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El sector de la carne cultivada podría aportar hasta 10.000 millones de euros a la economía española para 2050

La carne cultivada es un producto elaborado en un laboratorio a partir de células animales, sin necesidad de criar y sacrificar animales

Foto: GFT

Para 2050, España podría generar hasta 10.000 millones de euros gracias al impulso del sector de la carne cultivada, una industria con un enorme potencial económico y ambiental, según revela el estudio «El Futuro de la carne cultivada en Europa,» de Systemiq y The Good Food Institute (GFI).

Esta industria en España también podría lograr un valor de 9.000 millones y generar 18.000 empleos altamente cualificados para el mismo periodo, aunque todo dependerá de varios factores, como los avances tecnológicos, el apoyo gubernamental y las inversiones.

La carne cultivada es el resultado de la extracción de una pequeña muestra de células de un animal, que posteriormente se cultiva en un biorreactor, un dispositivo similar a los fermentadores usados en la producción de cerveza, explica GFI.

En este entorno científico, las células se desarrollan y crecen como lo harían dentro del animal, con los nutrientes esenciales para producir carne, de manera parecida al cultivo de plantas en un invernadero.

Foto: GFI

A nivel europeo, la carne cultivada podría aportar entre 20.000 y 85.000 millones anuales y crear hasta 90.000 empleos, así como acelerar la mitigación de 3,5 gigatoneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.

Más de la mitad de españoles a favor de la carne cultivada

En nuestro país, casi el 40% de españoles tiene previsto disminuir su consumo de carne en los próximos dos años, así como el 58% apoya la llegada de la carne cultivada al mercado nacional siempre que cumpla los estándares de seguridad alimentaria, según una encuesta reciente realizada por YouGov para GFI.

Y pese a que aún este producto no está disponible en España, despierta interés: un 56% de los encuestados estaría dispuesto a probarla al menos una vez, y un 24% consideraría reemplazar parte de su consumo de carne convencional por esta alternativa si estuviera al alcance en España.

Este interés se alinea con la creciente demanda de opciones alimenticias más sostenibles y éticas, ofreciendo a los consumidores una mayor libertad para elegir entre diversas fuentes de proteínas.

Foto: GFT
Foto: GFT

La investigación científica sugiere que, producida con energía renovable, la carne cultivada podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 92%, disminuir la contaminación del aire en un 93% y requerir hasta un 95% menos de superficie agrícola.

Este ahorro en tierra cultivable permitiría destinar más espacio a prácticas agrícolas sostenibles, ayudando a prevenir el abandono de campos y montes en el país. Además, el estudio indica que casi cinco de cada diez españoles, sin importar su afinidad política, cree que el gobierno debería invertir en I+D para el desarrollo de esta carne,

De hecho, un 60% apoya su producción en nuestro país, considerando que impulsaría la creación de empleo y fortalecería el sector alimentario, con un efecto positivo en la economía nacional.

Contexto mundial

Se proyecta que, a nivel mundial, el mercado de la carne cultivada alcanzará un valor de 510.000 millones de euros para 2050, siendo la región de Asia-Pacífico la principal responsable de este crecimiento. No obstante, el progreso de esta industria globalmente dependerá de un flujo constante de inversiones tanto públicas como privadas.

En este escenario, entre 2024 y 2050 se requerirán aproximadamente 55.000 millones de euros anuales para apoyar el desarrollo del sector, de los cuales se estima que 5.000 millones deberían proceder de la Unión Europea, con una contribución pública de alrededor de 500 millones de euros.

Claves para el desarrollo del sector en España

Para Christine Delivanis, Partner de Systemiq, este sector en España «ofrece un gran potencial económico y ambiental, ya que las robustas y crecientes industrias biotecnológica y agroalimentaria del país están bien posicionadas para aprovechar estas oportunidades. El éxito dependerá de que los actores clave reconozcan este enorme potencial y lo traduzcan en políticas públicas efectivas e inversiones estratégicas».

Por su parte, Carlos Campillos Martínez, Public Affairs Manager for Spain de GFI coincide y señala que el éxito «dependerá de múltiples factores, incluidas las políticas públicas y las inversiones estratégicas. Aunque las proyecciones del estudio son prometedoras, es cierto que el camino hacia la consolidación de esta industria está lleno de desafíos y que será necesario un esfuerzo coordinado para que España logre un liderazgo competitivo en este sector emergente».