Caixabank se borra de posibles fusiones (aunque va a una por año)
Gonzalo Gortázar asegura que el banco no participará en la nueva ola de adquisiciones en España ya que está centrado en la opa por el portugués BPI
Caixabank ha comprado cinco entidades desde el inicio de la crisis, y se encuentra en plena recta final de su opa por el portugués BPI. Quizá por ello, su consejero delegado, Gonzalo Gortázar, aseguró que el primer banco de España en depósitos no va a participar en la ola de fusiones que se avecina. No obstante, su mensaje fue el mismo que mantuvo La Caixa desde 2010 y los resultados fueron muy distintos.
La creación del nuevo Gobierno, tras un año de Rajoy en funciones, se prevé que espolee una nueva ronda de fusiones en España, probablemente la definitiva, que termine de consolidar el sector, quite del mapa los bancos rescatados que quedan –Bankia y BMN– y deje un panorama de mayor concentración, con menos entidades pero de mayor peso.
En este contexto, hay dos bancos a los que apuntan todas las miradas, Bankia y Banco Popular, pero también están bajo observación BMN, Abanca y Liberbank, entre otros. Una posible fusión entre Bankia y BMN, ambas en manos del FROB, parece lo más probable, pero vuelve a sonar una posible alianza entre Caixabank y Bankia, algo que ya persiguió Rato.
Centrado en BPI
Ante estos rumores, y los que apuntan a que La Caixa pueda estar mirando hacia Abanca y Liberbank, Gonzalo Gortázar aseguró que la entidad no va a tomar parte en este nuevo proceso de adquisiciones porque está totalmente centrado, al 100%, en completar la opa por el 100% de BPI.
«Nuestro plan estratégico no contempla operaciones corporativas», reiteró. «Debemos centrarnos en la transformación orgánica de nuestro banco», argumentó Gortázar, aunque dejó una puerta abierta: «¿Nunca jamás? Esto sería cerrar una puerta que no puedo cerrar, porque debo buscar lo mejor para los accionistas. Pero no está en nuestro plan».
En conclusión, Caixabank no buscará comprar más entidades, pero si alguna se pone a tiro… Es, a grandes rasgos, lo que lleva haciendo desde que estallara la crisis financiera. Sin grandes anuncios, ha sido una de las entidades españolas más activas en el proceso de concentración, superando incluso a BBVA.
De Caixa Girona a Barclays
La Caixa empezó pronto, en 2010, con la compra de una de las cajas catalanas, que quedaba desemparejada: Caixa Girona. Era la primera ola, la que dio carpetazo al sistema de cajas. En Cataluña se pasó primero de 10 a 3 (La Caixa, CatalunyaCaixa y Unnim), para quedar finalmente aniquiladas: BBVA compró Unnim, CX se transformó en banco y terminó quedándoselo también BBVA, y La Caixa dio lugar a Caixabank.
La entidad hasta hace poco presidida por Isidro Fainé siguió en 2011 con la compra de Bankpime, aunque su gran año fue 2012, con las compras de Banco de Valencia y, la de más volumen, la de Banca Cívica, un grupo de antiguas cajas españolas, que le costó 973 millones.
En 2014 se lanzó a por el negocio en España de Barclays, la última gran operación cerrada por el banco, que le costó 800 millones de euros. En total, gracias a estas operaciones, Caixabank ha ganado un 29% de clientes, aunque ha tenido que cerrar un 30% de las oficinas y despedir al 21% de empleados, con lo que ha ganado en rentabilidad.
En la recta final por BPI
La sexta operación está teniendo lugar ahora en Portugal, donde el banco español, primer accionista de BPI, ha lanzado una opa para hacerse con la mayoría de sus acciones y tomar el control. Esto es en lo que está plenamente centrado Gortázar, según aseguró en la presentación de los resultados del tercer trimestre.
Tras varios intentos frustrados, Caixabank consiguió a finales de septiembre dar un paso decisivo en la compra del banco luso, con el levantamiento de los límites de voto. Ahora está esperando todas las autorizaciones –ya tiene la del BCE– para hacer efectiva la opa, tras la que, con toda probabilidad, conseguirá su objetivo de superar el 50% de las acciones –posee ya el 45% –. Gortázar espera que la operación se cierre a principios de 2017.
Buena acogida de los resultados
El banco presidido por Jordi Gual presentó este viernes sus resultados hasta el tercer trimestre, cuando ganó 970 millones de euros, un 2,6% menos. Este resultado está influenciado por la integración de Barclays en 2015. Sin este efecto, Caixabank habría mejorado beneficios: el resultado antes de impuestos creció un 45%, hasta los 1.314 millones.
Como las de toda la banca, las cuentas de Caixabank están afectadas por los bajos tipos de interés. Por ello, el margen de intereses de la entidad cayó un 6,9%, y las comisiones un 3,4%, aunque la tendencia del último trimestre era positiva.
Los resultados sorprendieron positivamente a los mercados, que esperaban una caída de beneficios como la del primer semestre, cercana al 10%, con un resultado de unos 900 millones. Por ello, Caixabank resistió este viernes a las fuertes caídas de los bancos en el IBEX y cerró con avance del 0,66%.