Inflación en los concesionarios: comprar un coche es 1.800 euros más caro que hace un año
El precio medio de un turismo en noviembre es un 9% más alto que en el mismo mes del año pasado
La inflación también llega a los concesionarios de coches, y con ellos, al consumidor. Con la subida de costes, la inflación generalizada y la reducción de la oferta, el sector automovilístico ha tenido que incrementar el precio de los turismos nuevos, también para poder sufragar la disminución de unidades vendidas.
Según los datos más recientes de la Agencia Tributaria, en noviembre un coche costaba, de media, unos 21.968 euros, sin contar el importe a pagar en impuestos como el de matriculación. Esta cifra implica que los automóviles recién salidos de los concesionarios son unos 1.800 euros más caros que en el mismo mes de 2021, cuando costaban 20.114. Noviembre ha sido el mes del año en qué más han subido los precios de los coches, un 9% interanual.
En este sentido, en el acumulado del año, el aumento es un poco menor. El incremento de precios es del 7%, pasando de los 19.951 euros que costaba de media un automóvil en 2021, a los 21.309 que vale en 2022.
La crisis de precios también ha provocado una subida de la cuota de mercado de los vehículos más caros. Mientras que en noviembre de 2021 destacaban los coches valorados entre 15.000 y 20.000 euros, dado que fueron el 28% de los adquiridos; en 2022 las ventas quedan más repartidas. Llama la atención el incremento en tres puntos porcentuales tanto de los turismos con precios de entre 25.000 y 30.000, así como los que cuestan entre 30.000 y 40.000.
Los alternativos, más caros
Más allá de la inflación, este traspaso en los escalones está causado por el crecimiento en las ventas de coches híbridos y eléctrico nuevos, por lo general más caros. La Agencia Tributaria no aporta datos disgregados por combustibles alternativos, pero sí que cuenta con el precio medio de los automóviles de gasolina (21.109 euros en noviembre), de diesel (22.063) y una categoría llamada otros (32.208).
Esta última clasificación son unos 11.000 euros más caros, de media, e integran los propulsados por energías verdes. Se han vendido un 12% más este 2022 y han disparado sus precios en un 18% por la creciente demanda: cuestan casi 5.000 euros más comparando los dados de noviembre de este año con los de 2021.
La subida de precios de los coches ha supuesto un incremento de la facturación del sector automovilístico, pese a una disminución de las ventas del 4,4% este año. Grosso modo, si se multiplica el precio medio por las matriculaciones obtenidas hasta noviembre, la automoción española ha ingresado alrededor 15.751 millones de euros, un 2% más que en 2021.
Riesgos en 2023
Aun así, este incremento de precios podría acabar penalizando el consumo a largo plazo. Recientemente, Faconauto, la patronal de los concesionarios, indició en un encuentro con periodistas que no prevé que las situaciones que han venido influyendo sobre las ventas de vehículos en 2022 se solucionen en el corto plazo, principalmente el de oferta, pero también en la demanda.
En este sentido, el precio de los vehículos es una de las circunstancias que seguirán marcando el devenir del mercado. El actual contexto de alta inflación, de incremento de los tipos de interés y de incertidumbre de los hogares “no dejarán de lastrar la capacidad de consumo de los españoles, penalizando particularmente las matriculaciones por cuarto año consecutivo”. Tres de cada cuatro compras de vehículos se cierran con financiación, por lo que las persistes subidas de tipos podría desincentivar la compra.
En este sentido, según las previsiones de la patronal española de los fabricantes automovilísticos, Anfac, la crisis de los microchips persistirá en 2023, aunque con un impacto menor que en ejercicios anteriores. A este condicionante se le suma un contexto socioeconómico desfavorable, lo que ha llevado a la asociación empresarial a estimar que el año que viene se venderán unos 900.000 turismos y todoterrenos, superando las cifras registradas este 2022 pero lejos de los anotados entes del covid. Ese año, se matricularon alrededor de 1,5 millones de vehículos.