A qué edad se puede jubilar una persona con discapacidad
Aumento de la edad de jubilación y años cotizados, pero ventajas y beneficios para personas con discapacidad en el sistema de pensiones
Pensar en la jubilación se ha convertido en un momento de reflexión en el que se evalúa la pensión que se recibirá al dejar de trabajar. Sin embargo, el proceso de planificar la jubilación se ha vuelto más complicado en los últimos años debido a diversos factores.
Uno de los principales desafíos es el aumento progresivo de la edad de jubilación debido a los cambios legislativos. Actualmente, la edad de jubilación es de 65 años, pero se espera que aumente a 67 años en el año 2027. Esto significa que las personas deberán trabajar durante más tiempo antes de poder retirarse y comenzar a recibir su pensión.
Además, el número de años cotizados necesarios para obtener el 100% de la pensión también ha aumentado. En la actualidad, se requiere haber cotizado más de 35 años para obtener el beneficio completo. Sin embargo, se estima que en el año 2027 serán necesarios 38 años y medio de cotización. Este requisito puede resultar especialmente desafiante para aquellos que han ingresado tardíamente al mercado laboral.
¿Para las personas con discapacidad es igual?
En cuanto a las personas con discapacidad, la edad de jubilación sigue las mismas pautas que para la población general. Actualmente, la edad legal de jubilación es de 65 años, sin importar el grado de discapacidad que se tenga (entre el 33% y el 45%). Sin embargo, existen algunas ventajas y beneficios disponibles para las personas con discapacidad en relación con la jubilación.
En primer lugar, aquellos con un grado de discapacidad del 33% o más tienen la posibilidad de acceder a la jubilación parcial con contrato de relevo. Para ello, deben haber cotizado al menos 25 años, en comparación con los 33 años requeridos para los trabajadores sin discapacidad. Esta modalidad les permite reducir su carga laboral y recibir una pensión proporcional a su trabajo realizado.
Por otro lado, las personas con un grado de discapacidad mayor al 45% tienen la opción de jubilarse anticipadamente, es decir, antes de alcanzar la edad ordinaria de jubilación. Esto les permite dejar de trabajar y comenzar a recibir su pensión antes de lo establecido para la población general.
Además de las opciones de jubilación, las personas con discapacidad pueden acceder a otros beneficios. Por ejemplo, pueden beneficiarse de la desgravación de la renta familiar, lo que supone una reducción de impuestos. También pueden recibir deducciones fiscales adicionales en la adquisición de vivienda y en los planes de pensiones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los trabajadores con un grado de discapacidad igual o superior al 33% pero menor del 45% no tienen derecho a la jubilación anticipada por discapacidad. En estos casos, deben cumplir con los mismos requisitos que el resto de los trabajadores para acceder a la jubilación.