El rechazo a la energía eólica deja Cataluña a niveles de generación renovable de hace 15 años
La sequía reduce la producción hidráulica en todo el país y deja a la comunidad con sus peores registros de la década por la escasa cobertura eólica
En 2022, cuando la sequía dejó los pantanos bajo mínimos, la cobertura de la demanda eléctrica a partir de fuentes renovables bajó en toda España. La escasez de recurso hídrico dejó especialmente tocada a Cataluña, donde el limitado despliegue de energía eólica, encallado durante 10 años, convierte al agua en la principal fuente de energía renovable en la comunidad. Sin el peso de la hidráulica, la cobertura de la demanda eléctrica en la región a partir de energías limpias quedó en niveles de hace 14 años.
Según datos de Red Eléctrica, en Cataluña se generaron unos 6.000 GWh a partir de fuentes renovables el año pasado, un 14% de su demanda eléctrica. Para encontrar unos registros similares, hay que tirar atrás hasta 2008, cuando en términos relativos la penetración de las energías renovables era del 11,5% y hasta 2009 en términos absolutos, cuando las renovables aportaron 5.827 GWh, tal como apunta la agencia de comunicación especializada Dialec en su análisis de estas cifras.
En 2022, la capacidad eólica aumentó de forma insignificante en la región, lo que no pudo evitar que la caída de generación hidroeléctrica mellara la penetración de las renovables. La fuerza del agua disminuyó su aportación en un 21%, cubriendo apenas un 6% de la demanda eléctrica catalana. Los aerogeneradores también redujeron su aportación, en un 6,5% hasta producir unos 2.000 GWh.
Para suplir la caída de las aportaciones hidráulicas y cubrir las necesidades de energía del territorio, se disparó el uso de combustibles fósiles. El ciclo combinado, la generación de energía a través de la quema de gas usualmente importado, creció en un 64% hasta aportar casi 8.000 GWh, siendo la segunda fuente de producción de electricidad en la región.
La nuclear, líder indiscutible
Eso sí, la nuclear continúa suministrando la gran parte de la demanda eléctrica catalana. Generó más de 20.000 GWh en 2022, más de la mitad del total de electricidad producida en la comunidad autónoma. Cataluña no podrá seguir dependiendo de la nuclear muchos años más, dado que está previsto que los reactores nucleares de Ascó-1, Asco-2 y Vendellós-3 cierren en octubre de 2030, setiembre de 2032 y febrero de 2035, respectivamente.
Según el análisis de los especialistas de Dialec, la escasa capacidad de producción de energía eólica y fotovoltaica y la sequía dejaron a Cataluña con una electricidad “más cara, menos autóctona y menos renovable”. “Todo por continuar sin hacer los deberes: tramitar, autorizar, construir y operar parques eólicos y huertos fotovoltaicos”.
Hasta hace poco, la comunidad autónoma liderada por Pere Aragonés llevaba 10 años sin dar luz verde a ningún proyecto de renovables por las trabas administrativas y los choques con el territorio. En 2009, el segundo Govern del tripartito aprobó un decreto muy restrictivo, que marcaba en qué zonas se podían instalar tanto parques eólicos como fotovoltaicos.
No fue hasta 2019 que la Generalitat modificó este decreto para dar más libertad a las empresas, lo que a su vez provocó un aluvión de solicitudes. Sin embargo, estos expedientes tampoco se pudieron tramitar con facilidad: no fueron consensuados con los ayuntamientos y provocaron la saturación de administración pública. En este sentido, en 2021 la Generalitat volvió a cambiar la legislación para garantizar que los grandes proyectos de más de 5 MW dialogaran con el territorio y encontrar un equilibrio entre la sostenibilidad energética y la agraria.
Proyectos desatascados
Parece ser que la última legislación ha desencallado estos proyectos y empiezan a maternizarse en cuentagotas. Este 2023 deberían de empezar a operar el parque promovido por Engie, de 44MW de potencia en la comarca de las Garrigues, en la provincia de Lleida, y otro en el Baix Camp, Tarragona, instalado por Ensburg de casi 20 MW.
Además, recientemente se dio luz verde a la declaración ambiental de cinco parques eólicos más distribuidos por el territorio, con una potencia total de 200MW a partir de un conjunto de 40 aerogeneradores. Estos proyectos deberán de esperar a unos meses antes de recibir la aprobación administrativa definitiva.
La Generalitat de Cataluña espera poder generar el 50% de su electricidad a partir de fuentes renovables en 2030, mientras que el principal objetivo a largo plazo es abandonar las fuentes contaminantes en su totalidad antes de 2050.