Calviño lleva a Europa su propuesta para crear una reserva estratégica de gas
La vicepresidenta exige a Bruselas que ofrezca una respuesta "urgente y fuerte" frente a la crisis energética que atraviesa el bloque comunitario
El Gobierno de Pedro Sánchez ha trasladado a la Unión Europea una de las iniciativas con las que persigue frenar el impacto de la crisis energética en todo el continente: la creación de una reserva estratégica de gas conjunta. La propuesta de España busca reducir la dependencia actual de los mercados del extranjero en plena escalada de precios.
Nadia Calviño ha llevado su proposición a la reunión de los ministros de Economía y Finanzas que se ha celebrado en Luxemburgo, justo cuando el país se prepara para vivir una nueva jornada con los precios de la luz disparados. Este martes se alcanzarán los 203 euros por megavatio hora, lo que supone la segunda marca más alta de la historia.
La vicepresidenta ha explicado a los medios que la creación de la reserva permitiría el bloque europeo negociar de forma conjunta las importaciones, frente a los «grandes suministradores de gas internacionales». En el caso de España, casi la mitad de los recursos provienen de Argelia, y otra buena parte de Rusia.
«Vamos a seguir defendiendo una respuesta urgente y una respuesta fuerte por parte de las instituciones comunitarias», ha enfatizado Calviño.
La titular de Asuntos Económicos ha comparado esta situación con la compra centralizada de vacunas que ha permitido implementar la estrategia de inmunización de forma simultánea en los 27 estados miembro de la Unión Europea, tras negociar con las grandes farmacéuticas del mundo.
España exige una revisión de las normativas europeas sobre el CO2
La reforma del funcionamiento de los mercados de CO2 para reducir el impacto de la especulación o la revisión del marco regulatorio europeo sobre la energía son otras de las dos estrategias que ha remarcado España para hacer frente a la volatilidad de los mercados mayoristas de energía.
Calviño ha calificado como «fundamental» poder asegurar la estabilidad de los mercados de energía internacionales para evitar un impacto negativo tanto en la economía doméstica como en la competitividad de las empresas en un momento marcado por los planes de descarbonización.
«Espero que las instituciones europeas tomen acciones decisivas y urgentes para abordar esta cuestión y garantizar que el proceso de la transición verde es tan fluido y justo como sea posible», ha subrayado.