorecido a algunos sectores de las grandes superficies, en especial la alimentación, pero han causado un perjuicio general a los comercios tradicionales. “Sólo ha habido un traslado, pero la gente no compra más porque haya más días de apertura”, explicó el secretario general de la CCC.
El sector considera que la comunidad de Madrid está rompiendo la unidad de mercado, puesto que todas las comunidades abren entre 8 y 12 domingos al año, mientras que Madrid permite 22. Según los comerciantes catalanes, el modelo ha funcionado en este sector porque atrae clientes de otras ciudades cercanas de Castilla y León y de Castilla-La Mancha.