Cataluña sangra a las eléctricas con una subida del impuesto nuclear en plena crisis energética

El govern presidido por Pere Aragonès ha subido el impuesto nuclear en Cataluña para los ciclos combinado y, sobre todo, para las centrales nucleares

impuesto nuclear

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Esta semana el CEO de Endesa, José Bogas, aseguraba en un acto público que existe una leyenda urbana sobre los ‘beneficios caídos del cielo’ que ganan las compañías eléctricas, y que sí existe algo caído del cielo son los impuestos. Un ejemplo se ha vivido este martes en Cataluña. El govern presidido por Pere Aragonès ha ratificado la subida -anunciada hace unos meses- del impuesto nuclear en Cataluña para los ciclos combinado y, sobre todo, para las centrales nucleares.

En estos momentos ya existía una Tasa Medioambiental Catalana que gravaba la generación y producción de energía, y que Endesa sufría de manera considerable. A partir de este martes, la situación irá en aumento. En concreto, la tasa ya establecida tendrá un incremento del 33%.

El dinero será destinado para la creación de un fondo, que se calcula que será de 20 millones de euros, con el que se pretende acelerar la transición energética. Así lo ha asegurado la consejera de Acción Climática de la Generalitat, Tesera Jordá.

Actualmente, según se desglosa en los resultados anuales de Endesa pertenecientes a 2021, la compañía dirigida por José Bogas abonó un total de 109 M€ por la Tasa Medioambiental Catalana, que se suma a los 54 millones que ya pagó en 2020, correspondientes al segundo semestre del año, puesto que la tasa se implantó en los meses de verano del pasado ejercicio.

Por el momento no hay una estimación de lo que supondrá este impacto en las cuentas del ejercicio 2022. Asimismo, como se trata de un impuesto de generación, la empresa más expuesta en Cataluña es Endesa, y, en menor medida, Iberdrola, puesto que las centrales que operan en Cataluña son principalmente propiedad de la eléctrica azul: Ascó I (100%); Ascó II (85%); y Vandellós II (72%).

La tasa nuclear en Cataluña

Según se dispone en el documento oficial que recoge cómo será la nueva tasa, el texto del decreto fija que en el caso de actividades de producción, almacenamiento o transformación de energía eléctrica, el tipo de gravamen será de: a) 0,00665 euros por kWh, a todos los efectos; b) 0,00133 euros por kWh, en caso de que la actividad sea efectuada por instalaciones de ciclo combinado.

Bajo estas circunstancias, el govern de Cataluña carga contra una de las tecnologías clave para la transición energética, sobre todo mientras que las energías renovables no tengan la capacidad instalada suficiente como para no necesitar potencia de respaldo estable y confiable.

Sobre la obsesión catalana con la energía nuclear, el divulgador energético Alfredo García (@operadornuclear) aseguraba recientemente en una entrevista que ha vivido durante casi 20 años en el entorno de la central nuclear de Ascó, y «allí prácticamente todo el mundo es pronuclear, no solo porque vives bien al tener la nuclear sino porque la gente se siente segura, porque tienes a compañeros, amigos y familiares que trabajan en la central y te explican los protocolos de seguridad. En ese sentido, en las zonas donde hay centrales nucleares la gente está a favor, aunque sean de partidos que están en contra».

Aseguraba no tener la sensación de que «los partidos que tradicionalmente están contra la energía nuclear no lo estén en Cataluña. Creo que ERC ha manifestado en muchas ocasiones que es antinuclear, los verdes por supuesto, y todos los partidos de izquierda y el PSC han estado en contra. Pero no han sido demasiado beligerantes, como sí lo han sido en Extremadura».

Raúl Masa

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