La ‘cara b’ del récord de afiliación: nueve de cada diez contratos en 2021 fueron temporales
Solo el 10,9% de los contratos suscritos en 2021 fueron de carácter indefinido, aunque mejoró ligeramente respecto al 9,7% registrado el año pasado y el Gobierno asegura que el problema se atajará progresivamente con la reforma laboral
El Gobierno ha celebrado al unísono los buenos datos generales del mercado de trabajo español en 2021 por la caída histórica del paro y el récord en afiliación, sin embargo, la radiografía del empleo que se crea muestra que el 90% de los contratos firmados en 2021 fueron temporales
España cerró el ejercicio 2021 con un aumento de la afiliación de 776.478 personas, la cifra más alta desde 2005, hasta el máximo de 19,82 millones de cotizantes, y un descenso del paro de 782.232 personas, el mayor descenso de la serie histórica comparable iniciada en 1996.
Pese a esta clara mejora, España todavía presenta un nivel muy alto de desempleo, con un total de 3.105.905 personas desempleadas, sin contar los 102.548 trabajadores afectados por ERTE a 1 de diciembre ni los 102.548 autónomos que siguen cobrando prestación por cese de actividad, que no computan en el paro registrado.
El detalle de los datos además muestra lagunas claras en cuanto a la calidad del empleo generado, ya que sigue reflejando un claro problema en materia de contratación ante los elevados porcentajes de temporalidad: el 90% de los contratos firmados en 2021 fueron temporales y apenas el 10,9% de carácter indefinido.
Ello pone en evidencia que el problema estructural de la elevada temporalidad del que adolece el mercado de trabajo sigue latente y no se ha logrado corregir tampoco en el ejercicio 2021, aunque se ha atenuado ligeramente respecto al año pasado, a la espera de ver los efectos el plan estratégico en la Inspección de Trabajo y, sobre todo, de la reforma laboral aprobada encaminada a reducir la temporalidad.
Ligero aumento de contratos indefinidos
Concretamente, el número de contratos registrados durante el mes de diciembre ha sido de 1.681.550, lo que supone un alza de 326.000 (+24%) sobre el mismo mes del año 2020.
De ellos, 173.784 fueron de carácter indefinido, que representan el 10,3% de todos los contratos firmados en el mes. En cuanto a la duración de su jornada, 109.933 contratos son a tiempo completo y 63.851 a tiempo parcial. El resto de contratos firmados fueron de carácter formativo (8.823) y de otro tipo de contratos temporales (1,49 millones), por lo que se mantiene esa mayor predisposición de la contratación temporal.
En el conjunto de 2021 la contratación ha alcanzado la cifra de 19,38 millones, con 3,4 millones de contratos más (+21,6%) que el año anterior. De ese total, apenas 2,1 millones de contratos fueron indefinidos, el 10,9% del total, frente a la mayoría de contratos temporales (17,2 millones).
Aunque la comparativa respecto al ejercicio 2020 muestra una ligera mejora, ya que el año pasado, marcado de lleno por la pandemia, cerró con 1.545.610 contratos indefinidos, el 97% del total de 15,94 millones de contratos suscritos, mientras que este año el porcentaje de contratos indefinidos ha escalado al 10,9%.
Los efectos de la reforma laboral, «a la mayor brevedad»
En la rueda de prensa para presentar los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, ha afirmado que «todo hace presagiar que 2022 puede ser un buen año para el empleo», más allá de los factores estacionales puntuales habituales y de la incertidumbre por la evolución sanitaria.
Con todo, ha afirmado que el dato del 10,9% de contratos indefinidos registrado en 2021 es un «buen dato», a pesar de no ser el porcentaje «magnífico» del 14% marcado en noviembre, ya que se sitúa por encima de lo habitual en un mes de diciembre. En todo caso, ha admitido que esconde la «enorme exposición a la temporalidad que sigue teniendo el mercado de trabajo».
Eso sí, ha aprovechado para arremeter contra la reforma laboral de 2012 al apuntar que desde su entrada en vigor se llevaron a cabo casi 190 millones de contratos, de los que 167 millones tuvieron carácter temporal, el 90,7% del total. Con la reforma del PP el porcentaje de contratos indefinidos ha sido de media de en torno al 9,3%, por lo que se constata cierta mejora al escalar al 10,9% en diciembre de 2021.
«Hay esperanza, tiene que dar definitivamente un vuelco con la reforma laboral, ya que la parte decisiva es la referida a la temporalidad, que intenta corregir esta tendencia casi de tintes culturales», ha apostillado.
En la misma línea, el secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, Israel Arroyo, ha afirmado que las cifras son un «poco engañosas», porque en buena medida los contratos son de «cortísima duración», dado que una cuarta parte de las altas mensuales a la Seguridad Social tienen una duración de uno o dos días.
Medidas para atajar la temporalidad
Por el momento, ha dicho Pérez Rey, la «ingente» labor de la Inspección de Trabajo está propiciando un «cambio de tendencia» que se ha podido observar ya en los meses de noviembre y diciembre, con una campaña «muy eficaz» para impulsar la transformación de contratos temporales en indefinidos.
Ese impulso dará sus frutos «a la mayor brevedad posible» y a ello contribuirá de lleno y en mayor medida la nueva contratación recogida en la reforma laboral, que entró en vigor el pasado 31 de diciembre, y que incluye una combinación de la limitación de las cusas, la penalización de la contratación temporal de corta duración y un incremento de las sanciones de la Inspección de Trabajo.
«No nos podemos permitir más estar con esta exposición de precariedad y situados a distancia sideral de las tasas de Europa», ha enfatizado Pérez Rey. La nueva regulación mantiene que la firma de un contrato de trabajo presupone que sea de carácter indefinido, elimina el contrato de obra y servicio y solo se contemplan dos tipos de contratos temporales, estructural y formativo. De hecho, el máximo de duración de un contrato temporal pasa de cuatro años a 12 meses.
Se limitan las causas de temporalidad en los estructurales a dos, por picos de demanda o circunstancias de la producción, por un máximo de seis meses, ampliables a 12 si lo establece el convenio colectivo sectorial, y con la posibilidad de hacerse por 90 días para actividades estacionales previsibles, previa planificación, notificación a la representación sindical en el año anterior, y sin posibilidad de encadenamiento consecutiva.
Se reduce el plazo de 24 meses en un periodo de 30 meses actual de encadenamiento de contratos para adquirir la condición de indefinido a 18 meses en un periodo de 24 meses, y el incumplimiento de las normas de contratación temporal conllevará la consideración de indefinido del trabajador en cuestión.
Asimismo, se incrementan las sanciones contempladas en la Ley de Infracciones y del Orden Social (LISOS) para los empresarios que abusen de la temporalidad, de forma que estas multas se aplicarán por trabajador y no por empresa como se venía haciendo hasta ahora, con un alza de las cuantías que podría acercarse al grado máximo de entre 7.500 y 10.000 euros.
EN paralelo, se incluye un recargo de hasta 28 euros vía cotizaciones impulsado por el Ministerio de Seguridad Social de José Luis Escrivá por dar de baja contratos temporales de menos de 30 días al ver necesario contratar eventuales en fines de semana o vacaciones, rechazado de lleno por los empresarios.
El secretario de Estado de Empleo ha recordado que en el acuerdo de la reforma laboral suscrito entre Gobierno, patronal y sindicatos se recoge el compromiso de verificar si las medidas son o no eficaces en materia de temporalidad, de forma que si no se logra una reducción significativa de la tasa de temporalidad se tendrían que adoptar medidas más eficaces.