La banca quiere convenios más austeros para 170.000 empleados

La patronal de las ex cajas, CECA, donde están Caixabank o Bankia, se reúne con los sindicatos para tratar el nuevo acuerdo, que está en revisión con la AEB

Isidre Fainé, presidente de CECA. / EFE-Archivo

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Los sindicatos del sector financiero están viviendo un 2019 intenso entre las negociaciones de los ERE de Banco Santander y Caixabank y de los nuevos convenios colectivos. Este miércoles está previsto que se reúnan los representantes de los trabajadores y de la CECA, la patronal en la que se integran las ex cajas de ahorro y que preside Isidro Fainé, para comenzar las negociaciones del Convenio colectivo para las cajas y entidades financieras de ahorro, que será trianual si repite el mismo modelo del anterior, que se cerró para el periodo 2015-2018.

Y el primer escenario para este acuerdo, que afectará a los trabajadores de entidades cotizadas como Caixabank, Bankia, Liberbank o Unicaja, parece que está construido con el objetivo de tratar de controlar al máximo los costes; no sólo por la presión de los inversores y los supervisores, que están preocupados por la baja rentabilidad del sector, sino también porque el escenario económico europeo y español es cada vez más incierto.

«La patronal ha presentado un informe catastrófico e irreal, en el que da a entender que a pesar de que la plantilla en nuestro sector ha disminuido un 28,91%, para UGT un 39,08% que  supone en personas 44.991 desde el 2011, los costes salariales han aumentado ya que nuestros salarios han subido por encima de la inflación», valoraban desde el sindicato liderado por Pepe Álvarez

«Nos han contado lo que ya sabemos: los bajos tipos de interés, márgenes escasos, nuevos competidores, los deslizamientos salariales, la presión regulatoria, etcétera…», añadían desde CC.OO.

A los sindicatos el argumentario de la CECA no les ha sorprendido, ya que desde hace meses negocian también la renovación del convenio colectivo de banca con la patronal en la que se integran el Banco Santander, BBVA, Banco Sabadell o Bankinter, la AEB. En total, más de 170.000 empleados del sectos se verán afectados por las nuevas condiciones, ya que también se está negociando el convenio de los establecimientos financieros de crédito.

Fuentes financieras señalan que el proceso lógico es que tanto la negociación del convenio CECA como el de la AEB vayan de la mano y adelantan que uno de los temas críticos son las subidas salariales; en un entorno en que desde los mercados se les reclama austeridad para tratar de preservar su rentabilidad vía eficiencia, ya que las medidas monetarias de Mario Draghi no están ayudando a la expansión de los ingresos.

Por el momento, ya hay indicios de que las entidades financieras no están por la labor de aprobar incrementos salariales significativos. En este sentido, los sindicatos todavía no han conseguido cerrar la posible subida a cuenta -para 2019- en sus reuniones con la AEB. En el caso de las negociaciones con las entidades de crédito reconocen que es un tema crucial. «Seguimos sin acuerdo en materia de subida salarial. Éste es el principal escollo y un verdadero punto de inflexión que significaría una mejora para la totalidad de los trabajadores. La Patronal propuso en anteriores reuniones una subida del 2,2%, insistiendo en que dicho incremento supone un gran esfuerzo para ellos», relevan desde la UGT.

Una resistencia que, previsiblemente, también mostrará la CECA a tenor del escenario macroecónomico y del sector presentado a los representantes de los trabajadores el pasado 20 de septiembre. 

El hándicap de los tipos de interés negativos

La banca española está presionada para que reduzca costes. En un escenario de tipos de interés negativos, que pasan factura a la rentabilidad del negocio, las entidades financieras continúan peleando por ganar eficiencia y la reducción de red y empleo es una de las vías que se han utilizado.

Las negociaciones de los nuevos convenidos colectivos, que afectarán previsiblemente al periodo 2019-2021, es clave para el sector porque se espera que durante buena parte de este periodo, las entidades financieras se vean obligadas a gestionar el negocio sin subidas de tipos de interés; que, en principio, el BCE descarta que se produzcan en los próximos años. La institución lo ha retrasado al momento en el que la inflación de síntomas de que se estabiliza cerca del objetivo del 2%.

 

 

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