Cómo pasar de una hipoteca variable a una de tipo fijo: guía completa
Existen tres tipos de cambios para pasar de una hipoteca variable a una fija, lo cual puede compensar en un contexto de subida de tipos de interés
La subida de los tipos de interés de 50 puntos en los bancos de la eurozona ha provocado que el Euríbor alcance sus mayores tasas en los últimos años. El Euríbor a 12 meses es el indicador que se utiliza para calcular las hipotecas referenciadas al mismo, lo que lo convierte en el principal indicador en el cálculo del tipo de interés en las hipotecas variables.
La previsión es que el Euríbor siga subiendo, la semana pasada cerró en un 1,2%, su mayor nivel diario desde principios de julio de 2012, y este lunes en un 1,04%, también por encima de los valores de los últimos años. Que suba el Euríbor supone que un encarecimiento de las hipotecas a tipo variable, por lo que algunas personas podrían estar pensando en pasarse a una hipoteca de tipo fijo. Para ello hace falta tener en cuenta una serie de aspectos y revisar si se cumplen los requisitos.
En primer lugar, se debe tener en cuenta que los tipos de interés de las hipotecas a tipo fijo son mayores que las de tipo variable aunque, a cambio, ofrece la tranquilidad de pagar siempre la misma cuota, lo cual puede compensar en un contexto de incrementos de tipos. Una vez analizado esto, existen tres cambios para pasar de una hipoteca variable a una fija: cambio por novación, cambio por subrogación y cambio por cancelación.
El cambio por novación se solicita a la entidad bancaria para modificar las condiciones del préstamo hipotecario que anteriormente estaban contratadas. Consiste básicamente en renegociar la hipoteca, lo que suele afectar al tipo de interés, a la cantidad del préstamo (que suele ampliarse) y al periodo de amortización. Se deberá abonar una comisión de novación que, según lo marcado por ley, no puede superar el 0,15% (durante los 3 primeros años) para desaparecer tras este periodo.
La subrogación consiste en cambiar la hipoteca a otra entidad bancaria. Esto suele conllevar una modificación en algunas de las condiciones del préstamo como el tipo de interés al que está sujeto. Este caso suele darse cuando comparamos diferentes hipotecas y encontramos un banco que ofrece mejores condiciones que el nuestro. Como con el nuevo banco se definen nuevas condiciones se puede pasar a una hipoteca fija. En este caso también se abonará una comisión por subrogación, cuyo valor no será mayor del 0,15% en los 3 primeros años, bajando al 0% una vez pase este periodo de tiempo. También se abonará el coste de la tasación que se realizará para conocer el valor actual de la vivienda.
Por último, el cambio por cancelación y constitución supone cerrar la hipoteca y abrir una nueva en la que establezcamos un tipo de interés fijo. Esto supone una comisión por cancelación anticipada, la cual está establecida en la escritura del préstamo además de asumir los gastos de la cancelación registral de la antigua hipoteca. También hay que tasar nuevamente la vivienda y determinadas entidades pueden aplicar una comisión de apertura a la nueva hipoteca.