Calviño presiona ahora a CEOE para que claudique con el salario mínimo
La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, pide ahora a CEOE "unidad" con el Gobierno y sindicatos para revisar en septiembre una posible subida del SMI.
“Es el momento de la unidad”, así de tajante se ha mostrado este miércoles la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ante las reticencias de los empresarios a elevar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para los últimos meses del año, después de que ayer Calviño dejara abierta esta posibilidad.
La vicepresidenta se abrió ayer a la posibilidad de revisar en septiembre el SMI y estudiar retomar la senda de subida para los últimos meses del ejercicio si continúa al alza el mercado laboral y condicionado a la recuperación económica, lo que supuso cierto giro respecto a su postura mantenida hasta la fecha.
Hasta ahora Calviño veía con mejores ojos aplazar la subida del SMI a 2022 y se mostraba más alineada con la postura de CEOE, si bien finalmente el Ejecutivo decidirá en septiembre si lo incrementa para la última parte del año actual, tras varias reuniones mantenidas desde hace semanas entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, clara defensora de subirlo ya.
El SMI permanece congelado en 950 euros mensuales desde diciembre y ha sido motivo de discrepancias en el seno del Gobierno, ante la postura de Calviño favorable a aplaza el nuevo alza a 2022 y la exigencia de Díaz de acometer ya la subida, especialmente ante el alza de los precios en el entorno del 2,7%.
Pide “unidad” ante las críticas de los empresarios
De cara a la futura negociación, Calviño ha subrayado que “es el momento de la unidad” para pedir a la CEOE que claudique y se alinee con el Gobierno y los sindicatos a la hora de revisar el posible alza del SMI, ya que es intención del Ejecutivo tratar la medida en el marco del diálogo social.
A juicio de Calviño, es “momento de remar en la misma dirección” y, en este sentido, ha subrayado que la desigualdad se agravó por la crisis financiera y es una de las “lacras” y “desequilibrios” de la sociedad, por lo que ha enfatizado que “entre todos” hay que mejorar las condiciones laborales.
En este sentido, ha remarcado que la creación de empleo de calidad y la mejora de las condiciones laborales es la combinación “más potente” para lograr una recuperación que además reduzca la desigualdad y, ello, ha dicho, no es solo labor del Ejecutivo sino que deben colaborar todos los agentes. “Estoy segura de que los empresarios van a jugar su papel”, ha añadido.
Los empresarios se oponen: «Es precipitado y dañará el empleo»
Lo cierto es que en los últimos meses los empresarios se han opuesto a un nuevo incremento del SMI al considerar que “no es el momento adecuado” porque podría perjudicar la recuperación y, en su lugar, piden primar la reactivación económica y la creación de empleo, tal y como ha señalado en múltiples ocasiones el presidente de CEOE, Antonio Garamendi.
Tras el anuncio de Calviño de revisar la recuperación de la senda del SMI en septiembre, el vicepresidente de CEOE y presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, dijo que subirlo este año «es precipitado» y que dañará el empleo.
Amor ha advertido de que aún hay “muchos autónomos y pequeñas empresas no han visto el horizonte de la recuperación y subir el SMI para algunas actividades sería contraproducente». De su lado, Calviño ha insistido en que la decisión de elevar el SMI dependerá de cómo evolucione el mercado de trabajo y de si se mantiene la favorable tendencia actual y ha negado que haya discrepancias internas entorno a elevar el SMI.
Este miércoles la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha recordado que el sueldo más bajo que percibe cualquier trabajador del sector es de 17.400 euros anuales en la actualidad, lo que supone ya unos 4.000 euros por encima del SMI fijado en España.
La vicepresidenta primera ha defendido que en sus manifestaciones públicas siempre ha manifestado su “absoluto compromiso” y el de todo el Gobierno con la mejora de las condiciones laborales y el alza del SMI con “prudencia” si sigue el “buen ritmo” del empleo. En cualquier caso, ha dicho estar “acostumbrada” a que se planteen estos asuntos en “términos de conflicto y se intente encontrar discrepancias donde no las hay”.
“No es un debate en el que esté implicado Bruselas”
Al margen de la petición de unidad a CEOE a la hora de revisar el SMI, Calviño ha opinado que no se trata de un debate en el que esté implicado la Comisión Europea pero, en todo caso, ha enfatizado que el discurso de política económica de Europa es muy diferente al de hace una década.
Dicho discurso ahora pasa por “crecer” pero de manera “inclusiva y sostenible” desde el punto de vista medioambiental y social y asegurar que la recuperación “no deja nadie atrás”, para permitir reducir la desigualdad.
“Es lo que también se entiende en Bruselas tomando decisiones responsables desde el punto de vista económico y fiscal, como las tomadas desde hace 10 años con una hoja de ruta muy clara, y coherente”, ha añadido.