El 25% de las empresas cree que automatizará el 20% de sus actividades
El trabajo online es una modalidad que planean ofrecer a sus trabajadores dos tercios de las empresas consultadas por Randstad.
Un cuarto de las empresas cree que automatizará el 20% de sus actividades antes de que pasen 5 años.
Es una de las principales conclusiones del Estudio de Tendencias de Recursos humanos. ¿Qué ha cambiado con el COVID-19? Transformación y adaptación, nuevos retos y soluciones RRHH, un informe elaborado a través de encuestas a directivos de cerca de 350 empresas.
Este ha sido llevado a cabo por Randstad, firma de Recursos Humanos, en colaboración con la CEOE.
El estudio trata de vislumbrar cuál será el futuro de la gestión de plantillas en las empresas en los próximos años, cuando se asienten algunas de las tendencias que ha traído la pandemia.
Para Randstad, el futuro de las empresas tiene nombre: digitalización.
A este respecto, casi la mitad de los encuestados, un 49%, reconoce que los empleados están preocupados porque los procesos de automatización puedan afectar a sus puestos de trabajo.
Tienen algún que otro motivo para pensarlo. El 56% de los preguntados por Randstad también reconoce que algunas profesiones tradicionales desaparecerán o que, si siguen existiendo, cambiarán definitivamente las competencias más relevantes para llevarlas a cabo.
Pero no todo es gris. Un 64% de los consultados por Randstad cuenta que estos procesos de digitalización y automatización han abierto por otra parte la puerta a la entrada a las empresas de nuevos perfiles profesionales.
Por otra parte, solo un 14% reconoce querer cambiar a sus trabajadores por otros más jóvenes y supuestamente más cualificados.
«La digitalización va a obligar a los trabajadores a ponerse las pilas para formarse y a las empresas a ponérselas para formar a su gente», ha explicado Valentín Bote, director de Randstad Research.
«Con frecuencia hablamos de talento senior y de alargar la edad jubilación, pero en muchos sectores se aparta a los trabajadores que tienen más de 50 años, se les empieza a introducir en procesos de salida. En Randstad una vez pasamos un test de competencias a más de un millón de personas y los mejores fueron los empleados de más de 50″, ha detallado Bote.
«Si la excusa para desprende de estos trabajadores es que hay que buscar gente que tenga competencias que estos no tienen, a la luz de los datos, esto no tiene sentido, no encaja».
El teletrabajo ha llegado para quedarse, aunque no en los niveles de la pandemia
Si el futuro de la gestión de plantillas lleva impreso el nombre de la digitalización, el apellido es teletrabajo.
Para atraer a perfiles que respondan a las nuevas necesidades digitales de las empresas, dos tercios de estas esperan poder ofrecer esta posibilidad a sus futuros trabajadores.
«Hace no tanto, se hablaba del teletrabajo como una cosa que vendría en un futuro más o menos próximo, pero la pandemia ha hecho que sea ya hoy una realidad», ha explicado en la charla Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.
Es una tendencia que ha llegado para quedarse. Antes de la pandemia, el porcentaje de empleados preparados y formados para trabajar en remoto rondaba apenas el 5% y estaba concentrado en los autónomos. El número de asalariados que trabajaban más de la mitad de su jornada fuera de la oficina, detalla Randstad, era marginal.
En lo peor del coronavirus, el número de trabajadores se disparó hasta el 20%. Con las oficinas cerradas y la población obligada a confinarse, no hubo más remedio.
Hoy, la marea del teletrabajo ha bajado, aunque el impulso pandémico ha servido para duplicar el número de teletrabajadores y elevar su porcentaje al entorno del 10%.
Pero es una solución que no llegará a todos: «El teletrabajo ha crecido mucho, aunque hay que decir esto no ha servido para cerrar la brecha con Europa, donde también ha crecido esta modalidad. Es una cuestión de composición sectorial. El Banco de España estimó que en el país solo el 35% de los trabajadores puede teletrabajar».
No todo son ventajas en el teletrabajo. Aproximadamente, la mitad de las empresas consultadas confesó que esta modalidad les obliga a hacer importantes inversiones en elementos como equipos, software, plataformas y apoyo técnico.
Además, el 67% afirmó estar de acuerdo con que tiene un impacto negativo en el trabajo en equipo porque se pierde el contacto cara a cara entre los trabajadores, mientras que el 48% adujo que dificulta la medición del rendimiento.
Con todo, un 51% de las empresas confesó que lo aplicará en los próximos 3 años. Antes de la pandemia, solo un 26% de ellas tenían el trabajo remoto entre sus planes.
La prioridad de las empresas será fidelizar el talento
Otra de las principales tendencias de las empresas de cara a los próximos años será conseguir que sus mejores empleados se queden, es decir, fidelizar el talento.
Un 19% de los encuestados situó este elemento en primer lugar en su orden de prioridades para los próximos años con respecto a la organización de su plantilla.
La cifra contrasta con el 12% de los que pusieron en primer lugar el apoyar el crecimiento de la carrera de los empleados y desarrollar a sus propios líderes, o el 10% que fijaron como su primer objetivo aumentar la productividad.
Solo un 3% de los directivos situó como máxima prioridad revisar la estructura salarial y garantizar una remuneración competitiva.
«Hay que recordar que la pregunta estaba planteada para que los directivos solo pudieran escoger una prioridad», ha matizado Bote.
«Esto no significa que los sueldos no vayan a subir en los próximos años porque, de hecho, tenemos datos que indican que más o menos lo están haciendo. Solo significa que los directivos no lo han elegido como la prioridad número uno en comparación con otros factores».
Para Randstad y la CEOE, el futuro pasa por la flexibilidad para las empresas. La presentación del informe sirvió también para censurar los recientes intentos de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de acabar con los contratos de obra y servicio.
Se trata de una modalidad que permite tener a un trabajador contratado durante 3 años (ampliables dependiendo del convenio del sector). Una vez pasado este tiempo, este pasa a ser fijo.
El Ejecutivo ha puesto sus ojos en él porque se trata de un tipo de contrato que, entienden, fomenta la temporalidad. «Más o menos, un millón y medio de españoles trabajan hoy con este tipo de contrato. Acabar con él puede terminar con al menos medio millón de empleos«, ha subrayado Bote.
El director de Randstad Research ha advertido finalmente: «Las negociaciones solo están empezando, pero el gran desafío de los empresarios es recuperar el negocio que había antes de la crisis, y estamos en un proceso de cambio. Hay sobre la mesa algunos aspectos de la reforma laboral que parecen apuntar a que no se va a facilitar la actividad de las empresas».
Noticia original: Business Insider
Autor: David Vázquez