El Banco de España pide limitar la subida del SMI en un pacto de rentas
El pacto de rentas debería acotar las subidas tanto salariales como de márgenes empresariales
El aumento mantenido del coste de la vida a un ritmo medio del 8,5% en el último año requiere, según el Banco de España, de un pacto de rentas plurianual que reparta el coste de la inflación entre empresas y trabajadores para que no se produzca una «realimentación» de incrementos de precios y costes.
Así lo ha defendido este miércoles el gobernador del supervisor bancario español, Pablo Hernández de Cos, durante su intervención en la comisión de Presupuestos del Senado, aunque no es la primera vez que se manifiesta en estos términos mientras la medida continúa atascada en el diálogo social y el Gobierno prepara una subida del SMI por su cuenta.
Márgenes empresariales y SMI
En concreto, la propuesta del Banco de España pasa por que tanto empresas como trabajadores asuman una «pérdida de renta real», la cual está teniendo, por el momento, un impacto desigual entre distintos grupos de trabajadores, empresas y sectores. Para ello se deberían evitar medidas uniformes, que resulten demasiado rígidas para algunos segmentos.
En segundo lugar, el pacto de rentas debería evitar una «indicación automática de los salarios a la inflación pasada o de cláusulas de salvaguarda», pactando compromisos plurianuales de incrementos salariales que tengan en cuenta la inflación subyacente. También se deberían realizar esos compromisos plurianuales de protección del empleo.
En esta línea, Hernández de Cos ha instado a «ser cuidadosos» con la próxima subida del Salario Mínimo Interprofesional que, a su juicio, debería estar enmarcada en el pacto de rentas y en una «moderación» de las subidas salariales. Por último, el pacto de rentas propuesto debería contemplar un compromiso explícito de «moderación de los márgenes empresariales» por la subida de los precios.
«Señales de fatiga»
Hernández de Cos ha reconocido que, hasta el momento, las presiones inflacionistas se han trasladado de forma «muy contenida» a los salarios negociados y los márgenes empresariales se han mostrado «relativamente estables», pero ha advertido de «algunas señales de fatiga».
Entre ellas, una traslación más fuerte de los incrementos de costes a los precios finales por parte de las empresas y un aumento del número de trabajadores cubiertos por cláusulas de salvaguarda. Esto último supone, según Hernández de Cos, un «riesgo» de que se desencadenen efectos de segunda vuelta «significativos» y con ellos «un agravamiento adicional del proceso inflacionario, con consecuencias adversas sobre la competitividad exterior y sobre la actividad y el empleo».