Barcelona multiplicará por seis la recaudación de la tasa turística a los cruceros
Los cambios en el impuesto de establecimientos turísticos incrementan el gasto gestionado por el consistorio hasta los 8 millones este 2023, mientras Colau busca reducir el número de naves que llegan a la ciudad
El Ayuntamiento de Barcelona dispara la recaudación de la tasa turística a los cruceristas. Mientras la alcaldesa Ada Colau continua su batalla para disminuir el número de cruceros que atraquen en la ciudad condal, los cambios aprobados por la Generalitat y el incremento del recargo del municipal multiplicaran por seis la aportación a las arcas municipales del impuesto de establecimientos turísticos (IETT) con el mismo número de viajeros.
Así lo desprende un informe encargado por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) a la Universidad de Barcelona. Según calcula el estudio, teniendo en cuenta la remodelación del tributo y estimando un número de cruceristas similar a los previos a la pandemia, el importe gestionando por el consistorio barcelonés pasaría de ser de los 1,2 millones de euros de 2019 a unos 8 millones este 2023 y de 9 millones en 2024. En ambos casos, representaría el 14% del total recaudado por la administración local, pese a que solo el 4,1% de los turistas que llegan a Barcelona lo hacen en crucero.
El informe llega el mismo día en que la Generalitat ha dado portazo al ejecutivo de Colau en su petición de reunirse para limitar la llegada de cruceros a la ciudad. La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, Janet Sanz, ha explicado este jueves que la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, le ha comunicado que no ve «necesario» un encuentro para abordar la cuestión.
Frente a la postura del ejecutivo local, el informe asegura que, mientras que el resto de opciones turísticas han evolucionado de forma notable, el crecimiento del número de cruceristas ha sido significativamente inferior. Su crecimiento medio anual entre 2010 y 2019 fue de un 3,1% frente al 4,5% de las pernoctaciones turísticas en la ciudad, al 4,3% de las visitas y el 8% de los pasajeros llegado por vía aérea.
Pocos viajeros en barco
Este aumento es superior en el caso de los cruceristas de puerto base (3,7%), aquellos que empiezan o terminan el viaje en la ciudad y gastan más dinero en el municipio, el modelo preferido del Port de Barcelona; frente a los de tránsito (2,8%). Dentro de los pasajeros de puerto de base, predominan los procedentes de Estados Unidos y Canadá y los turistas con un perfil de gasto mayor que el resto de visitantes. Si de media un turista se deja 138 euros al día en la ciudad, los cruceristas gastan 187 euros diarios.
El estudio asegura que la proporción más alta de cruceristas respecto al total de visitantes se produce en setiembre y octubre, los meses de mayor actividad de cruceros frente al resto de turistas, concentrados en verano. En 2019, la última temporada sin afectaciones del covid, el promedio diario de cruceristas fue de 6.566, frente a los 158.610 visitantes totales (4,1%). Entre 2010 y 2019, solo en cinco ocasiones hubo más de 30.000 cruceristas visitando la ciudad.