La crisis energética frena la recuperación del comercio textil
La factura eléctrica de los comercios se triplica como consecuencia de su dependencia del aire acondicionado y la luz de los escaparates
El sector del comercio textil ha comenzado a ver la luz al final del túnel, después de un año y medio sacudido por la crisis económica del coronavirus. El mes de septiembre se ha convertido en el primero del curso en el que el volumen de ingresos ha experimentado una mejoría. Sin embargo, su impacto se ha visto moderado por un nuevo factor: la crisis energética.
La Asociación Nacional de Moda Retail (Acotex) ha cuantificado un incremento de las ventas del 8% en el noveno mes del año. A pesar del impulso provocado por el inicio de la campaña del otoño, las empresas todavía arrastran una caída de sus ingresos del 19% en el acumulado del año, justo cuando tratan de hacer frente a la escalada histórica de precios de la luz.
El presidente de la patronal, Eduardo Zamácola, ha explicado a Economía Digital que los recibos de los comercios se han triplicado debido a la crisis energética. Un establecimiento que factura de media 20.000 euros en ventas en un mes antes hacía frente a un gasto de unos 400 euros por la luz. Con la crisis energética, la media se ha disparado hasta los 1.200.
La subida del coste en el mercado mayorista de la luz ha golpeado con fuerza a los comercios debido a los altos gastos a los que tienen que hacer frente para mantener conectado el aire acondicionado durante toda la jornada de atención al público, así como para la iluminación de los escaparates, un reclamo fundalemental para los clientes. «Las tiendas son muy intensas en el consumo eléctrico», ha advertido Zamácola.
A pesar de este incremento del gasto, los negocios han optado por mantener el mismo nivel del precio final de venta de sus productos porque creen que el consumidor no entendería que la misma prenda cueste ahora más dinero que antes de la crisis energética. «Jugamos con la psicología del cliente«, ha explicado el presidente de Acotex.
La entrada en escena de este nuevo hándicap ha mermado las esperanzas de recuperación del sector que teme que a partir del 28 de septiembre se produzca una nueva crisis, cuando venza la última prórroga de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) acordada por el Gobierno.
Acotex también ha identificado otros problemas añadidos en la ecuación. La subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que habitualmente cobran los dependientes o los mozos de almacén, o el encarecimiento de los servicios logísticos como consecuencia de la crisis de suministro que atraviesan las compañías asiáticas también limitan la recuperación.
«Quedan años para que estemos como antes. No creo en una recuperación en uve», ha expresado Zamácola.
Moody’s advierte sobre el impacto de la crisis energética en el comercio
Algunos analistas internacionales ya se han hecho eco sobre el impacto de la crisis energética en el sector del comercio a escala mundial. La agencia de calificación Moody’s ha advertido sobre este fenómeno en su informe sobre la situación del retail en el tercer trimestre del 2021.
La compañía británica ha vaticinado que el incremento de los precios tanto de la energía como de los alimentos limitará las compras de los consumidores, especialmente entre los hogares más vulnerables. «La actividad económica, incluidas las ventas minoristas y la movilidad, se ha desacelerado en las últimas semanas en las principales economías avanzadas», reza el informe.
Moody’s ha observado que en el tercer trimestre se han mantenido algunas tendencias adquiridas durante la pandemia. Las ventas del comercio online continúan ocupando un espacio importante para los consumidores. Sin embargo, los clientes tienden a experimentar una mayor intención de compra cuando acuden a las tiendas físicas.
A pesar de esta valoración, la agencia de ‘rating’ sí que ha observado otros elementos positivos en su predicción económica. El incremento del ahorro en las familias durante la pandemia puede jugar un papel clave para impulsar las compras en la recta final del año. «Esto ayudará a los comercios minoristas a compensar los costes adicionales de la inflación de las materias primas«, ha remarcado.
Todo este análisis está acotado a que la evolución epidemiológica continúe de aquí a final de año, sin que se produzcan nuevas oleadas de contagios como las que han marcado el último curso. El textil, por ejemplo, ya sufrió un fuerte impacto durante el inicio del año cuando las infecciones de la Covid-19 y el paso de la tormenta Filomena dilapidaron la campaña de rebajas de enero.