Los cruceros que combate Colau solo saturaron Barcelona cinco días en la última década
El turismo de cruceros apenas genera el 4,1% de las visitas a la ciudad condal y es más desestacionalizado
Con el inicio de la nueva temporada, el Ayuntamiento de Barcelona ha vuelto a ponerse en pie de guerra contra los cruceros. Ada Colau y su equipo de Gobierno han insistido en retiradas ocasiones en la necesidad de limitar el número de naves que atracan en El Port por un incremento “masivo” de los viajeros que saturan la ciudad. Sin embargo, un reciente estudio aporta la otra cara de la moneda: en los últimos 10 años, solo en cinco días, el 0,1% de las ocasiones, hubo más de 30.000 cruceristas visitando la capital catalana.
Esta es una de las principales conclusiones que alcanza el estudio ‘Actividad crucerista en Barcelona: evolución, caracterización y recaudación fiscal’ elaborado por la Universidad de Barcelona a petición de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros. Según el estudio, en 2019, la última temporada sin afectaciones por la pandemia, el promedio diario de cruceristas en la ciudad fue de 6.566 personas, apenas el 4,1% del total de visitantes. El informe asegura, también, que el turismo de cruceros contribuye a la desestacionalización, ya que su temporada es más larga, empieza en abril y finaliza en octubre, de modo que solo un tercio de las naves atracan en Barcelona entre junio y agosto.
Además, en los últimos años, la Autoridad Portuaria de Barcelona ha virado su apuesta hacia los cruceros de base, aquellos que inician o acaban sus travesías en la ciudad y los que generan más dinero a la economía local. En la última década, los viajeros de puerto base han incrementado en un 3,7% su presencia a la ciudad, frente al 2,8% de los de tránsito, aquellos que pisan la capital catalana solo entre 4 y 6 horas. Son este tipo de viajeros los que pueden generar tapones puntuales en sitios turísticos como la Sagrada Familia o Las Ramblas, según apunta una de las redactoras del estudio a este medio, Esther Vayá, profesora e investigadora de la UB.
Según Vayá, la solución a la polémica por la supuesta congestión turística causada por los cruceros es fácil: planificar. La economista asegura que las previsiones sobre el número de barcos que atracaran en Barcelona se conoce con dos años de antelación, tiempo suficiente para impulsar “herramientas de gestión política, como “cambios en las rutas o incentivar rutas alternativas” a los puntos de interés más comunes en las jornadas en las que se detecten picos de actividad.
La apuesta de futuro: los cruceros base
La experta considera que las autoridades van en buen camino apostando por los cruceros de puerto base. Por un lado, sus viajeros suelen «difuminarse entre el resto de turistas», al alargar su estada, en vez de acumularse en grupos. Además, atrae a turistas de Estados Unidos y Canadá, dos países con un salario medio más alto que en España y, por consiguiente, con mayor poder adquisitivo y mayor capacidad de gastar dinero en la ciudad. De hecho, mientras que los norteamericanos son el 7,4% del total de turistas que visitan la Barcelona, representan el 27% de los cruceristas de puerto base.
El perfil de cruceristas es muy diferente al del turista vacacional estándar. Suelen ser parejas de más de 50 años, en comparación con el resto de los viajeros, que suele tener menos de 40 años. Además, el 94% pernocta en hoteles de mayor categoría, por lo que se dejan una media de 100 euros diarios más que el resto de los viajeros.
Los cruceros que pasaron por el puerto de Barcelona generaron una facturación de 1.083 millones de euros en 2016, los datos más actuales incluidos en el estudio, contando tanto el dinero gastado en comercios y alojamientos, como los servicios solicitados por la tripulación y las navieras en el puerto. Según Vayá, este 2023 esta cifra será muy superior, siempre que se igualen o superen el número de cruceristas que llegaron antes del covid, tanto por el efecto de la inflación como por esta mayor apuesta por los cruceros de base.
Empieza la campaña
En abril se inicia la temporada de cruceros y se prevé que pasen por el Port unas 80 naves tan solo en un mes. Este finde semana ya se prevé que atracarán en Barcelona 15 cruceros, ocho el viernes, tres el sábado y cuatro el domingo, con una capacidad total de 47.000 viajeros. De media, unos 3.000 por cabeza.
Por ahora, parece que el consistorio se ha quedado solo en su particular cruzada contra las navieras. Mientras que la Generalitat le ha cerrado la puerta a su petición de limitar el número de naves, asegurando que “no es necesario” un debate al respecto, el nuevo ministro de Turismo, Héctor Gómez, ha salido en defensa del sector este viernes asegurando que “aporta a España como o destino turístico un plus y un valor”.