Cremalleras Rubí ultima un concurso de acreedores
La medida supondría la baja de 84 empleados
La sociedad Cremalleras Rubí, ubicada en esta población del Vallès Occidental, tiene previsto presentar de forma inminente concurso de acreedores, lo que era hasta hace poco suspensión de pagos, según fuentes cercanas a la negociación interna.
La medida, que se toma para asegurar la continuidad de la empresa, afirman las fuentes citadas, supondrá la baja para 84 de los 184 trabajadores que la compañía tenía en julio pasado.
Las dificultades por las que pasa la empresa tuvieron su punto álgido en el mes de octubre de 2008, cuando se produjo el cierre del crédito financiero protagonizado por bancos y cajas. A esta situación se ha sumado la caída de las vendas y al final un conjunto de atrasos salariales, que se han substanciado a partir de unas reclamación judicial.
La compañía, que tiene una larga trayectoria, ante la falta de liquidez se ha visto obligada a presentar el concurso de acreedores, como fórmula para asegurar su futuro. Según ha podido saber Economiadigital, la facturación habitual de Cremalleras Rubí oscilaba entre 9 y 10 millones de euros y este último ejercicio ha sufrido una bajada hasta los 8-9 millones.
Cremalleras Rubí tiene sus orígenes en 1929. Desde aquella fecha la empresa, ahora Sociedad Anónima Laboral, ha estado vinculada a diversas multinacionales hasta que adquirió su independencia a partir de 1985.
La actuación de Cremalleras Rubí es absolutamente vertical, ya que fabrican todos los componentes que utilizan para la fabricación de sus productos, para lo que cuentan con una fábrica de 12.000 metros cuadrados donde está ubicada la producción de cintas, la sección de monofilamentos, el tinte , e incluso la fundición para hacer piezas de los deslizadores además de las unidades de galvanizado y montaje final de las cremalleras.
La sociedad tiene entre sus clientes marcas tan importantes como Zara o Benetton y confía mantener su confianza a pesar de tener que adoptar el concurso de acreedores para afrontar la situación en un momento difícil como el actual.