Economía se queda fuera de la reunión técnica de la reforma laboral
Ningún miembro de la cartera que dirige Nadia Calviño asistirá finalmente a la reunión técnica sobre la reforma laboral dirigida por Yolanda Díaz
El Ministerio de Asuntos Económicos dirigido por la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, no participará en la reunión técnica de la mesa de diálogo para la modernización del mercado de trabajo, por lo que el Ministerio de Trabajo dirigido por Yolanda Díaz continuará pilotando las negociaciones en la principal mesa para la polémica reforma laboral.
Así lo han confirmado a Economía Digital en fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos, después de que las facciones del Gobierno de coalición (PSOE y Unidas Podemos) hayan estado negociando hasta última hora del martes en torno a esta cuestión, en plena crisis desatada el viernes pasado con la convocatoria de la comisión de seguimiento de la coalición por supuestas «injerencias» de Calviño en las negociaciones.
De esta forma, tal y como se viene haciendo semanal o quincenalmente en los últimos meses, se vuelve a celebrar a partir de las 10.30 horas una nueva reunión de la mesa de diálogo en el Ministerio de Trabajo y Economía Social. De hecho, el departamento de Yolanda Díaz remitió ayer a los agentes sociales una convocatoria en la que no figuraba nadie del equipo de Nadia Calviño.
No obstante, fuentes gubernamentales destacan que se potenciará la coordinación para que fluya la información y participen también en una reforma de tal calado los distintos miembros implicados, incluido el de Asuntos Económicos, tal y como indicó ayer la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, tras la reunión del Consejo de Ministros.
Los mismos asistentes desde hace meses
Con todo, al encuentro acude como habitualmente el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, quien se ha encargado de pilotar las negociaciones de la reforma laboral desarrolladas en los últimos meses; la directora del departamento de Relaciones Laborales de CEOE; Rosa Santos; el secretario general de Cepyme, Pedro Fernández Alén.
Del lado sindical, por CCOO acudirán el secretario de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, Carlos Bravo, y la secretaria confederal de Acción Sindical, Mari Cruz Vicente, así como un técnico, mientras que desde UGT asistirán el vicesecretario general de Política Sindical de UGT, Mariano Hoya, y el secretario Confederal del sindicato, Fernando Luján.
Tal y como recordó el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, de la reforma laboral se viene tratando en el diálogo social desde la anterior etapa de la ministra socialista Magdalena Valerio e incluso ya se abordó con la ministra del PP Fátima Báñez.
Díaz lidera pero en coordinación con otros ministerios
Tras la reunión del Consejo de Ministros ayer, la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, fue clara al señalar, en línea con lo defendido por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la propia Calviño en los últimos días, que los distintos miembros de otros departamentos ministeriales participarán y coadyudarán en la pretendida reforma laboral.
«Formalmente, en la Mesa del Diálogo Social quien lidera y quién representa el Gobierno es el Ministerio de Trabajo. Pero también parece razonable que en esa Mesa participen miembros de otros departamentos”, aclaró, insistiendo en la idea de que los socios del Gobierno están «alineados en los contenidos» y hay consenso en torno a la necesidad de la reforma.
Tanto Sánchez como Rodríguez han remarcado que pueden participar en la elaboración de la nueva legislación laboral otros ministerios, como el de Asuntos Económicos de Calviño, Educación, Seguridad Social, Industria o Hacienda, ya que se trata de «una ley de legislatura y marca a todo el Gobierno», por lo que «no tendrá nombre propio» sino del Ejecutivo en su conjunto.
Más tarde la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz echó un jarro de agua fría al aparente consenso en torno a la metodología para la negociación de la reforma laboral al afirmar desde Roma que «el debate que existe en el seno del Gobierno no es sobre metodología», apuntando que creía que el debate sobre el alcance de la reforma laboral ya estaba cerrado e instando a debatir sobre los contenidos de la reforma.
«A los ciudadanos no les importa la metodología, sino acabar con la precariedad», dijo en un claro mensaje indirecto a Nadia Calviño, contraria a derogar la reforma laboral de 2012 como pretenden Díaz y los sindicatos, frente al rechazo de la patronal. En todo caso, defendió que el Ejecutivo de coalición «goza de buena salud» y se mostró confiada en que se alcanzará un acuerdo.
Los socios del Gobierno prosiguen con los contactos telefónicos y por videoconferencia para tratar de establecer un «criterio común»en torno a la reforma laboral, con el objetivo de poder consensuarla con sindicatos y también con CEOE y aprobarla antes de que acabe el año, tal y como está comprometido con Bruselas en el Plan de Recuperación.
Discrepancias en el contenido: ultractividad y prevalencia del convenio sectorial
En lo referido al contenido, los socialistas hablan de elaborar “un nuevo marco de relaciones laborales” y los sindicatos hablan que la postura socialista es la de “contrarreformar” la normal del PP. Esto crea dudas en los morados, que piden derogar “íntegramente” el texto aprobado por Mariano Rajoy en 2012.
Uno de los aspectos que más preocupan a la vicepresidenta económica, en línea con Bruselas, es que la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa incentive la subida de los salarios, especialmente ante los niveles en que se sitúa la inflación en estos momentos. Fuentes de Economía aseguran que desde la Comisión Europea ya mostraron su preocupación al Gobierno por una merma de la flexibilidad del mercado laboral y el peligro de que la reforma deje fuera del acuerdo a los empresarios.
En detalle, discrepan sobre cambios en el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, una línea roja para los empresarios en la mesa de negociación. También preocupa en el ministerio de Calviño el efecto que la reforma laboral podría suponer en el alza de los salarios, poniendo en peligro la recuperación económica tras la pandemia. Los sindicatos esperan alzas en los salarios como efecto de la reforma, pero los empresarios temen que, junto a la reforma del artículo 41, la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa incentive la subida de los salarios.
Otro de los puntos negros es que la reforma del PP permitió que las empresas se pudieran descolgar del convenio colectivo del sector en vigor, priorizando los convenios de empresa, que podían modificar las circunstancias del sectorial dependiendo de las circunstancias de la compañía. Los sindicatos piden anular este cambio y Díaz lo apoya, pero la vicepresidenta primera no estaría a favor mirando más a Bruselas.
Fuentes socialistas se escudan en que Bruselas no permitirá este cambio esgrimiendo que establecer la prevalencia de los convenios sectoriales afectará a la flexibilidad del mercado laboral.
Igualmente, Trabajo recupera en su propuesta la ‘ultractividad’ que suprimió la reforma laboral de 2012, con reticencias en la patronal. Así, en los casos en los que no se acuerde entre las partes un acuerdo sobre el convenio colectivo una vez transcurra un año desde la denuncia del convenio, éste mantendrá su vigencia.
Otra de las líneas rojas para la patronal es el referido a la subcontratación ante la intención de Díaz y los sindicatos de limitarla, a lo que se oponen los empresarios, al tiempo. que rechazan la pretensión de fijar parte del salario a través de convenio sectorial.
Pero sin duda el principal escollo para los empresarios se ha producido en la propuesta de Trabajo sobre la temporalidad, que aboga por limitarla a 6 meses y a un 15% de la plantilla, algo que los empresarios ven «ideológico» y un «disparate».