Calviño ve un margen «muy limitado» para reducir el gasto público
Calviño aleja el plan de ajuste que piden Banco de España y AIReF, anticipa un cierre de déficit y deuda en 2021 por debajo de los objetivos y confía en que la recuperación permita absorber la deuda generada en la pandemia
Los principales organismos supervisores y fiscalizadores, como Banco de España y AIReF, y la oposición instan continuamente al Gobierno a revisar y reducir el gasto público atajando las deficiencias, si bien la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha rebajado esas expectativas al afirmar que hay un margen «muy limitado» de reducción del gasto público.
Calviño realizó esta afirmación al señalar que más del 60% del gasto se destina a inversión social, por lo que el margen para actuar sobre el gasto es «muy limitado» sin recortar la inversión social ni subir los impuestos, según señaló este miércoles durante su intervención en respuesta a una interpelación urgente del grupo de Ciudadanos en el primer Pleno del Congreso del año 2022.
Con estas palabras Calviño deja entrever que el Gobierno no prevé acometer al menos a corto plazo un ajuste sustancial del gasto público, en línea con la política fiscal expansiva desarrollada en los dos últimos años para hacer frente a la Covid, y con el gasto récord de 458.970 millones (+0,6%), recogido en los Presupuestos, que incluyen el mayor gasto social de la historia (242.391 millones de euros) y récord en inversiones por más de 40.000 millones.
Precisamente sobre la inversión quiso hacer hincapié Calviño al señalar que España es «probablemente el país que más sufrió la carencia de inversión» durante lap asada crisis financiera, un «error» que cree que no se puede volver a cometer, por lo que marcó la senda de la movilización de la inversión pública en el marco de los fondos europeos del Plan de Recuperación con el fin de impulsar hasta 500.000 millones de inversión privada .
Entre tanto, el equipo económico del PP prepara un paquete de medidas para garantizar un ahorro de 30.000 millones de euros en la Administración pública con la eliminación de duplicidades, ineficiencias y gastos superfluos, como el que consideran que supone el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón, así como la eliminación de 1.200 asesores.
Aleja el plan de ajuste que demandan Banco de España y AIReF
De nuevo Calviño rehusó fechar cuándo se diseñará y anunciará el plan de ajuste para el equilibrio presupuestario que vienen demandando desde hace meses los organismos supervisores, y que tanto el Banco de España como la AIReF ya han incidido en que convendría que se comunicara su diseño coincidiendo con la remisión del Programa de Estabilidad a finales de abril.
Calviño alejó en cierta forma este plan al subrayar que la senda de consolidación fiscal ya se remitió a Bruselas el pasado 30 de abril del año pasado que «se está cumpliendo y superando», y apuntó que las previsiones del cuadro macro se actualizan dos veces al año, en primavera y en otoño, en el marco del ciclo presupuestario. Es decir, no se sabrá nada del plan de ajuste fiscal hasta por lo menos dentro de tres meses.
En estos meses tanto el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, como la presidenta de la AIReF, Cristina Herrero, así como la mayoría de organismos, como la OCDE, BBVA. Research, Funcas, el IEE o el Colegio de Economistas, han reclamado el diseño del plan de ajuste fiscal para generar confianza entre los inversores y lanzar un mensaje de cumplimiento de reglas fiscales.
Todo ello en un contexto en el que permanecen suspendidas las reglas fiscales en España desde 2020, en línea con la parálisis del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea con el fin de permitir a los Estados miembros poder elevar el gasto para hacer frente a la pandemia.
Objetivos de 2021 «cumplidos de sobra» y reducción de deuda fiada al crecimiento
Con todo, Calviño insistió en que se está avanzando en la consolidación fiscal y adelantó el cumplimiento de los objetivos de déficit y deuda de 2021, ya que la ratio de déficit sobre PIB cerró el año «por debajo del objetivo del 8,4%«, al tiempo que la ratio de deuda pública culminó también «por debajo del objetivo del 119,5%» que se había fijado para el año pasado.
Este cumplimiento «de sobra» de las metas prevista para 2021 es el argumento usado por el Gobierno para defender que se trabaja en la sostenibilidad a largo plazo. De hecho, apuntó que ha mejorado, ya que en 2021 se redujo la emisión neta de deuda en 35.000 millones, el coste de emisión fue negativo por primera vez en la historia, el coste de cartera de apenas el 1,64%, en ambos casos mínimos históricos, y la vida media aumentó por encima de los ocho años.
«Cumpliremos de sobra los objetivos fiscales, incluso en un escenario macro menos favorable debido al a volatilidad de la pandemia, las tensiones en las cadenas de suministro globales y el alza de los precios energéticos», sostuvo. La mayoría de organismos también prevén que los datos definitivos de déficit y deuda del año pasado muestren un nivel inferior al calculado por el Gobierno. BBVA Research calcula que el déficit podría haber cerrado incluso en el 7% del PIB, 1,4 puntos menos de lo pronosticado.
Confía en que la recuperación absorba la deuda de la pandemia
Así las cosas, el Gobierno no tiene prisas por ahora en empezar a diseñar el plan de ajuste, y se fía todo al crecimiento y la recuperación de ingresos derivada de la reactivación económica. De su lado, los fondos europeos son neutrales a efectos de Contabilidad Nacional y no computan para el déficit.
Tanto es así, que Calviño se limitó a citar lo recogido en el Programa de Estabilidad y apuntar que en la fase del nuevo ciclo económico se continuará con la senda de responsabilidad fiscal , reduciendo el déficit a la mitad hasta aproximarse al objetivo del 3% en 2024, al tiempo que la deuda presentará un «perfil decrecimiento» gracias a la reducción del déficit, con una aminoración de ocho puntos en cuatro años.
Las tasas de referencia de déficit público son del 8,4% del PIB este año y el 5% en 2022, aunque disminuirá al 4% en 2023 y al 3,2% en 2024, cerca de la meta del 3% que fija Bruselas para salir del procedimiento de déficit excesivo, al menos hasta que los líderes europeos no modifiquen las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento europeo. El Estado seguirá siendo el que asuma la mayor parte del déficit público todos los años.
El déficit estructural de la economía española ha aumentado con la pandemia, pasando del 3,8% al 4,7% del PIB este año, aunque disminuirá dos décimas, hasta el 4,5% en 2022. La referencia de la ratio de deuda pública es un 119,5% del PIB en 2021 y un 115,1% en 2022. Actualmente las reglas fiscales europeas fijan un objetivo del 60% del PIB.
Según Calviño, la sostenibilidad de la deuda «seguirá reforzándose incluso en el escenario de cambio de la estabilidad monetaria» y confía en que la recuperación lograda con el Plan de recuperación absorba la deuda adicional generada durante la pandemia.
El interés medio de la deuda bajará aunque suban los tipos
La vicepresidenta mantiene así la confianza en la sostenibilidad de la deuda, tanto que aseguró que el interés medio de la deuda pública en circulación seguirá bajando incluso aunque los tipos de interés aumenten por un cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE). «Nuestras emisiones siguen siendo más baratas que los bonos emitidos hace tres, cinco o diez años, que son los que vamos amortizando en este ejercicio», apuntó.
La estrategia del Tesoro Público pasa por la «prudencia» al mantener una previsión de emisión de deuda neta en 75.000 millones este año, prácticamente la misma cifra que el año pasado (75.138 millones), aunque previsiblemente se acometerán reducciones de dicha emisión a lo largo del ejercicio,
Calviño trasladó un mensaje de «confianza», ante una fase de crecimiento «fuerte y sostenido», junto al impulso del Plan de Recuperación, las medidas de los Presupuestos y la «buena evolución» de los ingresos públicos, con recaudación récord de 223.382 millones de euros en 2021, un 15,1% más.
Revisión de reglas fiscales en la UE: reducir objetivos
En cuanto a la revisión de las reglas fiscales en la UE, coincidió con la diputada de Cs en fijar sendas de consolidación «creíbles y compatibles con el Plan de Recuperación». Así, abogó por acompasar la senda de reducción a la «nueva realidad» al haber ratios de deuda «muy superiores» a antes de la pandemia. Es decir, aboga por relajar los objetivos actuales de un déficit del 3% y una deuda del 60% del PIB.
También ve «fundamental» movilizar inversión pública para impulsar la privada y garantizar las necesarias inversiones verdes y digitales y porque los Estados miembros sean «protagonistas» en la fijación de sus propios objetivos fiscales, de forma que se siga la arquitectura institucional de los planes de recuperación.
Por su parte, la diputada de Ciudadanos, María Muñoz Vidal, pidió la presentación de un plan de consolidación fiscal “creíble” que “no se base en el camino fácil de subir impuesto y cotizaciones”, sino en un plan reformista “serio” para apuntalar el crecimiento, reducir la deuda y controlar el déficit, ante la posición de “gran vulnerabilidad” de la sostenibilidad de las finanzas públicas españolas. AIReF ya avisó de que por cada 100 puntos básicos que suban los tipos de interés supondría en 2024 unos 15.000 millones adicionales en intereses a pagar por la deuda.