La crisis agranda la brecha de paro entre hombres y mujeres
El Banco de España constata que la crisis de la Covid-19 ha agrandado las diferencias entre hombres y mujeres respecto a la tasa de paro y horas trabajadas, pero la reduce en las tasas de actividad
El estallido de la pandemia en marzo del año pasado impactó de lleno en el mercado de trabajo español y puso de relieve algunas de las asimetrías existentes entre los hombres y las mujeres, ampliando la brecha en términos de paro y horas. efectivas trabajadas, aunque se habría reducido en términos de la tasa de actividad.
Así lo pone de manifiesto el Banco de España en un análisis sobre el impacto diferencial por sector de la crisis de la Covid-19 en el mercado de trabajo español, en el que utiliza los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en el que constata la ampliación de esa disparidad laboral entre sexos.
En los primeros trimestres de la crisis, la caída del empleo, de la población activa y de las horas de trabajo efectivas fue más intensa para las mujeres que para los hombres, aunque desde finales de 2020 estas variables han mostrado un comportamiento algo más favorable para las mujeres. Aun así, en la comparativa entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de este año se habría ampliado.
Paro del 17,4% entre las mujeres
Antes del estallido de la pandemia España contaba con 19,97 millones de personas empleadas, 10,81 millones de hombres y 9,16 millones de mujeres. La tasa de paro de las mujeres era 3,3 puntos porcentuales (pp) superior a la de los hombres
—15,5%, frente al 12,2%—, y su tasa de actividad, 10,7 puntos menor —53,5%, frente al 64,2%—.
La crisis sanitaria ha provocado que hasta el segundo trimestre de este año se haya registrado un incremento mayor en la tasa de paro de las mujeres, de 1,8 puntos porcentuales, hasta el 17,4%, que en la de los hombres, de 1,2 puntos, hasta el 13,4%, lo que ha ampliado la brecha que ya existía en esta dimensión antes del
comienzo de la pandemia.
Por el contrario, en los primeros trimestres de la crisis, la caída del empleo y de la población activa fue sensiblemente más intensa para las mujeres que para los
hombres. Sin embargo, desde finales de 2020 tanto el empleo como la población activa han mostrado un comportamiento más favorable para las mujeres que para los hombres.
Precisamente este mayor dinamismo de la población activa de las mujeres ha contribuido a la ampliación de la brecha de paro entre sexos, al provocar que la tasa de desempleo de las mujeres se haya incrementado más que el de los hombres (un 13%, frente a un 8,9%).
ERTE y horas trabajadas
El organismo supervisor también analiza el impacto de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), que apunta que beneficiaron tanto a hombres como a mujeres. En el promedio del segundo trimestre de 2020 las mujeres acogidas a ERTE vinculados al Covid‑19 supusieron un 17,9% del total de las mujeres afiliadas en la Seguridad Social, mientras que, en el caso de los hombres fue el 15,5%.
Analizando el porcentaje de empleados que no trabajan ninguna hora en una semana determinada por suspensión temporal de empleo o por encontrarse en un ERTE, el porcentaje fue ligeramente superior para las mujeres que para los hombres desde el segundo trimestre del año pasado.
En lo referido a la evolución de las horas de trabajo efectivas, la caída resulta «especialmente intensa» para las mujeres en el segundo trimestre de 2020, aunque desde entonces el comportamiento ha sido algo más favorable para las mujeres, pero no ha permitid cerrar la brecha creada en la pandemia entre ambos colectivos.
Esta mayor incidencia en las mujeres se explica por la afectación de la crisis en algunas ramas y el impacto de las restricciones en sectores con una proporción elevada de empleo femenino, como la hostelería, el comercio, las actividades artísticas y recreativas, así como las llamadas industrias sociales, con caídas de horas de trabajo efectivas especialmente intensas para las mujeres.