De Cos cuestiona los gastos e ingresos de los Presupuestos y la subida de pensiones y salarios con el IPC

El Banco de España enmienda las previsiones de los Presupuestos y exige el diseño de un plan de ajuste de déficit y deuda para su presentación la próxima primavera

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. Foto: Efe

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Enmienda casi de totalidad del Banco de España al proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2022. El organismo cuestiona las previsiones económicas del Ejecutivo y también las realizadas sobre los ingresos y los gastos, al ver cierto «optimismo» y riesgos de cumplimiento de las cifras consignadas.

Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso sobre el proyecto de PGE, el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha anticipado una «revisión significativa a la baja» de sus previsiones de crecimiento para este año y, en menor medida, también de la de 2022.

Tras analizar las nuevas cuentas públicas, el organismo da por descontado que se no se cumplirán las previsiones de crecimiento del Gobierno (6,5% este año y 7% en 2022) y también se refiere a la inflación, ya que los PGE recogen un deflactor de consumo privado del 1,9%, mientras que el organismo augura unas tasas medias del índice armonizado de consumo (IAPC) de hasta el 2,8%.

Optimismo en los ingresos

Sobre los ingresos públicos, el proyecto de PGE apuntan que los ingresos tributarios subirán un 8,1%, hasta el hito de 232.352 millones de euros por la evolución prevista de las bases imponibles, el impacto retardado de las medidas de 2021 (estimado por el gobierno en 2.000 millones) y la desaparición de exenciones de cotización de la Seguridad Social ligadas al Covid-19.

La cierta sobreestimación de los ingresos se debe a que el avance de liquidación de 2021 apunta a una recaudación de unos 3.100 millones de euros por debajo del presupuesto inicial, debido a una menor recaudación tributaria (-6.700 millones), frente al mejor comportamiento de los ingresos por cotizaciones (+3.600 millones).

La mitad de la desviación de los ingresos tributarios (3.000 millones) se debería a la menor capacidad recaudatoria de las nuevas figuras impositivas de 2021, como las tasas ‘Google’ y ‘Tobin’ y la subida del IVA a bebidas azucaradas, la falta de entrada en vigor de los impuestos sobre los envases de plástico y los residuos en vertederos.

A ello se suma que las novedades tributarias de los PGE de 2022 tendrían un impacto recaudatorio «muy reducido» en 2022. Estas son el tipo mínimo del 15% en Sociedades o la minoración del límite general de reducción aplicable a la base imponible por aportaciones a planes de pensiones individuales.

Para el Banco de España la previsión de ingresos resultaría «ligeramente optimista» en lo referido a los ingresos por cotizaciones sociales, pero se podría ver «parcialmente compensada» por una previsión prudente para la recaudación tributaria.

Advierte también al respecto de que la propia evolución del entorno macroeconómico contemplada en los PGE se encuentra sujeta a riesgos a la baja, cuya materialización podría redundar en «un menor dinamismo de las propias bases impositivas».

Gastos: «riesgos de infraejecución significativos»

En lo que respecta a los gastos, el proyecto de PGE prevé que aumenten un 2,3% en 2022 por las pensiones y gatos de capital, que compensan «con creces» la contención en rúbricas con componente cíclico, como las prsetaciones por desempleo.

En este sentido, alerta de que el incremento de los gastos de capital presupuestados (+6.500 millones), que se añade al uso de los fondos europeos de 22.400 millones, «no tiene precedentes y podría derivar en riesgos de infraejecución significativos».

El gasto en prestaciones está en línea con sus cálculos pero también ve un gasto por intereses previsto algo por encima del que surge del uso de los modelos del Banco de España.

Pide no ligar pensiones y salarios públicos al IPC

Igualmente, ha avisado de los riesgos al alza en la partida de pensiones si el repunte de la inflación en los meses finales de este ñaño fuese superior al previsto en el borrador. En concreto, el gasto en pensiones podría situarse en torno a 1.500 millones por encima de lo contemplado en el proyecto de PGE para el año 2022.

A esta posible desviación se añade el coste de la compensación de las pensiones en 2021, que podría situarse en torno a otros 2.000 millones adicionales.

Por ello, una vez más ha cargado contra la decisión del Gobierno de indexar pensiones y salarios públicos con el IPC. «Resulta
particularmente importante evitar el uso generalizado de cláusulas de indexación automáticas en las partidas de gasto que pudieran alimentar adicionalmente el actual proceso inflacionista
«, ha enfatizado.

«No deberíamos meternos en un círculo de provocar una indiciación permanente de partidas de gasto porque lleva a una espiral inflacionista que genera pérdida de competitividad de la economía, menor actividad y empleo«, ha alertado.

Un plan de ajuste ante una política fiscal «significativamente expansiva» en 2022

El Banco de España apunta que el tono de la política fiscal, medido por la variación del saldo estructural, pasaría de ser expansivo en 2021 (-0,9 puntos porcentuales) a ser prácticamente neutral en 2022, una vez se incluye el impacto de los fondos europeos. No obstante, considerando el perfil temporal de ejecución del gasto de los fondos europeos contemplado en las previsiones del Banco de España, el tono de la política fiscal sería «significativamente expansivo» en el año 2022.

Esto se debe a que, según ha explicado Hernández de Cos, respecto a la previsión del Plan Presupuestario, el escenario del Banco de España contempla una ejecución de gasto con cargo al Mecanismo de Recuperación menor en el año 2021 y similar en el año 2022, lo que implica un aumento no desdeñable del gasto público en el próximo año, que generaría un «estímulo fiscal significativo».

Según las previsiones del organismo, el gasto primario del Estado y la Seguridad Social aumentaría en un 18,9% respecto al año 2019, frente a aumentos del 8,3% y del 5,6% en el caso de los ingresos y el PIB nominal, respectivamente. Para el conjunto de las administraciones, este aumento del gasto entre 2019 y 2022 sería del 11,7%, de acuerdo al Plan Presupuestario, frente al incremento del 7% en el caso de los ingresos totales.

Estas cifras ilustran la magnitud del reto del proceso de consolidación fiscal que, una vez más, ha pedido acometer una vez se consolide la recuperación tras la pandemia en la medida que este incremento del gasto tenga un componente estructural
importante, y por tanto no estén ligadas a gastos cíclicos o relacionados con la pandemia.

Aunque cree que hay que continuar con el apoyo fiscal en 2022, ha pedido que sea de un modo «más selectivo», centrado en las empresas y grupos poblacionales en los que aún se dejan sentir las consecuencias de la crisis

El gobernador del Banco de España ha exigido de nuevo que España defina «con rigor» y comunique «sin demora» un plan de consolidación fiscal a medio plazo «creíble» que detalle los plazos, objetivos y medidas de ingresos y gastos, para aumentar su credibilidad y poder acometer un proceso de ajuste «gradual».

La elaboración de la actualización del Programa de Estabilidad de España que debe presentarse en la primavera próxima, antes del 30 de abril, «puede ser un buen momento para efectuar de manera profunda este ejercicio», ha calendarizado De Cos.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp