Cataluña lidera la fuga de empresas tras perder 4.600 sociedades desde el 1-O
La Comunidad de Madrid avanza hacia su quinto año de 'sorpasso' económico a Cataluña, que pierde 245 empresas hasta septiembre frente a las 268 que gana la región madrileña
Cataluña acumula varios ejercicios convulsos por la incertidumbre política y social desatada con el desafío independentista, los vaivenes económicos derivados de la misma, a los que se ha sumado el impacto de la crisis de la Covid-19 mientras continúa uno de sus principales lastres en los últimos años: la fuga incesante de empresas.
En el calendario referido a Cataluña hay una fecha especialmente marcada el 1 de octubre de ese año, 2017, día en el que se produjo la celebración del referéndum ilegal de independencia, que acabó abriendo una etapa de incertidumbre política y erosión de la convivencia de la sociedad catalana ante su división sobre el futuro político del territorio.
La consecuencia directa a la fallida independencia catalana fue la enorme fuga de empresas inicial en los primeros meses tras el 1-O, una tendencia que aunque disminuyó notablemente a posteriori no ha logrado revertirse e incluso se ha visto intensificada durante la pandemia.
Lo cierto es que la pandemia ha impactado de lleno en los datos de traslados de sede social, así como en los de constitución o concursos de acreedores ante el parón de los registros con motivo del Estado de alarma entre los meses de marzo y junio de 2020, pero las cifras constatan que Cataluña sigue encabezando la fuga de empresas y acumula una acusada huida desde el 1-O
La fuga se modera desde 2017
Desde aquel señalado día de 2017 Cataluña ha sufrido una pérdida de un total de 4.596 empresas, según los cálculos realizados por Economía Digital con datos facilitados por el Colegio de Registradores, cuyas cifras de movimientos no corresponden a solicitudes de traslado sino a confirmaciones de traslado inscritas en el registro de destino.
Con todo, y aunque Cataluña encabeza el éxodo de empresas entre el total de 17 comunidades autónomas españolas desde el año 2017 e inclusive desde antes, al menos el ejercicio 2012, este notable volumen de traslados de sedes sociales en la región se ha moderado en buena medida.
Así, frente a la pérdida de 1.988 empresas en el año 2017, sobre todo en el último cuatrimestre tras el fallido referéndum de independencia, la fuga de empresa. en Cataluña se moderó algo en 2018, hasta 1.892 traslados, y disminuyó considerablemente en 2019, hasta 324, e inclusive más aún el año pasado, con un 2020 marcado por la pandemia en el que 151 empresas se trasladaron fuera de la región.
Cataluña pierde 275 empresas hasta septiembre
Los últimos datos del Colegio de Registradores recopilados por Economía Digital reflejan un panorama no muy favorable para Cataluña en lo referido a la mudanza de compañías catalanas a otras comunidades.
Y es que en los nueve primeros meses del año Cataluña repite como la comunidad que más empresas pierde, con un total de 245 traslados de sede, constatándose incluso una aceleración preocupante que podría por terminar de perjudicar aún más un tejido productivo ya de por sí erosionado por la virulencia de la crisis del Covid-19.
Más en detalle, en el primer trimestre se fueron de Cataluña 254 compañías, pero llegaron 175, con un saldo negativo de 79, que se agravó a 91 en el segundo trimestre. En el tercer trimestre Cataluña vio cómo se marchaban 177 empresas y llegaban solo 102, con una pérdida de otras 75 empresas.
Otras comunidades con un saldo negativo son Andalucía (145 salidas), Murcia (46) o Comunidad Valenciana (32), mientras que además de Madrid destacan la recepción de compañías en lo que va de año en Islas Baleares (54), Galicia (29) o Navarra (25).
Madrid se consolida como la mayor sede fiscal
En paralelo al éxodo masivo de compañías de Cataluña a otras regiones desde el referéndum ilegal de independencia Madrid ha ido ganando empresas atraídas por su atractiva política fiscal de bajos impuestos para inversores y sociedades y su mayor estabilidad política.
De hecho, la supremacía receptora de compañías de la comunidad gobernada actualmente por Isabel Díaz Ayuso viene ya de lejos, ya que en 2012 acogió 345, frente al saldo negativo de Cataluña de 232; que sefue sucediendo el resto de ejercicios, tanto en 2013 (370 más Madrid, 306 menos Cataluña), como en 2014 (556 Madrid, 434 menos Cataluña); 2015 (386 más, 264 menos) y 2016 (424 más y 271 menos).
El diferencial entre ambas comunidades explotó sobre todo en 2017 con motivo del 1-O, que provocó la llegada de 1.262 compañías a la región madrilea, tras perder Cataluña 1.988 compañías. En 2018 Madrid acogió aún más, 1.267, frente a los 1.892 ‘huidas’ de Cataluña.
En 2019 volvió a equilibrarse todo tras la ‘eclosión independentista’, llegando solo 72 compañías a Madrid, frente a la marcha de 324 en Cataluña, si bien en 2020, año de la pandemia, Madrid consiguió atraer a más compañías al registrar un saldo favorable de 147 empresas, frente al negativo catalán de 151.
Este año la situación lejos de corregirse se ha agudizado, y hasta septiembre la Comunidad de Madrid gana 268 nuevas empresas, mientras que la región gobernada por Pére Aragonés pierde otras 268 sociedades, continuando por tanto la ‘sangría’ de traslados de sede social.
Quinto ‘sorpasso’ económico madrileño
Las consecuencias de la incertidumbre política y el desafío independentista con el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia fueron inmediatas y notorias en la economía catalana, que unido a la política fiscal y la situación geográfica llevaron a que la Comunidad de Madrid tomase el liderazgo económico regional en 2017, algo que ha conseguido mantener e incluso incrementar estos años.
En términos de Contabilidad Nacional, las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) son elocuentes al respecto al permitir cotejar que el punto de inflexión en el ‘rally’ por capitanear la economía española se produjo en el ejercicio 2017. Por apenas una centésimas (y varios miles de millones de euros), la comunidad madrileña presidida entonces por Cristina Cifuentes logró adelantar a la Cataluña de Carles Puigdemont en liderazgo económico, con un 19,1% sobre el total nacional.
Esta situación se acentuó en 2018, ya que la economía madrileña alcanzó el 19,2% sobre el total del PIB nacional, frente al 19% de Cataluña, que perdió una décima, y la distancia fue mayor en 2019, cuando la primera elevó su peso en la actividad nacional hasta el 19,3%. La situación se habría repetido en 2020 y tiene visos de un quinto ‘sorpasso’ este año.
La economía catalana creció un 3,4% en 2017, cuatro décimas por encima del PIB nacional, pero se desaceleró al 2,6% en 2018 y al 2% en 2019. Las últimas cifras del Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) muestran que el PIB regional habría menguado un 11,5% en el conjunto del 2020, frente al 10,8% nacional.
BBVA Research estima que la economía catalana crecerá un 5,3% en 2021 y se intensificará un 5,6% en 2022, y entre ambos ejercicios creará la mayor cantidad de puestos de trabajo en España, con hasta 2ñ15.000 nuevos empleos, lo que le permitirá recuperar los niveles de actividad previos a la pandemia en 2022 en mercado de trabajo, no así todavía en lo referido al PIB.
Con todo, el pasado mes de mayo el Gobierno concedió nueve indultos a líderes encarcelados por el juicio del ‘procés’, lo que ha abierto una nueva etapa política de mayor diálogo entre Cataluña y el Estado, evidenciada también en los pactos del Gobierno con ERC para los Presupuestos de 2022 con cesiones como la cuota del 0,6% en la Ley Audiovisual para la emisión de contenido en lenguas cooficiales en las plataformas digitales.
Este acercamiento podría repercutir en positivo a nivel económico, aunque todavía tendrán que pasar unos meses para ver si se consiguen equilibrar los estragos de los años aciagos marcados por el desafío independentista y si las políticas de la Generalitat y el Ejecutivo logran encauzar la economía catalana.