Los economistas avisan: subir ahora el SMI podría provocar más despidos
El Consejo General de Economistas cree que las microempresas no podrán afrontar un alza del SMI, del coste energético y las cotizaciones.
El Consejo General de Economistas (CGE) constata que la cifra de paro en España está descendiendo con una senda «positiva», y augura un crecimiento del 6,3% este año y del 6% en 2022, pero sin embargo adveierte de que «puede que no sea el momento oportuno para subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI)».
Esta es la advertencia realizada en el Observatorio Financiero elaborado y publicado este martes por la institución un día antes de que se produzca la primera reunión del diálogo social para abordar la postergada decisión sobre el incremento del SMI para el último tramo del año, tras permanecer congelado en 950 euros mensuales desde finales del año pasado por las desavenencias en el seno del Gobierno.
Los economistas avisan de que la recuperación económica «no está consolidada» y todavía la cifra de desempleados es alta, por lo que, en un contexto de un tejido empresarial formado fundamentalmente por microempresas, estas podrían no poder asumir el aumento de costes en la última parte del ejercicio 2021.
Además de a la previsible subida del SMI para los trabajadores, las pymes y microempresas tendrán que asumir el alza de las cotizaciones sociales y la subida del coste energético que no ha parado de aumentar en los últimos meses y este miércoles marcará un nuevo máximo (132,47 euros por MWh).
Tras bajar la cifra de parados a 3,41 millones en julio, sin contar con los trabajadores acogidos a ERTEs, el CGE espera que en el segundo semestre la evolución sea positiva con el resurgir de la demanda y la reactivación del sector servicios. Según sus previsiones, la tasa de paro se situará en el 15,5% y descendería al 14,9% en 2022.
Primera reunión para subir el SMI
El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha convocado para este miércoles, 1 de septiembre, a los agentes sociales (patronal y sindicatos) para retomar las negociaciones sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para los últimos meses del año y previsiblemente tratar también los incrementos de los ejercicios siguientes para lograr el objetivo de que se eleve hasta el 60% del salario medio en el año 2023.
En la reunión, de carácter técnico, los sindicatos reclamarán una subida que compense el repunte de la inflación de los últimos meses próximo al 3%, mientras que las patronales CEOE y Cepyme mantendrán su rechazo al aumento al considerar que “ahora no toca” porque podría perjudicar al empleo y el crecimiento, en línea con la advertencia de los economistas y la postura de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, hasta hace dos meses.
Ante el repunte de la inflación, los sindicatos van a pedir un aumento mayor, de unos 25 euros, aunque admitirían una subida moderada este año si se consensúa la senda de subida para los próximos ejercicios. En todo caso, el aumento del SMI no será retroactivo y está por ver si se aplicará ya en septiembre o para los últimos tres meses del año (octubre, noviembre y diciembre).
Alta inflación: resta competitividad y aumentará gasto en pensiones
Sobre este aumento de la inflación, que ha escalado a una tasa del 3,3% en agosto, la más elevda desde octubre de 2012, impulsada por la elevada subida de los precios de la electricidad en agosto, los economistas hablan de «pocas posibilidades de poder contener la inflación» y auguran que a final de año el IPC se situará en el entorno del 3%.
En este sentido, explican que el problema que entraña esta alta tasa es el diferencial con Europa, ya que mientras que el IPC armonizado se sitúa en el 3,3% en agosto y en el 2,9% en julio, en la zona euro ha sido del 2,2% en julio y se espera el 2,7% en agosto, 6 décimas menos que en España, lo que unido a la menor productividad, «resta competitividad a la economía y penaliza el consumo».
«Hay que tener en cuenta que la elevación de los precios resta capacidad adquisitiva, por lo que el ahorro embalsado se destinaría al consumo y no a la inversión, ya muy mermada, fundamentalmente la extranjera», añaden al respecto, a lo que se suma el aumento del gasto público, sobre todo por el efecto de la revalorización de las pensiones con el IPC, que a su vez supondría incrementar la deuda pública. El CGE estima que la deuda se moderará y a final de año se situará en el 121,5% del PIB, con un déficit de entre el 8% y el 9%.
Mejora previsiones para 2022: crecimiento del 6%
A nivel macroeconómico, el CGE señala que la variante delta y la quinta ola llevaron a recibir cancelaciones de reservas, especialmente entre los clientes extranjeros, en el sector hotelero, pero espera que se haya visto en agosto compensada, en parte, por el turismo nacional.
Su previsión es que el turismo nacional alcance el 60% de las cifras de 2019 y que la campaña turística estival se prolongue por el retorno del turismo extranjero, fundamentalmente mercados tradicionales como Alemania e Inglaterra, lo que hará que el empleo estacional se mantenga al menos un par de meses más.
El turismo nacional y la remisión de la pandemia podrán confirmar el crecimiento de la economía por encima del 3% en el tercer trimestre, manteniendo la previsión de crecimiento para este año en el 6,3%. Para 2022, dada la inercia de crecimiento del segundo semestre y por el efecto de la aplicación de las ayudas europeas, CGE revisa su estimación de crecimiento al alza hasta el 6%.