El peligro de las tarjetas revolving y la diferencia con las tarjetas de crédito
El problema son los elevados intereses que se pagan, con una TAE de hasta el 25% y la deuda que genera si te retrasas en el pago
Una tarjeta revolving es un tipo de tarjeta de crédito, pero la manera en la que devolvemos al banco el dinero que hemos gastado cambia. Así, al realizar una compra con la tarjeta de crédito, el usuario puede decidir qué día quiere que le carguen lo que debe, por ejemplo, a final de mes o a principio de mes.
Pero cuando se activa la modalidad revolving, estas compras no se pagan de una vez, sino en «cómodos plazos», por ejemplo mes a mes, y aquí siempre hay intereses. El problema son los elevados intereses que conllevan y la deuda que genera. Tal y como explicamos en este vídeo.
¿Por qué son peligrosas las tarjetas revolving?
El principal problema son los intereses, lo que pagamos al banco o la entidad que emite la tarjeta por habernos prestado el dinero y pagárselo poco a poco. En la mayoría de estas tarjetas, el TAE, es decir los intereses superan el 20% (en algunos casos el 25%) cuando los tipos de interés están en torno al 7-9% en los créditos al consumo.
Por eso fue tan polémica la sentencia del Trubunal Supremo de marzo de 2020, ya que por primera vez se consideró usura una tarjeta revolving con un TAE del 27%. La justicia acordó la nulidad de esta tarjeta y desde entonces, muchas entidades han decidido bajar el tipo de interés que cobraban. Sin embargo, estas tarjetas ni se han prohibido ni los intereses han bajado en exceso.
El segundo problema son las deudas. Las personas que llevan años usando estas tarjetas han tardado mucho tiempo en ser consciente de que al final estos créditos nunca se pueden pagar. Y es que si no pagas un mes, se generan nuevos intereses y comisiones.
Inditex, Iberia o Cepsa venden tarjetas revolving
Y además, si la cantidad de dinero que debe el consumidor supera el límite del crédito acordado con el banco, devenga unos intereses adicionales. Resumiendo, la deuda sigue engordando mes a mes y llega un momento en el que solo en intereses debes más de lo que debías por el dinero que gastaste.
El tercer problema es cómo se han vendido estas tarjetas. En el pasado, se han cometido muchos abusos, por ello los contratos se están considerando usurarios y poco transparentes. Los expertos creen que si se explicara con detalle lo que se puede llegar a pagar y las deudas que genera, nadie las querría.
Precisamente por esto, en enero entró en vigor una nueva normativa sobre tarjetas revolving, con la que se pretende que las entidades sean más transparentes a la hora de comercialización de este tipo de productos financieros. En ella se exige a las entidades bancarias un estudio previo de solvencia del cliente y la obligación de dar información precontractual y periódica.
¿Quién vende estas tarjetas?
Estas tarjetas no solo la emiten los bancos. También hay tarjetas revolving de empresas y comercios donde compramos en el día a día, como gasolineras o supermercados. Estas marcas firman acuerdos con las entidades financieras, pero la sensación es, que quien vende este producto no es el banco sino el comercio.
Así, además de los bancos tradicionales, emiten tarjetas revolving: Carrefour, Ikea, Alcampo, Iberia, Air Europa, Fnac, MediaMarkt , las gasolineras BP, Cepsa y Repsol. También lo son la tarjeta de Inditex o Vodafone.