El aumento de impagos de los créditos ICO amenaza al Gobierno
Las tensiones económicas por la guerra aumentan el riesgo de impago de los créditos ICO, que tiene que ser soportados por las arcas del Estado y en consecuencia, por el contribuyente
El mes de abril ya estaba marcado en el calendario antes de la guerra, es el mes en el que empiezan a vencer los créditos ICO que se concedieron en el inicio de la crisis sanitaria y esto siempre ha preocupado a los expertos, que llevan meses advirtiendo de que un repunte de los imagos aumentará la morosidad, lo que supondría un problema para la banca, que la tiene controlada desde hace años.
Pero los bancos hicieron provisiones millonarias en 2020 precisamente para esto. Así que ahora el foco está puesto en el Gobierno, que asume entre un 70% y un 80% de estos créditos si no se pagan. El riesgo parecía controlado, España llevaba meses recuperándose de la caída de la economía vivida el primer año de la pandemia. Pero el conflicto de Ucrania y Rusia ha vuelto a generar dudas.
Precisamente este martes se aprobó una nueva línea de 10.000 millones dentro del programa de ayudas económicas que el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado por la guerra, en concreto, para paliar el incremento de los precios de la energía y los combustibles.
La medida es similar a la que Moncloa puso en marcha entre 2020 y 2021 para proporcionar liquidez a las empresas y autónomos. En total se desplegaron 140.000 millones de euros que se han ido distribuyendo en distintos tramos. Según los últimos datos disponibles, ya se han concedido créditos por valor de 132.600 millones, de los cuales, 106.000 millones están avalados por los organismos públicos.
Y en este sentido, PwC advierte que “hay un peligro real de que los potenciales impagos deban ser soportados por las arcas del Estado” y en consecuencia, el contribuyente vuelva a cargar con la morosidad que arrastren los créditos ICO, como ocurrió en la crisis financiera tras la quiebra de algunas entidades financieras.
La consultora explica en el informe ‘Unión Bancaria, un clima de cambio’, que las soluciones arbitradas a nivel europeo y español en el sector financiero para hacer frente al coronavirus entrañan algunas paradojas y contrasentidos. En la crisis de 2008, “los que pagaron los platos rotos fueron los contribuyentes”, recuerda.
Los estados europeos tuvieron que rescatar de la quiebra a numerosas entidades financieras y aportar cuantiosos fondos públicos. En España, 42.642 millones -según las últimas estimaciones del Banco de España- para evitar males mayores. La Unión Bancaria nació precisamente para evitar que en una situación de crisis financiera los ciudadanos volvieran a correr con los gastos de la factura.
Pero con esta última crisis parece haber desaparecido del argumentario. Los países europeos han tenido que intervenir activamente para mitigar el impacto de la pandemia, lo que ha hecho que la deuda pública se dispare. Y en el sector financiero se han aprobado medidas que implican “ciertos riesgos para el bolsillo de los contribuyentes”. Principalmente, los créditos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO).
Los indicadores globales de morosidad muestran que los créditos específicos de la pandemia (moratorias y préstamos con avales públicos) presentan algún indicio preocupante de rebrote. Según los datos que recopila la EBA, hay signos de deterioro en los préstamos con aval público clasificados como stage 2, esto son los que tienen un nivel de vigilancia especial, lo cual quiere decir que no se han producido impagos, pero se ha elevado el riesgo por distintas circunstancias.
En septiembre de 2021 suponían el 19,5% del total frente al 9,2% de finales de 2020. “Es una subida muy brusca que genera incertidumbre sobre la evolución de la morosidad a medio plazo”. En cambio, los impagados (NPLs, por sus siglas en inglés), aunque también están creciendo, continúan en niveles muy bajos (2%).
El sector financiero cree que en España puede haber un repunte de morosidad de entre uno y dos puntos, hasta alrededor del 6%, aunque si llegara al 7% “tampoco sería un drama” para los bancos, porque las provisiones extraordinarias realizadas hasta ahora podrían cubrir ese índice de impagos.
Pese a ello, la firma entiende que, ante el inminente vencimiento del plazo de carencia de casi la mitad de los préstamos avalados por el ICO esta primavera, la banca debería refinar su estrategia de seguimiento para poder discriminar entre empresas viables y no viables, y para facilitar el proceso de recuperación.
Precisamente este martes, otra de las medidas aprobada por el Gobierno en el contexto de la guerra fue ampliar en seis meses la carencia de los ICO, es decir, que las pymes y autónomos pueden estar este tiempo sin devolver el dinero. Sin embargo, esto solo aplicará a los cuatro sectores más afectados por el conflicto, la ganadería, la agricultura, la pesca y el transporte.
El BdE cree que hay que estar «vigilantes» con los ICO
En la presentación de este informe, la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, destacaba que todavía son muchas las incertidumbres que acechan a la economía, alimentadas ahora con la crisis de Ucrania y, por lo tanto, “hay que estar vigilantes sobre la evolución de los préstamos”, más aún ahora que empezarán a vencer los periodos de carencia de los préstamos avalados por el ICO.
“El mes de abril supone un hito precisamente porque la carga financiera de las empresas aumentará como consecuencia del inicio de los pagos de principal de estos préstamos”. Los préstamos ICO cuya carencia se espera que finalice en el segundo trimestre suponen el 80,2% del importe total de los préstamos, a los que se añadirá otro 6,8% en el tercer trimestre.
En cuanto a la morosidad, recuerda que durante 2021 el volumen de activos dudosos siguió la tendencia decreciente de los últimos años, pero ahora lo hace a un ritmo mucho más reducido del que venía produciéndose antes de la llegada del Covid-19.